CÓRDOBA (Corresponsalía) Mientras todos los astros parecen alinearse para que Hacemos por Córdoba (HxC) oficialice la candidatura del intendente capitalino Martín Llaryora a la gobernación un tiempo antes de lo que originalmente estaba previsto en el Panal, el jefe comunal peronista de Villa María, Martín Gill, continúa intensificando su tejido provincial que tiene como principales satélites a quienes vienen reclamando mayor participación política para quienes gobiernan en las localidades del interior en nombre del peronismo y más allá.
Este jueves, Gill reunió a autoridades municipales, concejales e integrantes de los tribunales de cuentas y a la dirigencia del departamento Marcos Juárez en el Club Argentino de la ciudad del mismo nombre. Desde allí, el gillismo pretende proyectar una seguidilla de encuentros para debatir “la Córdoba que viene” desde las mirada de las intendencias.
De las partes que integran el Frente de Todos, la que se referencia en el exsecretario de Obras Públicas es la más proclive, abiertamente, a acercar posiciones con el schiarettismo. De hecho, el propio Gill se reconoce parte del peronismo cordobés que durante años construyó con las referencias de José Manuel De la Sota y Juan Schiaretti y se abraza a la tarea de pensar una unidad partidaria nacional, órbita en la cual el villamariense también trazó una buena parte de su trayectoria política.
Kilómetro cero. Gill reunió a dirigentes territoriales del departamento Marcos Juárez
Gill fue secretario de Políticas Universitarias durante la tercera administración kirchnerista y recorrió la primera parte de la gestión de Alberto Fernández como parte fundamental de la cartera que todavía comanda Gabriel Katopodis. En medio de esa experiencia como funcionario nacional, llegó a la intendencia de Villa María con la boleta del Frente para la Victoria y revalidó su gestión encabezando la lista de la versión villamariense de HxC.
En esa línea de pensamiento que busca unificar espacios y voluntades, Gill se continúa moviendo de cara a 2023. "No es contra nadie, es con todos", dijo este jueves por la tarde sin temor a evocar el eslogan de 2019. "Asumamos definitivamente la vocación de hacer una provincia libre, justa, soberana y con lugar para todos los cordobeses", arengó. En esa dirección, en su entorno admiten una "amistad" con Llaryora, con quien pretenden discutir para confluir y no precisamente para "dividir". Aunque la pregunta que siempre queda flotando es qué pasaría si los planteos que encarna el villamariense no son correspondidos por la estructura del peronismo mediterráneo.
Más allá del proceso que viene encabezando Gill desde hace algunos meses, el contexto del plenario se inscribió en un malestar creciente de un grupo de jefes y jefas comunales con la estrategia que viene llevando a cabo HxC en el armado electoral que tuvo, precisamente en Marcos Juárez, su tropezón más reciente y que descubrió una serie de ceños fruncidos relacionados también con la gestión y la relación entre la dirigencia provincial y los gobiernos locales.
En la localidad reafirmada el pasado 11 de septiembre como “el kilómetro cero del cambio”, se volvió a hablar de De la Sota como “el gobernador más grande que tuvo la historia de Córdoba” y se ratificó una “vocación frentista” que pide ampliar los márgenes de la estrategia precisamente hacia aquellos sectores que parecen marcar el límite que Schiaretti no estaría dispuesto a cruzar: el espacio referenciado en el Presidente y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. “Nosotros defendemos un modelo de gestión que ha transformado a la Argentina y a cada una de nuestras localidades, eso queremos dejarlo en claro porque los peronistas de Córdoba no podemos olvidarnos de esa realidad”, aseguró Roberto Pacheco, el intendente de Corral de Bustos, en el inicio mismo de la actividad.
En ese marco, también se advirtió sobre los “mensajes que confunden a la militancia”, como las recientes declaraciones que ubicarían al presidente provisional de la Legislatura de Córdoba, Oscar González, trabajando por la candidatura de Horacio Rodríguez Larreta en caso de que Schiaretti declinara sus intenciones nacionales. “Es algo muy grave para el peronismo. ¿De qué lado estamos? ¿Dónde vamos a estar?”, se preguntó Agustín González, intendente de Cruz Alta, promediando el encuentro.
En el encuentro, hubo quienes inclusive ensayaron una especie de operativo clamor que, como viene marcando el propio Gill, no busca poner el ojo en las distancias sino en los acuerdos. “Tenemos que plantearnos como una opción de gobierno porque los vecinos y vecinas de Córdoba quieren encontrar una esperanza”, advirtió el intendente de Pascanas, Rodolfo Filiponi, quien acto seguido miró al villamariense y se despachó: “Tenés que plantar esa candidatura, Martín”, lanzó e hizo explotar un aplauso espontáneo.
Al hacer uso de la palabra, Gill volvió a destacar la labor de las autoridades municipales como gestoras de la política en el territorio y la importancia de la política de "cercanía" que resuelve los problemas cotidianos de vecinos y vecinas. Sobre esa base, pidió intensificar el trabajo para construir una alternativa superadora "sobre lo hecho y no destruyendo lo que se hizo hasta ahora". "Tenemos que ser capaces de interpretar los sueños colectivos de los cordobeses y ser la garantía de que esos sueños van a ser realidad en cada rincón de la provincia de Córdoba", concluyó.
“Queremos que Martín y el grupo de dirigentes que lo acompaña sean tenidos en cuenta y que no se nos subestime, porque tenemos mucho para aportar”, aseguró Marcelo Agustín, intendente de Alejo Ledesma, al terminar la reunión que definió como un “punto de partida muy importante”. “Volvimos a hablar de política y a reivindicarla como herramienta de transformación. Es el debate que tenemos que dar”, aseguró.