LA PLATA (Corresponsalía Buenos Aires) Pese a que un grupo de provincias inició un operativo despegue para celebrar elecciones separadas de la nacional y evitar la mochila de plomo en que se ha convertido la gestión de Alberto Fernández, el gobernador de la provincia del 37 por ciento del padrón electoral del país mantendrá su cronograma. El bonaerense Axel Kicillof no considera la posibilidad de un desdoblamiento. Su plan es inalterable: ir por la reelección atado a una boleta en la que, esperan en La Plata, esté la figura de la vicepresidenta Cristina Kirchner.
“Nuestro plan y el de Axel es la reelección, sin desdoblamiento”, dijo a Letra P alguien de la mesa chica del mandatario, quien -indicó- “no tiene ningún problema” en competir en una interna en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) que, al menos por el momento, siguen en pie. Así, la administración bonaerense echa por tierra cualquier duda al calor de las intenciones de otros gobiernos de sello peronista que decidieron cortarse solos para no pagar el costo de un voto castigo a la administración central consecuencia de una economía en estado crítico.
Parte de los argumentos ya los había dado tiempo atrás el jefe de Asesores bonaerense y hombre de confianza de Kicillof, Carlos Bianco, durante una entrevista con Letra P. Tras relatar las complejidades técnicas de la implementación de un desdoblamiento, aseguró: “No me quiero quedar sin los votos de una lista de Cristina si, efectivamente, fuera a la nación”. El otro factor preponderante en su análisis fue el impacto negativo que podría tener para la oposición bonaerense que Javier Milei encabezara una boleta por la presidencia.
Pese a que en política dos más dos no siempre es cuatro, no hay segundas lecturas respecto de la montaña de votos que podría traccionarle al gobernador la figura de su jefa política. En el entorno del mandatario entusiasma la sensación de lanzamiento que dejó el paso de CFK por la cumbre de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) celebrada en Pilar. El acto previsto para el 17-N en La Plata por el Día de la Militancia, donde la vice será única oradora, agiganta las expectativas. Como fuere, candidata a presidenta o candidata a senadora por Buenos Aires, “Cristina suma por todos lados”.
Días atrás, otro que para alivio del Presidente confirmó que irá a la elección del próximo año en la misma fecha que la nacional fue el gobernador de Catamarca, Raúl Jalil. A diferencia de Buenos Aires, donde la ley provincial indica que las elecciones se celebran el mismo día que las nacionales, en Catamarca la Constitución establece que los comicios pueden celebrarse “en día domingo del mes de marzo” o, si hubiera elecciones nacionales, de manera simultánea, por lo que Jalil podía optar entre una y otra opción sin inconvenientes.
Estos casos van a contramano del operativo despegue que ejecutan Tucumán, Salta, Río Negro, Córdoba, Misiones, y Jujuy, que elegirán a sus próximas autoridades ejecutivas en una fecha anterior a la presidencial. En el caso de Santa Fe, Tierra del Fuego y Chaco, el desdoblamiento está indicado en la Constitución local. En tanto, Santiago del Estero y Corrientes tienen sus cronogramas electorales desfasados del nacional y elegirán autoridades locales recién en 2025.
Con esta definición tomada, Kicillof continuará en su universo, enfocado en la gestión, su principal carta para encarar una campaña que se presenta muy diferente de la de 2019, cuando enfrentó a una María Eugenia Vidal debilitada por su gestión y por la de Mauricio Macri, quien le prohibió desdoblar la elección en su aventura de quedarse otros cuatro años en la Casa Rosada.
Kicillof es el candidato del Frente de Todos en la Buenos Aires, el territorio que el peronismo busca alambrar para guarecerse ante una eventual ola amarilla. Es, fundamentalmente, el elegido por la vicepresidenta. Mientras camina a su reelección, aunque no sea de su agrado seguirá participando de las mesas de rosca. Necesita mantener unido un peronismo roto que pelea contra sus propios demonios. No depende solo de él, claro. Máximo Kirchner, comandante en jefe del PJ bonaerense, y los intendentes, los territoriales encargados de juntar los votos, necesitan lo mismo para sobrevivir.