Y LA POLÍTICA BAILA COMO LOCA

El Gran DJ toca de nuevo

¿Quién maneja las bandejas que sacuden el año electoral? De 2015 a 2023, de Nisman al CABAleaks. Hoy, pierden Todos Juntos. Larreta y los agujeros negros.

La Argentina es un país en permanente revolución, entendida esta como la tendencia a dar giros sobre un eje para terminar siempre en la posición inicial. Como en 2015, el aire del año electoral se envicia con operaciones de inteligencia que crean escenarios destinados a moldear subrepticiamente el futuro.

 

Lo que hace ocho años orbitó en torno a la tragedia de Alberto Nisman y su instrumentación política, hoy se nutre –de modo mucho menos truculento, afortunadamente– de las filtraciones y los chats del CABAleaks, de tono verosímil y autenticidad incierta, los que, como entonces, amenazan con influir en el ánimo de una ciudadanía descreída al extremo.

 

Como se esperaba, Alberto Fernández salió a buscar apoyo para el juicio político contra los cuatro miembros de la incompleta Corte Suprema de Justicia (CSJ). "Estamos en un país en el que los únicos privilegiados son los jueces", ironizó en clave peronista. Como se sabe, esa ofensiva –de imposible concreción en las cámaras– plantea el enjuiciamiento de los supremos ante el tribunal de la opinión pública, la que prestará atención en los estratos que forman su Círculo Rojo. Si dicha atención fuera masiva, dado el tenor de lo que trasciende, probablemente el sistema volaría por el aire.

 

Para que el showtime  tenga el efecto deseado, será clave lo que se ventile en la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados, donde hay mayoría del Frente de Todos. Los medios que están alineados contra la postura oficial –contra todas las posturas oficiales– ya comenzaron a mostrar el “quién es quién" en dicho organismo, a señalar a los padrinos políticos de quienes votarán en esa instancia y a individualizar a los gobernadores que, se supone, actúan como actúan por depender de fondos de la Nación. La guerra está declarada.

 

Para que resulte más efectiva la exposición pública de magistrados que, en algunos casos, no están mostrando el debido decoro, el Presidente trata de retener el menguado apoyo de los gobernadores peronistas.

 

Juan Schiaretti y Omar Perotti son irrecuperables para cualquier causa que exceda sus intereses personales, mientras que Sergio Uñac genera ira en la Casa Rosada por la pirueta que le permitió migrar del nido de los halcones al de las palomas y ponerse a salvo de una eventual vendetta de la Corte si la causa por su rerreelección terminara en esa instancia. Otro castigado por su deserción es Gustavo Bordet, quien justificó su giro en los vaivenes de la Agrupación Política Amague y Recule; si fuera cierto, sería una buena excusa.

 

El cristinismo presiona al albertismo –"impresiona el entramado mafioso", tuiteó, citando a Pagina/12Cristina Fernández de Kirchner–, y el jefe de Estado, a los jefes provinciales ponciopilatistas.

 

Todos contra Todos y el DJ del momento

Hay que recordar que el juicio político a la Corte se fraguó en el frío de la cautelar sobre la Ciudad, pero se puso al rojo vivo con la difusión de los supuestos chats en los que Silvio Robles, asesor de Horacio Rosatti, le habría enseñado a hacer trampa en los estrados a Marcelo D’Alessandro. Mientras, como antes lo había hecho Gerardo Zamora, el gobernador riojano, Ricardo Quintela, arremetió contra Robles a través de un tribunal radicado en su provincia.

 

Un spin-off del drama

Con Cristina hablándole al oído, Martín Soria había propuesto reformar el Consejo de la Magistratura por decreto de necesidad y urgencia (DNU), idea de la que Fernández no solo se despegó, sino que descartó por completo.

 

Un DNU obligaría a fundamentar la necesidad y la urgencia, cosa que podría hacerse en base a la larga parálisis del cuerpo que designa, controla y destituye a los jueces y a las juezas. Sin embargo, dadas como están las cosas, recibiría una declaración de inconstitucionalidad en dos segundos.

 

Parece que el Presidente ha visto de cerca lo que significa desfilar por los tribunales cuando se deja el poder, algo que acaso explique también su recule respecto de la rebeldía que se le reclamaba contra la "cautelar Rodríguez Larreta".

 

Mientras, alertada por la osadía de Soria, la oposición denunció el cuarto golpe de Estado de las últimas dos semanas.

 

Bailan Juntos

El Círculo Rojo empresarial alineado con Juntos por el Cambio (JxC) comienza a determinar qué gobernador es bueno –por rechazar el juicio político– y cuál es malo –por apoyarlo–.

 

El bloque del Senado de JxC calificó el avance contra la corte como "infame" y se pintó para la guerra. "Ningún acuerdo será posible en el Congreso de la Nación si antes no se respeta, en los hechos, la plena vigencia de la Constitución Nacional", advirtió. Nada en las sesiones extraordinarias, ni el blanqueo que necesita Sergio Massa ni ninguna otra cosa. El empeñoso exceo de Syngenta Antonio Aracre  parece haber llegado tarde a la jefatura de los asesores del Presidente.

 

La que hasta ahora era la gran ausente en la polémica por el CABAleaksPatricia Bullrich, por fin abrió la boca... off the record. Lo hizo en modo Loto plus: sale o sale. Pegando como una kinesióloga, mandó a decir que su rival Larreta pecó de "tibio". "Para Patricia es un mamarracho. Si considerás que el funcionario (D’Alessandro) hizo bien su trabajo y el Gobierno le armó una cama, lo bancás. Y si hizo mal las cosas, lo echás. No puede haber terceras posiciones", como la licencia, dijo por interpósita persona. Ella, claro, lo habría bancado, al igual que lo hizo en su momento con los gendarmes que corrieron a tiros a Santiago Maldonado hasta un río mortal. Según Clarín, la precandidata presidencial sondeó al ministro de Justicia y Seguridad porteño en uso de licencia, que en los chats de autenticidad no comprobada aparecería como un supuesto cajero, para saber hasta qué extremos llega su enojo con Larreta y si estaría dispuesto a cambiar de bando con todo su expertise.

 

El DJ también hace bailar a JxC.

 

¿Y dónde está el DJ?

Carlos Pagni, que hace bien en recordar que una escucha ilegal dio pie en su momento a una vergonzosa persecución judicial contra  Héctor Timerman, asocia ahora a Fernández con ese tipo de práctica. Tranquilidad: en el Poder Judicial hay escuchas ilegales… y escuchas ilegales y las que propaga el peronismo seguro que son, justamente, ilegales.

 

El periodista reseña las hipótesis sobre la fuente del hackeo –o filtración– de los chats de D’Alessandro. En una, el beneficiario sería el kirchnerismo. En otra, reaparecería, elevada por Elisa Carrió, la figura de César Milani, quien no es precisamente un amigo del titular de la AFI, Agustín Rossi.

 

Más allá, volvería la sombra de "Jaime" Stiuso, aparecería D’Alessandro y hasta asomaría el acosado bullrichista Gerardo Milman.

 

"De pronto, las personas más destacadas del PRO en materia de seguridad e inteligencia atraviesan un infierno. ¿Alguien los agrede para quedarse con esa área en un eventual gobierno de Cambiemos? A Milman y D’Alessandro, se suma Diego Santilli, cuyo celular también fue intervenido. Y Cristian Ritondo fue el blanco de una feroz denuncia de la jueza Sandra Arroyo Salgado, que lo vinculó con el fiscal Claudio Scapolán, acusado de comandar una banda de policías narcos. En Tribunales, a Arroyo siempre se la tuvo como un ejemplar de la escudería de Stiuso", dice Pagni, sugestivo.

 

Gabriela Cerruti, claro, solo compró de ese artículo la hipótesis de una autoría PRO.

 

Todo el mundo desconfía de quien tiene al lado, lo cual es de por sí expresivo del estado de cosas.

 

Cabe insistir: ¿quién es el DJ que hace bailar a la Argentina en otro año electoral?

 

La teoría de los agujeros negros

Los agujeros negros "son los restos fríos de antiguas estrellas, tan densas que ninguna partícula material, ni siquiera la luz, es capaz de escapar a su poderosa fuerza gravitatoria". No se los ve, pero existen y su entidad se comprueba de modo indirecto por la forma en se mueven los objetos que se le aproximan. En paralelo, no se sabe quién es el DJ que hace bailar a la Argentina en otra campaña electoral, pero lo que pasa a su alrededor podría entregar claves valiosas sobre el futuro.

 

Si el grueso de la sociedad se interesara por el CABAleaks, cabría esperar dos reacciones: por un lado, la precandidatura de Rodríguez Larreta, con sus llamativas dudas para deshacerse de D’Alessandro, entraría en zona de riesgo; por el otro, la síntesis de la postura del jefe de Gobierno, consistente en explicar que "no somos lo mismo" que el kirchnerismo, sería, antes que una autoabsolución, la respuesta a una condena social. Por ahora, con todo, solo un sector observa.

 

Mientras, ¿quién podría y quién no con ese todopoderoso objeto invisible de agenda propia?

 

Si escalara con nuevas revelaciones, el caso podría convertir en su principal víctima política al larretismo, un cuerpo celeste que podría ser devorado por el agujero negro. Lo que está a su derecha, en cambio, podría seguir de largo sin sucumbir a ese masivo campo gravitatorio.

 

En el peronismo, el cristinismo, principal damnificado por el DJ en 2015, podría aprender de viejas lecciones y tratar de llevarse puestos a algunos enemigos. Fernández, por el contrario, trata de hacer equilibrio entre su rol de administrador del poder residual del Frente de Todos y su necesidad de evitarse una rotation por los tribunales desde el 11 de diciembre. Massa pierde ante la mirada de los sectores moderados que siempre trató de cortejar por no poder sacar los pies del plato panperonista. Asimismo, frente a agentes económicos que están esperando una chispa para ver si pueden desatar un incendio.

 

Misiones

En el fondo, todos y todas pierden. Si en 2015 el DJ se aseguró de enterrar las chances electorales del peronismo, la tarea de 2023 parece más abarcativa. Al revés de lo que dice Rodríguez Larreta, "son todos lo mismo y todo está podrido", sería el mensaje, corrosivo ya no solo para un sector de la partidocracia, sino para la democracia como tal.

 

Perdida en sus reyertas e inerme ante el Estado subterráneo, la política no advierte que le resultaría mejor acordar, por lo menos, qué ritmo prefiere bailar.

 

Maximiliano Pullaro y Axel Kicillof firman un convenio de ayuda mutua en materia de seguridad.
Marcelo Lewandowski junto a Silvina Frana quien iba a ocupar la vicepresidencia del peronismo de Santa Fe.

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