El flamante ministro de Economía, Sergio Massa, anunció medidas que profundizarán el corte fiscalista que había pretendido imprimir su efímera antecesora Silvina Batakis y que Martín Guzmán, el otro ex, quedó en el terreno del medio. Con eso, el flamante funcionario buscará contentar al Fondo Monetario Internacional (FMI), y para lograr gastar sólo lo que recauda, además de aportes crediticios del exterior, decidió cortar con la emisión monetaria y comenzar con la devolución de la asistencia del Banco Central al Tesoro nacional. Esa iniciativa tendrá un efecto positivo en los mercados, que se habían mantenido expectantes a la espera de las medidas, porque reclamaban el fin de la maquinita para calmar el ritmo inflacionario, como también pegará en el ajuste de las cuentas públicas de todos los estados.
A la vez, Massa adelantó nuevos alivios para la clase media y la apertura del diálogo con la Mesa de Enlace. Ahora será la city la que decidirá si confía en el superministro, si bien este miércoles renegó del mote, a cambio de profundizar el perfil de las medidas puso arriba del tablero el poder de negociación de la política. El desembarco formal del tigrense, con una primer conferencia de prensa incluida, depositó en la apertura de los mercados de este jueves el primer pantallazo que tendrán las medidas en la tensión cambiaria, que en la antesala del miércoles había retornado con presiones alcistas sobre los dólares financieros y el blue. Según analistas, los objetivos generales del plan M, si bien son "ambiciosos", van en la "dirección correcta". De hecho, la presentación de tono político más que técnico generó "confianza" entre los inversores, quienes comprendieron la falta por ahora de precisiones del programa a implementar, por la dinámica de la crisis, y destacaron el alineamiento de poder que generó la asunción de Massa en el Palacio de Hacienda.
"El discurso estuvo muy bien hecho, a la altura de un político de raza, que entiende que no es momento de dar buenas noticias ni muchas precisiones. Los objetivos son algunos muy ambiciosos, pero eran los esperados por el mercado, como el aumento de las reservas, la reducción del déficit fiscal, la suba de tarifas y el ordenamiento de los planes sociales. Por eso creo que el mercado va a reaccionar bien, se va a tranquilizar y le va a dar un tiempo, a pesar de que las medidas no están tan claras, pero seguramente durante los próximos días las iremos conociendo", afirmó el presidente de Patentes y Valores, Santiago López Alfaro, en diálogo con Letra P.
El ingreso de Massa en el gabinete tuvo como objetivo ordenar la economía desde la unidad política que el presidente Alberto Fernández no logró desde la aparición de cortocircuitos con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner por los términos de acuerdo con el FMI por la renegociación de la deuda por 44.000 millones de dólares. No hubo grandes novedades en torno al ajuste fiscal que había buscado Guzmán, y que Batakis sólo alcanzó a dejar en un anuncio, pero la diferencia es la decisión de aplicar las medidas con consenso con los gobernadores y los intendentes. La garantía política abre una ventana de confianza con el Fondo, que calmaría a los mercados. El diálogo con el equipo de Kristalina Georgieva se inició ayer mismo, contó el mismo Massa. La ratificación del congelamiento de la planta del Estado, con la inclusión de un mecanismo para transparentar su aplicación, busca ser la muestra del cumplimiento del pacto.
La nueva segmentación energética incluirá al servicio público de agua potable, al gas y la luz eléctrica. Una vez finalizado el proceso para anotarse en la continuidad de los subsidios, al que ingresaron 9 millones de usuarios, ahora tocará la sintonía fina. La clase media que no ahorre en consumo será penada con un recorte en la subvención del Estado, y para ese fin se pondrá una vara que respetar. Por caso, en energía eléctrica será de 400 watts. El plan continúa en ajustes, pero aún queda la incógnita de quién estará a cargo de ese desarrollo anunciado por Massa, ya que el ministro dejó abierta la puerta a cambios en la Secretaría de Energía, encabezada por Darío Martínez, pero en los hechos comandada por los funcionarios Federico Basualdo, Federico Bernal, Agustín Gerez y Soledad Manin, que revisten a La Cámpora. Horas antes de la conferencia de prensa, había entusiasmo en el cristinismo por mantener ese espacio clave en el Gobierno.
A la par, el ministro dejó claro que para que funcione la economía en los términos de deberes fiscales, debe haber respaldo social. Por eso, anticipó la implementación de un bono para los jubilados, y la apertura de una mesa de diálogo entre empresarios y trabajadores, supervisada por Hacienda, para recomponer los salarios medios, de modo de ganarle a la inflación. Para los analistas, esa impronta garantizará la puesta en marcha de un plan fiscalista de ajuste, pero sin crisis social. El temor de los empresarios, consultados por Letra P, es que se cristalice el enfriamiento de la economía evidenciado con los datos de la actividad ralentizada durante mayo, según confirmó el Indec.
La pronunciación en boca oficial sin tono acusatorio de la Mesa de Enlace, fue otro gesto massista de diálogo para lograr los dólares que necesitan las reservas del BCRA. La extensión del decreto de Miguel Ángel Pesce servirá para darle tiempo y rodaje a las negociaciones con el Círculo Rojo agroexportador, de quien depende el país para lograr un equilibrio macroeconómico que le permita atravesar el invierno. El arribo de fondos del exterior, en forma de crédito o de REPO, le dará poder de fuego a la entidad monetaria para desalentar presiones devaluatorias del mercado. "Los shocks devaluatorios lo único que producen es pobreza y una enorme transferencia de recursos", afirmó Massa, en un mensaje a especuladores.
Otro anuncio que entusiasmó al establishment fue la puesta en marcha de “una política de reordenamiento de los programas sociales”, que pondrá el foco en “la vuelta al mercado de trabajo, el fortalecimiento del trabajo asociativo y cooperativo y la protección de aquellas situaciones de grupos de vulnerabilidad”, según leyó Massa. Para eso, el funcionario anunció “una unificación de todos los programas de crédito que tiene el Estado Nacional en un solo programa que se llamará Crédito Argentino”, que abarcará a “los sectores productivos, pymes y el comercio”.
Con las medidas y las cartas sobre la mesa, la pelota ahora está en la cancha de los mercados.