PERONISMO PARA ARMAR

Los fantasmas de un quiebre definitivo también acechan al PJ cordobés

Schiaretti hace un juego transversal con traje anti-K, pero el cordobesismo necesitará del FdT en 2023. La Cámpora y Caserio, desafíos mayores para Llaryora.

CÓRDOBA (Corresponsalía) Tal como hizo Alberto Fernández, Juan Schiaretti se abocó a la gestión durante el 17 de octubre. El gobernador de Córdoba siguió con su habitual agenda de inauguraciones y anuncios durante el Día de la Lealtad y esquivó movimientos relacionados con la fecha fundacional del peronismo, a la que no hizo ninguna referencia más allá de un posteo en sus redes oficiales. La decisión quedó inscripta en un momento de tensión dentro de las diferentes expresiones del panperonismo cordobés, que volvió a mostrarse dividido no solo en materia de mitines partidarios sino también en sus conceptos y métodos estratégicos de cara a las elecciones de 2023. A pesar de las diferencias, la realidad del justicialismo cordobés no es tan distinta a su espejo nacional.

 

Vista desde afuera, Córdoba es una rara avis en el mapa político. Gobernada hace un cuarto de siglo por el PJ, la oposición cuestiona al oficialismo local con los mismos epítetos que se le suelen machacar a las gestiones de la misma raigambre partidaria en la Casa Rosada. Sin embargo, la provincia mediterránea tal vez sea el territorio en el que la liturgia justicialista se imponga con menos peso en los actos oficiales.

 

Si bien es cierto que el proceso aperturista y transversal estuvo presente en la experiencia del cordobesismo desde los tiempos de José Manuel De la Sota, Schiaretti parece haber acelerado ese proceso de desperonización, lo que le generó cuestionamientos en un sector de la dirigencia que, sin romper, pide una mayor identidad pejotista en los discursos y, sobre todo, los armados políticos.

 

En la mesa chica del gobernador hay también un factor determinante a la hora de tomar algunas decisiones. Ese factor se llama kirchnerismo. Hay en el schiarettismo una idea muy similar a la que alguna vez expresó Mauricio Macri y que señala que el peronismo ha sido cooptado -el expresidente dice "secuestrado"- por el kirchnerismo y que, por esa razón, es necesario pensar una alternativa que incluya otros jugadores. Nuevos actores para una Argentina sin grietas.

 

Este jueves, Schiaretti disertará en la UBA. Puntualmente, en la Facultad de Ciencias Económicas, bastión del vicerrector de la casa de estudios y diputado de Evolución Emiliano Yacobitti, a quién el cordobés recibió en su despacho junto al radical Martín Lousteau, en un movimiento que fue criticado por todo el arco cambiemista mediterráneo. Será un nuevo primer paso para la instalación nacional del cordobés que empezará a recorrer escenarios por fuera de su provincia. A esa estrategia nacional del gobernador se sumará en el territorio provincial el intendente capitalino Martín Llaryora, que intentará apuntalar su candidatura a la gobernación a partir de un discurso que combinará la discusión provincial con las mismas críticas al Frente de Todos que Schiaretti expresará en una paulatina gira mediática.

 

Schiaretti y Fernández, titulares de dos PJ distintos pero con retos similares

Ese modelo no dejará de generar tensiones internas, que Llaryora intentará disipar ampliando las conversaciones con sectores con los que el schiarettismo rompió puentes desde hace ya bastante tiempo. La semana pasada, el intendente participó del Primer Congreso de la Economía Circular que se organizó en Villa Giardino. Además de reivindicar el trabajo de su gestión en la materia, deslizó críticas al gobierno nacional que no fueron para nada bien recibidas por Mariana Caserio y Miguel Maldonado, integrantes del bloque Identidad Peronista, referenciado con el vicepresidente del Banco Nación, Carlos Caserio, que se separó del oficialismo local en la Unicameral meses atrás. 

 

Esa pata del peronismo antischiarettista, la única formación interna del PJ cordobés que se le plantó al gobernador en la interna partidaria de marzo último, se reunirá en las próximas semanas para comenzar a macerar una táctica provincial que amenaza con enfrentar a HxC en 2023, "si la unidad provincial no se da". “Schiaretti es Cambiemos, mandó a votar a Macri y se abrió del peronismo, del que solo le quedó el sello”, aseguró Olga Riutort, figura de ese espacio, semanas atrás. 

 

Entre las diferentes expresiones del Frente de Todos (FdT) que conviven en Córdoba, la posibilidad de proyectar una lista que se separe de PJ cordobés en las elecciones provinciales no es solo una idea que analiza el caserismo. “Tenemos un proyecto político para la provincia construido desde las bases, construido por la militancia, y tenemos un proyecto político para la Nación. Tenemos unidad de concepción y conducción política. Ahí está la esperanza”, aseguró la diputada Gabriela Estévez en el acto que reunió a la pata kirchnerista del FdT el lunes en el sindicato de Luz y Fuerza. 

 

La referente de La Cámpora, que también afirmó que "si el pueblo quiere, Cristina puede" afrontar una candidatura presidencial, es una de las voces que siempre deja abierta la puerta de afrontar una estrategia provincial que acerque posiciones con Llaryora y que conviva con el rumbo que defina el kirchnerismo en el país. En caso de que esa fuera la postura, el intendente capitalino deberá enfrentar el gran desafío de hacer coincidir ese acercamiento con la proyección nacional anti-K que encarna Schiaretti. 

 

El nudo gordiano del que deberá hacerse cargo Llaryora también suma las conversaciones con el grupo de intendentes que desde hace tiempo cuestiona la estrategia schiarettista a viva voz y pide tener una mayor participación en la mesa chica del PJ. En algunos casos, incluso se animan a proponer alternativas a la candidatura del intendente, como sucedió la semana pasada cuando hubo voces que le pidieron al villamariense Martín Gill que "plante la candidatura para devolverle la esperanza a los cordobeses".

 

Como si la discusión no estuviese bastante caldeada en la superestructura, las bases sindicales también expusieron su división con encuentros separados el lunes. Mientras el sector designado por la conducción nacional de la CGT para la "normalización" de la Regional Córdoba protagonizó un acto masivo frente a la sede de la central en el centro cordobés, quienes denuncian el movimiento como una "intervención" y piden por el respeto al mandato de José Pihen se reunieron en la sede de SMATA.

 

Con todo, la disputa de las organizaciones gremiales, más allá de diferencias de fondo y de algunas miradas encontradas respecto del proceso nacional, tiene mucho más que ver con rencillas al interior del universo sindical que con las miradas sobre el proceso político provincial, en el que ambos sectores sostienen un buen diálogo con el cordobesismo.

 

Una multitud marcha el 24M hacia Plaza de Mayo
La oposición justifica su baja productividad por la ausencia de información central e intima a Martín Llaryora.

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