La renovación de autoridades nacionales y de las seccionales de todo el país de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) promete cruces de alto voltaje gremial y político. Además de la disputa que tendrá lugar en la seccional Avellaneda, una de las más numerosas del país, otra de las peleas que más atención concentra es la de la seccional Quilmes, Florencio Varela y Berazategui, que desde hace 38 años conduce el exintendente quilmeño Francisco Gutiérrez, alias "Barba", reinado que este lunes y martes podría llegar a su fin.
"Esto no se trata de una pelea por el poder, nosotros vamos a pelear por la recuperación del salario de los metalúrgicos y por un sindicato vivo que los proteja y les brinde el apoyo que se merecen. Tenemos un compromiso con nuestros compañeros, porque desde hace años que hay promesas y no se mejoró nada nuestra situación". Quien habla es Adrián Pérez, el candidato a secretario general por la Lista Verde "Fray Luis Beltrán", el espacio opositor conformado por un sector de la dirigencia que integró la conducción local de la UOM en diferentes momentos pero que se distanció del veterano dirigente y ahora lo enfrenta para desplazarlo.
En contraste con la conducción actual que ya orilla las cuatro décadas de permanencia, Pérez asegura que, si gana, va a limitar a dos mandatos la permanencia de los secretarios generales en la cima de una de las seccionales más importantes de la zona. La seccional bonaerense cuenta con una plantilla de 5.300 afiliaciones en empresas grandes como Ternium-Siderar, pero con un arraigo muy fuerte en las pymes del sur del Conurbano. Además, un eventual triunfo opositor podría significar un cambio en el frente sindical. Pérez, que años atrás supo acompañar al Barba en la conducción metalúrgica y también en la intendencia de Quilmes por dos períodos, tiene cercanía con la Corriente Federal de los Trabajadores, el sector más combativo del mundo gremial.
El enfrentamiento sindical, que pone en jaque a un protagonista de la militancia metalúrgica, arrastra además una batalla política que se libra silenciosamente dentro de la UOM desde, al menos, 2017. Por ese entonces, y pese a la resistencia de buena parte de las bases del gremio, Gutiérrez resolvió blanquear su enfrentamiento con Cristina Fernández de Kirchner, quien había respaldado su aventura municipal, para militar abiertamente por la candidatura de Florencio Randazzo en los comicios legislativos que terminaron con la llegada al Senado de la expresidenta.
Dentro del gremio, consideran que aquel fue el punto de no retorno en la relación de Gutiérrez con buena parte de la conducción seccional, al punto que hoy Pérez es acompañado por buena parte de la dirigencia de peso en la UOM. "Si después de dos años y cuando la persecución judicial contra el kirchnerismo estaba en su peor momento se abrió de sus dirigentes, ¿qué puede llegar a hacer con nosotros?", razonaban entonces quienes hoy quieren desbancarlo.
Si bien ya cerraron las listas para la renovación de las autoridades del PJ quilmeño, con la figura de Mayra Mendoza a la cabeza, la interna sindical también promete sacudir al peronismo local, ya que en la boleta partidaria encabezada por la intendenta de Quilmes convivirán Gutierrez y Pérez. Más allá de la convivencia en el ámbito partidario, el hecho que tal vez grafica de manera más elocuente el reordenamiento interno en el peronismo y podría interpretarse como un síntoma del cambio de época es que el actual presidente del PJ local, Fabián Salvatierra, que llegó a ese puesto impulsado por Gutierrez, hoy respalda la candidatura sindical del ascendente Pérez.
