PROYECCIÓN '23

El plan Recuplast: la porfía centrista de Schiaretti en pleno auge de la grieta

Mientras arde Recoleta, insiste con su armado transversal. Coqueteo con el socialismo, centros al albertismo huérfano y una vela a Manes. Perotti, al freezer.

CÓRDOBA (Corresponsalía) Mientras la batalla de Recoleta tiraba de ambos extremos de la polarización y dejaba un escenario nacional a pedir de la grieta, Juan Schiaretti observaba con la atención de quien analiza una oportunidad en medio de la crisis. El gobernador está convencido de que la sociedad argentina ha llegado a un nivel de enfrentamiento extremo y que resulta imperioso torcer el destino que parece irreversible.

 

Mientras surfea sus dramas de gestión y se esperanza con una victoria en Marcos Juárez que le permita acumular minutos de pantalla nacional y también rumbear el camino que le permita ordenar la campaña que definirá a quien lo suceda en el Panal, Schiaretti traza campos de acción.

 

El viernes se había reunido con la titular del Partido Socialista, Mónica Fein, con quien construye desde fines del año pasado a partir de las acciones del interbloque de Diputados que comanda el bonaerense Alejandro “Topo” Rodríguez. Como contó Letra P, la gira de la exintendenta de Rosario por el centro del país sembró elogios públicos para el mandatario cordobés que espera para cosechar las loas del palomar opositor para dar forma definitiva a su construcción centrista.

 

En el germinal espacio opositor hay un juicio de valor sobre los extremos de la polarización, que a grandes rasgos describen como un peronismo cooptado por Cristina Fernández de Kirchner y un radicalismo que anda sus días como un apéndice del PRO. De un lado, ven una construcción política centralizada en figuras con características feudales. Del otro, a una fuerza vecinalista que con similares rasgos de soberbia piensa el país desde el Barrio Norte porteño. No quieren saber nada con un extremo ni con otro, pero reconocen que esos sectores han logrado convertirse en los aglutinadores de otros espacios políticos que podrían dar el salto si se lograra construir una alternativa transversal sólida con basamento en la “racionalidad”.

 

En la suma de actores, las charlas empiezan a nombrar gobernadores del PJ que “no hacen seguidismo del kirchnerismo”, pero que “no están en condiciones de sacar los pies del plato”. Aunque en voz baja y con argumentos relacionados con la gestión, ya hubo encuentros con Sergio Uñac y Gustavo Bordet, dos de los dirigentes que dentro del FdT marcan sus diferencias con el brazo político de CFK, aunque parezca demasiado prematuro pensarlos en un esquema fuera del PJ. También analizan sumar voluntades entre los mandatarios peronistas que vieron en Alberto Fernández al hombre con la capacidad de dejar atrás los conflictos que, también hacia adentro, generaba el kirchnerismo y que hoy son testigos del naufragio de aquella idea.

 

En un planteo casi ficcional a un año de las elecciones, esbozan un escenario de doble filo que imaginan jugando a su favor. La profundización de la crisis complica las gestiones provinciales, aumentando su dependencia del poder central; pero creen que el “ajuste brutal” que piensa imponer Sergio Massa terminará haciendo trizas el alineamiento. Así, se imaginan recibiendo gobernadores con los brazos abiertos. Eso sí, también toman nota de la experiencia del Frente de Todos y saben que necesitan tejer relaciones que se puedan sostener en el tiempo, sobre todo en un futuro plagado de pronósticos de turbulencias.

 

Con el hermetismo que caracteriza las reuniones de Schiaretti con sus pares de la política, es posible que la reunión con el socialismo haya puesto sobre la mesa el nombre de Omar Perotti. El santafesino es casi el único gobernador con el que el cordobés ha construido sólidos lazos institucionales, basados en la gestión de proyectos conjuntos entre las dos provincias ancladas en el corazón productivo del país. “Al socialismo le resultaría incómodo, pero también entendemos que hay cuestiones que se resuelven localmente y un objetivo mayor, que es la construcción de un espacio nacional”, advierten en el partido que por estas horas analiza la estrategia para volver a correr al peronismo de la Casa Gris.

 

El contexto obliga a Perotti a no rifar la unidad del PJ de su provincia e intentar contener a la mayor cantidad de sectores posibles para conservar el poder santafesino. “Está pagando las consecuencias de no haber podido armar algo propio, por eso nunca pudo desprenderse del FdT, lo necesita para gobernar. Mientras siga alineado, no podemos contarlo como una alternativa posible”, dicen en el transversalismo cordobesista. Schiaretti no lo descarta, pero ya no se desvela por su presencia.

 

La última rebelión de Facundo Manes, único diputado de JxC que no se sumó al pedido de juicio político al Presidente, volvió a ponerlo en el campo en el que se identifica a posibles integrantes de la nueva experiencia. El neurocirujano es quien más atrae a Schiaretti, pero en la cocina del armado no es visto como el único dirigente dispuesto a dar esa batalla desde la UCR.

 

“¿El radicalismo se va a bancar no tener candidato a Presidente y volver a ir a la cola del PRO?”, se pregunta, picante, uno de los dirigentes consultados por Letra P. Así como Manes ya dijo que solo será candidato a Presidente, Gerardo Morales también recorre el país exponiendo su proyecto, que tiene puntos de contacto fundamentales con lo que propone Schiaretti, principalmente en la crítica a las decisiones centralizadas en Buenos Aires y la necesidad de la construcción de “algo más federal”. El jujeño, de hecho, fue quien inauguró la temporada de visitas radicales al despacho de Schiaretti, que se continuó con las de Manes, Martín Lousteau y Emiliano Yacobitti, y mantiene en veremos desde hace meses el desembarco del gobernador correntino, Gustavo Valdés.

 

Puertas adentro, aseguran que “Schiaretti no está pensando en ser candidato a Presidente, sino que se imagina siendo el articulador de un espacio desde el cual se pueda avanzar en la construcción de una alternativa plural, amplia, razonable y productivista”. Sin embargo, es quien se pone a la cabeza de ese armado.

 

Si la lectura de la mesa que construye la propuesta para imponerse a los extremos de la polarización es correcta, una parte mayoritaria de la sociedad argentina está harta de la grieta, pero termina como rehén de las expresiones que la reproducen día tras día. En ese contexto, la idea es hacerse eco de ese descontento y evitar que la antipolítica, modo en que caracterizan al libertarismo identificado con Javier Milei, capitalice la desilusión generalizada. 

 

Axel Kicillof, gobernador de Buenos Aires.
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