TODOS CONTRA TODOS

Doce intendentes peronistas sin reelección le meten presión a Jaldo y Manzur

Gobiernan el 80% de los municipios oficialistas y buscan su destino. La Legislatura, con pocas bancas disponibles. Carrera contrarreloj y desafío territorial.

TUCUMÁN (Corresponsalía Norte Grande) Con el cronograma electoral en la mano y las elecciones provinciales fijadas para el 14 de mayo, 12 intendentes e intendentas de municipios peronistas empiezan a sacar cuentas sobre su futuro político, ya que no podrán competir por un tercer mandato el año que viene. Pendientes de la definición de cúpulas que comenzará a ordenar al oficialismo tucumano tras el virtual lanzamiento de la fórmula entre el gobernador interino Osvaldo Jaldo y el mandatario en uso de licencia, Juan Manzur, la incertidumbre atraviesa a esas jefaturas territoriales, ya que la posibilidad de saltar a la Legislatura a partir de 2023 asoma muy empinada por falta de bancas y sobrepoblación de aspirantes. El escenario promete tensiones y será uno de los primeros retos que deberá afrontar la dupla que conduce el peronismo bifronte local.

 

La tarea será contrarreloj. A menos de siete meses de la votación, con el Mundial de Qatar, las fiestas de fin de año y las vacaciones estivales de por medio, en el mundo de la política referentes de la dirigencia oficialista y opositora con quienes conversó Letra P coincidieron en que las candidaturas deben resolverse antes de fin de año. Tucumán tiene 19 municipalidades, 15 están en mano del peronismo y en cuatro gobierna Juntos por el Cambio (JxC).

 

Las autoridades municipales que transitan su segundo mandato y sin chance de una nueva reelección son Javier Noguera, de Tafí Viejo; Francisco Serra, de Monteros; Elia Fernández, de Aguilares; Sandra Figueroa, de Juan Bautista Alberdi; Darío Monteros, de Banda del Río Salí; Jorge Leal, de Burruyacu; Alejandra Cejas, de Graneros; Carlos Najar, de Las Talitas; Carlos Gallia, de Lules; Leopoldo Rodríguez, de La Cocha; Marcelo Herrera, de Simoca, y Roberto Moreno, de Trancas.

 

Solo tres jefes municipales peronistas pueden ser reelectos. Aldo Salomón, de Alderetes; Francisco Caliva, de Tafí del Valle; y José Orellana, intendente de Famaillá, quien está acusado de abuso sexual en contra de una exasesora del Congreso cuando el dirigente peronista se desempeñaba como diputado y desde el viernes último está sometido a juicio oral y público en el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N° 28.

 

Cuando se produjo el cisma entre Manzur y Jaldo que derivó en una interna en las PASO del año pasado, varios de estos intendentes jugaron abiertamente con quien hoy es todavía jefe de Gabinete de Alberto Fernández, lealtad que fue retribuida en esos meses con fondos constantes y sonantes para obras públicas. Entre ellos estuvieron Noguera, Serra, Najar, Rodríguez, Herrera, Leal  y Gallia. Con Manzur en la Casa Rosada y Jaldo al mando de la provincia, el grupo se redujo, aunque la mayoría profesa fe manzurista y mantiene un buen diálogo con el gobernador interino. Esa doble sintonía se pondrá a prueba ahora en las negociaciones que deberán encaminar el futuro político nada menos que del 80% de las autoridades municipales oficialistas.

 

La idea que madura en el intendentismo es integrar lugares con posibilidades ciertas de llegar a la Legislatura en las listas del oficialismo de las secciones Oeste y Este. Quienes no lo logren, porque se descarta que no habrá lugar para la totalidad, podrían encabezar acoples que hagan posible el objetivo de integrar el parlamento tucumano.

 

La Legislatura provincial está formada por 49 bancas que representan a las tres secciones electorales y hay 36 integrantes de la actual composición que pueden aspirar a retener sus bancas. Como se descarta que quienes tienen chance de retener su escaño pujarán por ese objetivo, son pocos los lugares vacantes y se anticipa una disputa de alto voltaje, a menos que medie la Casa de Gobierno para contener a todos y todas.

 

Alguna vez, el entonces gobernador José Alperovich implementó una acción que garantizó a varios intendentes un espacio en la Cámara o en el Poder Ejecutivo. El actual presidente subrogante de la Legislatura, Sergio Mansilla, tercer hombre fuerte en la sucesión de autoridades tucumanas, es hijo de esa estrategia. Fue intendente de Aguilares, secretario de Coordinación de Municipios y Comunas del gobierno de Alperovich, luego legislador, senador nacional y en 2019 volvió al parlamento, en donde se convirtió en una espada manzurista.

 

En diálogo con Letra P, un intendente reconoció que cualquier acción deberá ser coordinada con el binomio Manzur-Jaldo, referentes del bicéfalo peronismo tucumano, aunque el médico sanitarista exhibe como una cucarda que lo pone un escalón más arriba el triunfo sobre el vicegobernador en las primarias del año pasado. En tensión permanente pero como parte de un acuerdo que buscan continuar en la provincia, Manzur fue el puente que garantizó recursos constantes y sonantes para obras públicas financiadas por el Estado nacional que han fortalecido la imagen de Jaldo como buen administrador y ejecutor de obras.

 

"Todos los intendentes peronistas trabajamos en dos frentes. Uno es poder garantizar un sucesor afín y el otro es ingresar a la Legislatura o al próximo Ejecutivo provincial, de no llegar a la Cámara aun haciendo una buena elección. Como sea, cada uno de nosotros tendrá que poner toda la carne en el asador porque hay mucho en juego y no habrá lugar para todos. Solo la intervención de Manzur y de Jaldo podrá evitar enfrentamientos innecesarios entre los que compartimos circuitos electorales", sentenció el jefe territorial.

 

Quintela y Madera al momento de firmar la documentación de sus candidaturas.
con la oposicion partida, saenz afianza el neorromerismo y va por la reeleccion

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