GÉNEROS

Hacen falta feministas para apagar tanto fuego

Economía, un mar de varones que enojó a Galmarini. Camaño, un aguante inesperado. Incendios y brecha de género: la pobreza y la indigencia tienen cara de mujer.

A Silvina Batakis la llamaron para apagar el fuego después de que varios economistas se negaron a agarrar las brasas calientes. En ese momento no hubo cuestionamientos –al menos públicos– a que fuera una mujer quien tomara las riendas de la crisis. Un mes más tarde, con el incendio más expandido, sí se puso en duda la capacidad de una mujer, en este caso Cecilia Moreau, para presidir la Cámara de Diputados en reemplazo del flamante superministro Sergio Massa. “El presidente debe controlar pasiones y ser equilibrado”, dijo el jefe de bloque opositor Mario Negri en referencia a la vice del bloque oficialista. La mayor parte de los diputados opositores que hablaron en el recinto usó la metáfora del fuego para hablar de la situación del país y para poner en cuestión la elección de Moreau como reemplazo del tigrense.

 

Sorpresivamente para quienes estaban en la virtual Asamblea Legislativa, fue la opositora Graciela Camaño quien salió en defensa de Moreau. "Si tenemos que buscarle el pelo al huevo, el país se incendia”, siguió con la alegoría y agregó: “¿Saben cuántas veces el país se incendió? Pero hoy cuando Cecilia se siente ahí con el voto de la mayoría que piense justamente con Claudia (Ledesma Abdala Zamora) y con Carolina (Losada) en el Senado un poder legislativo femenino". La legisladora de Consenso Federal mencionó a la presidenta provisional y a la vice del Senado y omitió nombrar a la titular del cuerpo, Cristina Fernández de Kirchner.

 

En uno de los momentos más altos de su discurso, Camaño sostuvo: "Se va a sentar por primera vez en la historia de este Congreso después de 158 años de hombres, una mujer". "No tenemos la suerte de que se entienda la necesidad de que las mujeres ocupen cargos relevantes. Para darle en serio la paridad en la participación que la mujer se merece", agregó la diputada opositora y cerró: “Cecilia, vas a estar en los libros de historia”.

 

Camaño fue una de las impulsoras de la ley de paridad, aquella que selló un “pacto de damas” en el Congreso en 2017, lo que sería, además, el antecedente de la construcción colectiva que permitió la aprobación de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en la Cámara baja en 2018 y su sanción definitiva en 2020. Sin embargo, la legisladora de Consenso Federal, bastante lejos del feminismo, no sólo no formó parte del colectivo transversal L@s Soror@s sino que las dos veces votó en contra del aborto, algo que “destacó” en su discurso de defensa de la presidencia de Moreau al hablar de las diferencias que las separan.

 

A pesar de la encendida defensa de Camaño, con quien se abrazó luego del discurso, Moreau –declarada y activamente feminista– se vio obligada a hablar de su condición de género. "Soy consciente de que tengo una responsabilidad adicional por ser mujer, y me genera un orgullo extra ser la primera mujer presidenta de la Cámara. No se confundan, no voy a gobernar por mis hormonas esta cámara, sino con mi cabeza, con mi corazón militante y con mis convicciones políticas". Nadie imagina que ningún varón haya debido aclarar con qué parte de su cuerpo piensa gobernar un espacio.

 

Sin mujeres, sí

Mientras en el Poder Legislativo tres mujeres ocupan la línea sucesoria presidencial, en el Ejecutivo la presencia femenina no alcanza ni el cupo del 30 por ciento. Aquel instructivo de Alberto Fernández que regulaba los nombramientos de varones hasta que no se cumpliera con la paridad en la administración pública está guardado en un cajón, junto con el proyecto de Sistema Integral de Cuidados que presentó en el Congreso el 2 de mayo. Es que en la primera línea de los equipos del triple ministerio a cargo de Massa hay solo varones. En la serie de tuits que publicó el titular de Hacienda para anunciar a su equipo menciona a algunas funcionarias, todas de segundas, terceras y cuartas líneas.

 

Estas decisiones no pasaron desapercibidas para la principal dirigente mujer –y feminista– del Frente Renovador, Malena Galmarini, mucho más que esposa de Massa, quien en declaraciones al programa De Acá en Más, que conduce María O’Donnell, mostró su descontento: “Ya se lo dije: estoy muy enojada por esto de que sean todos varones, que está muy bien porque son todos tipos muy importantes, pero también hay mujeres que quizás no las vemos porque no tienen la visibilidad que tienen los varones”.

 

“La crisis impacta con mayor crudeza sobre las mujeres. Las economistas feministas lo mostramos con datos, cuadros, análisis... El diagnóstico es muy claro. Hacen falta herramientas para cambiar esta matriz de desigualdad. Necesitamos mujeres en la primera línea de Economía”, tuiteó Mercedes D’Alessandro, exdirectora de Economía, Igualdad y Género del Ministerio de Economía. 

 

En estos días se realizó en la Ciudad de Buenos Aires la primera reunión presencial de la Mesa Federal de Políticas Económicas con Perspectiva de Género, un espacio de intercambio con 47 funcionarias de todo el país, creado en 2019 por D’Alessandro y la entonces secretaria de Provincias del Ministerio del Interior, Silvina Batakis. Con la actual directora de Economía y Género, Sol Prieto, como anfitriona, se presentó el documento Las brechas de género en las provincias argentinas, que incluye indicadores sobre desigualdad desagregados a nivel provincial y recopila las principales cadenas de valor y la desagregación del valor agregado bruto.

 

La primera página del informe da cuenta de que entre las principales cadenas de valor de la Argentina (educación, construcción, comercio, salud, servicios empresariales, transporte y logística, turismo, sojera, servicios financieros y forestal, papel y muebles), en 2021 las mujeres presentan una tasa de actividad del 48,6% versus 68,8% de los varones y revela que la brecha salarial alcanza el 28,0% en el total país. Si se trata de medir las brechas de tiempo y de cuidados, surge que la tasa de participación de las mujeres es del 88,9% (6,4 horas de tiempo promedio) y de los varones, el 57,9% (3,4 horas promedio). 

 

Al anunciar sus primeras medidas como ministro, Massa planteó que el camino de soluciones “tendrá a la inclusión como protagonista” porque permite “transformar los recursos en riquezas para superar el dolor que representa como sociedad la pobreza y la indigencia con la que convivimos”. Hoy, la pobreza y la indigencia en la Argentina tienen cara de mujer. Ninguna de ellas está representada en las mesas de decisión del futuro económico del país. ¿Cómo reducir las brechas de desigualdad sin sentar a las protagonistas? Hay bomberas en los cuarteles, se sabe, pero no las suelen convocar para apagar las llamas, sino para planchar los uniformes.

 

Javier Milei, Kristalina Georgieva y Toto Caputo.
Axel Kicillof

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