CONFLICTO DE PODERES

La liga de la justicia bergoglista amasa su propia reforma de la Corte

Rosca para liberar de "presiones" a los tribunales. Cónclave en casa de un gobernador con un enviado papal y videomensaje adoctrinador. Lorenzetti, bajo amparo.

El presidente Alberto Fernández marcó la cancha en la apertura de la Asamblea Legislativa al reclamarle a la conformación plena del Congreso una reforma urgente que permita al Poder Judicial “recuperar la confianza pública perdida”, y al demandar cambios en la conformación y funcionamiento de la Corte Suprema delante de sus cuatro integrantes: Horacio Rosatti, Ricardo Lorenzetti, Juan Carlos Maqueda y Carlos Rosenkrantz.

 

El mensaje del primer mandatario tuvo eco en el capítulo argentino del Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana (Copaju) comandado por el exprocurador del Tesoro Carlos Balbín que, desde mediados de 2019, profundiza trabajos sobre la idea de una “justicia ecosocial” –bendecida por Jorge Bergoglio – tendiente a modificar el paradigma del Derecho a fin de que priorice la dignidad de las personas por encima de toda injerencia de los intereses políticos-partidarios o económicos.

 

No obstante, los iniciadores de esta liga son el juez Roberto Gallardo –que supo poner en jaque a Mauricio Macri cuando era alcalde porteño- y el asesor tutelar porteño Gustavo Moreno, presidente e integrante del Copaju a nivel panamericano, quienes visitan asiduamente al pontífice en la residencia vaticana de Santa Marta para dar los trazos definitivos de una iniciativa en pos de un Poder Judicial más independiente y que –puntualizan– decida sobre la base de la Constitución Nacional y la dignidad de las personas, sin influencias externas.

 

Cumbre de magistradas y magistrados bergoglistas en Puerto Iguazú.

“La idea es encontrar una justicia que no solamente sea un nominalismo jurídico, sino que aquellas leyes y sentencias que se dicten realmente se ejecuten, tengan eficacia y puedan transformar la calidad de vida de las personas que son justiciables”, fundamentó Moreno en declaraciones a Letra P, en las que aclaró que los cambios en la Corte Suprema “no pasan por el número” de miembros, sino por el hecho de que al máximo tribunal deberían llegar solo las causas “excepcionales” abriendo el juego a otras y nuevas instancias previas. El jurista también minimizó las declamadas “presiones” de un poder sobre otro: “Son propias de los cargos”, reconoció.

 

La liga judicial bergoglista volvió a actuar un día después del discurso del Presidente ante el Congreso, reuniendo a parte de su plantilla en la casa del gobernador de Misiones, Oscar Herrera Ahuad (Frente de la Concordia Misionero), en la previa de la cumbre de magistradas y magistrados convocada por el Copaju. El convite incluyó a Marcelo Sánchez Sorondo, el obispo argentino y colaborador papal desde la Academia Pontificia para las Ciencias Sociales, al obispo Juan Martínez (Posadas), al ministro Coordinador misionero, Ricardo Wellbach, y al juez posadeño César Jiménez; además de Gallardo, Moreno e integrantes del comité panamericano.

 

Tras el cónclave en la residencia del mandatario misionero, la ciudad de Puerto Iguazú fue el escenario de la cumbre del Copaju, en la que Bergoglio envió un videomensaje transmitiendo su preocupación por lo que evaluó como “una cierta insustancialidad” a la hora de analizar la justicia y advertir que “un 50% de pobres es, con total certeza, un 50% de derechos humanos incumplidos”.

 

En este contexto, el exministro de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni bajó línea sobre los cambios en el sistema judicial asegurando que el tema de la reforma “no se resuelve únicamente con el reemplazo de cuatro personas, porque queda abierto el espacio para reproducirse”, pero evitando criticar o defender a los actuales integrantes del máximo tribunal. También fueron parte de la cumbre la Defensora de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Nación, Marisa Graham; el abogado y asesor papal Juan Grabois (Unión de Trabajadores de la Economía Popular - UTEP), el sacerdote Carlos Accaputo, responsable de la Pastoral Social de Buenos Aires; y Ariel Pringles, secretario de Relaciones Internacionales y Derechos Humanos del gremio de los judiciales, entre otros.

 

Paralelamente, Lorenzetti viajó al Vaticano y fue recibido en audiencia por Francisco en forma protocolar en la biblioteca privada del segundo piso del Palacio Apostólico, y no tan informalmente en la residencia Santa Marta como transcendió en un primer momento. Fue pocos días después de advertir que los miembros de la Corte no iban a ceder ante las presiones, a raíz de que un sector del oficialismo impulsó una movilización al Palacio de Tribunales exigiendo cambios en la justicia.

 

Aunque oficialmente se informó que durante el encuentro de media hora se hizo foco en la cuestión ambiental, punto en el que el papa sienta doctrina en su encíclica social Laudato si’, un sacerdote argentino que recorre despachos vaticanos especuló con que Lorenzetti fue a ver a Bergoglio “en busca de un poco de paz”, en momentos en que un sector del kirchnerismo objeta y mira de reojo la administración de justicia en todos sus escalones.

 

Guilllermo Cornaglia. Hasta diciembre fue senador por Belgrano.
Rosario Romero, intendenta de Paraná.

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