LA PLATA (Corresponsalía Buenos Aires) La tregua en el fuego cruzado al interior del Frente de Todos (FdT) parece empezar a resquebrajarse con el surgimiento de nuevas críticas a la Casa Rosada por parte de figuras alineadas a La Cámpora, cercanas a Máximo Kirchner. La presidenta del Instituto Cultural bonaerense, Florencia Saintout, salió este lunes a criticar los “titubeos” del gobierno de Alberto Fernández sobre los que, explicó, se despliegan las “maniobras desestabilizadoras de un sector de la oposición”. Además, destacó contrastes con la gestión de Axel Kicillof en Buenos Aires, donde “todos los días hay una buena noticia a favor del pueblo”.
Las declaraciones de la funcionaria provincial llegan en medio de la tregua en el fuego cruzado de la coalición de gobierno, que rige desde la salida de Martín Guzmán del Ministerio de Economía, reemplazado por Silvina Batakis, y vuelven a sacudir la interna oficialista.
En el marco de una entrevista en Radio Provincia, la emisora del Estado bonaerense, Saintout respaldó las denuncias lanzadas este domingo desde el bloque de diputados nacionales del FdT sobre “maniobras de neto corte golpista” detrás del aumento del dólar y de la aparición de voces que pidieron “elecciones anticipadas”.
“No me cabe ninguna duda de que hay maniobras desestabilizadoras con un horizonte golpista. Hay una oposición en este país que no es solamente política sino mediática, económica y judicial, que detesta la democracia y detesta a los gobiernos que tienen un horizonte popular”, apuntó; pero, dijo, esas acciones “se amparan en dificultades, en errores y en titubeos que no deberían existir porque son muy fuertes las necesidades de nuestro pueblo”.
“¿Está planteando que tiene que haber una acción más decidida del gobierno nacional?”, le preguntaron y respondió: “Sí. Por supuesto que tenemos derecho a debatirlo, pero lo que yo veo en la Provincia es muy distinto a lo que veo a nivel nacional”, lanzó.
“En la Provincia veo un gobierno que está decidido a gobernar todos los días a favor del pueblo. (En la Provincia) todos los días hay una buena noticia, que, por supuesto, no toman los grandes medios de comunicación, a favor de las mayorías. Yo esto no lo veo todos los días en el gobierno nacional. Más bien lo que veo es que un día sí, un día no… un día hay un anuncio y después se vuelve para atrás…”, criticó. “En el gobierno nacional se presentan algunas dificultades que se podrían haber evitado. Es parte de su debilidad, que se ha ido construyendo”.
Finalmente, cargó contra la oposición, al afirmar que “tiene la racionalidad de las élites, de las oligarquías, de los que se creen dueños de todo, incluso de la historia. Debe ser algo que podamos discutir, si no pareciera que es una cuestión de internas o de personalidades”.
Las declaraciones públicas de Saintout, de llegada directa a Kirchner, rompen el silencio al que se llamó el kirchnerismo tras aquel fin de semana de súper acción iniciado con el tuitazo de renuncia de Guzmán el 2 de julio, mientras CFK daba su discurso en Ensenada y tras lo cual los Fernández retomaron el diálogo y firmaron la tregua.
El silencio incluyó a todos, incluso al ministro de Desarrollo para la Comunidad bonaerense, Andrés Larroque, el lanzallamas designado en épocas de bombardeo desde Buenos Aires, quien el 29 de junio, cuatro días antes de la cena que mantuvieron a solas los Fernández en Olivos durante la cual sellaron el acuerdo de no agresión, había disparado con municipio gruesa: “El conurbano no da más y solo le estamos dando aspirinas y poniendo curitas”, había dicho a Letra P durante una entrevista en el marco del especial Una olla a presión que este medio publicó el 14 de julio.
El 7 de julio, durante un acto del Partido Justicialista (PJ) bonaerense en Escobar, el propio Kirchner había dado muestras de la decisión de bajar las armas. Allí, ante la militancia, lanzó dardos teledirigidos hacia afuera y hacia adentro del FdT y fustigó a Guzmán, pero suavizó sus críticas al Presidente. Al día siguiente, en un acto en El Calafate, su madre siguió esa línea.
La paz firmada también incluyó a los líderes del Movimiento Evita, uno de los blancos de la tropa K, quienes bajaron el tono a sus declaraciones y, como contó la periodista Macarena Ramírez, se bajaron del ring.