LA ECONOMÍA Y LA INTERNA

23, el número que explica la pulseada Massa-Guzmán

El renovador le habla a su electorado. El ministro apuesta al mediano plazo, confiado en la macroeconomía. El agua debajo del puente y los trapitos al sol.

Cristina Fernández de Kirchner está en el sur. También Máximo Kirchner, que viajó a Santa Cruz a visitar a su hijo, Néstor Iván, y su hija, Emilia. La vicepresidenta y el titular del PJ bonaerense, que venían de una minigira discursiva de reparto de críticas a Alberto Fernández con funciones al cierre de estas últimas semanas, se llamaron a silencio. Sergio Massa tomó la posta en el reproche interno a la economía todista.

 

En paralelo a que el albertismo insistiera con que no es necesaria una mesa del Frente de Todos para lavar los trapitos sucios en la Casa Rosada, el titular de Diputados ventiló uno de ellos. Por carta, recurso cristinista para generar terremotos en la coalición, el jefe del Frente Renovador le volvió a reclamar a Martín Guzmán una actualización "inmediata" del piso de Ganancias, unas de las banderas de su espacio lanzado en 2009. Es el segundo round, después de que el ministro de Economía le replicó, con chicana incluida, que era una "obviedad" el retoque del impuesto, hace casi dos semanas.

 

El debate no era por el qué, algo que todos los actores concordaban que ocurriría, sino por el cuándo se modificará la suba del mínimo no imponible: Massa pedía que fuera antes del pago del aguinaldo y Guzmán, después, para cumplir con las metas en la nueva revisión del Fondo Monetario Internacional (FMI). Apenas trascendió que el ministro cedería por decreto, el massismo reveló su as bajo la manga: un proyecto de ley que pensaba presentar en el Congreso si el ultimátum no bastaba.  

 

De fondo, en medio de la pelea de balance financiero asoma otro número, el 23. "Le está hablando a su electorado, por eso el tono y los modos", analizan con lupa electoral en el Palacio de Hacienda la embestida massista. "Sin haberlo prometido en campaña, favorecimos a un millón y medio de trabajadores", se jactó el tigrense en agosto del año pasado. Fue al repasar las leyes que logró sacar desde un Congreso que hoy, camino a las presidenciales, se muestra más complicado para las voluntades oficialistas, no sólo a causa de la oposición de Juntos por el Cambio. 

 

Cerca de Massa no ocultan el rol que el socio todista está buscando tomar en el Frente. "Massa, el señor de los alivios", titulan la película que desea protagonizar, como uno de los ya anotados para la interna 2023 que propulsa Fernández. Uno es el alivio fiscal. La audiencia renovadora, entienden los suyos, debe volver a ser tenida en cuenta por el Gobierno: es la clase media trabajadora. 

 

En Economía confían en la estabilización de la macroeconomía, el mantra de Guzmán bajo su promesa de calmar la inflación en el mediano plazo, pero no dejan la lectura ahí para contraponer al reproche, junto a las aspiraciones electorales del exjefe de Gabinete de Cristina Kirchner. Precisamente a la vicepresidenta se le adjudica el impulso, fallido, de ubicar a Massa como un superministro de Economía durante la crisis de las renuncias del camporismo, post-derrota en las PASO 2021. Proponía fundir Desarrollo Productivo con Hacienda, lo que, de paso, como quien no quiere la cosa, el kirchnerismo se deshacía de Matías Kulfas, otro ministro al que le apunta sus cañones. Como no hay dos sin tres, en ese organigrama se llegó a plantear a Máximo Kirchner en lugar de Claudio Moroni

 

Fuera de la ucronía, tampoco desconocen en la Casa Rosada que, a diferencia del Instituto Patria, que se corrió del rumbo económico, el massismo tiene para aportar eventuales reemplazantes de Guzmán. Uno es Marco Lavagna, que por la interna y trascendidos sobre una cumbre entre Fernández y su padre, Roberto, recién pudo salir a promocionar el Censo 2022 a último momento, para evitar que le preguntaran también por la inflación. SI hay algo que no le falta al FR son economistas: Miguel Peirano, Martín Redrado, hoy reencontrado con Cristina Kirchner, y siguen las firmas. 

 

El martes, Massa y Guzmán estuvieron en la Casa Rosada. No confirman una reunión tripartita con el Presidente. En el feriado del 25 de Mayo, el tigrense se mostró con Fernández. A diferencia de la vice, los dardos del titular de Diputados a Guzmán no son por elevación al mandatario. "Juega a la unidad", afirman a su lado.

 

El ministro no se queda atrás, si bien hablar hoy de una candidatura es inimaginable. Una encuesta de la consultora Analogías recién salida del horno dice que el 89,1 evalúa como "negativa" la economía argentina, frente a un 10,9 de optimistas. "Le pica el bichito, llama y pregunta cómo se organizan las bajadas a los barrios", reveló uno de sus pares del gabinete. Guzmán viene mostrándose en el territorio. Tiene, no es ningún secreto, sus propias aspiraciones.

 

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