ELECCIONES 2023

Ley de acoples, el carnaval de votos que nadie quiere modificar en Tucumán

La legislación provincial eliminó los lemas, pero los reemplazó por un sistema que la dirigencia critica en público y sostiene en la práctica. Trucos y réditos.

TUCUMÁN (Corresponsalía Norte Grande) Las elecciones provinciales en Tucumán ya entraron en la cuenta regresiva y todo indica que se repetirá el cronograma electoral de 2019 y se votará en junio próximo. Este jueves, el propio gobernador interino, Osvaldo Jaldo, lo confirmó luego de que un fallo de la Justicia local habilitara al Poder Ejecutivo a convocar a las urnas. Mientras tanto, ya comenzaron a analizarse en los distintos tinglados políticos las estrategias para capitalizar una legislación cuestionada pero útil para las fuerzas, razón por la que ninguno de los partidos mayoritarios hizo esfuerzos para modificarla o derogarla: la ley de los acoples.

 

Terminados los comicios de 2019 en los que fue reelecto como gobernador Juan Manzur, la oposición y unas pocas voces del propio oficialismo señalaron la necesidad de avanzar en una mejora del sistema electoral que rige en Tucumán, específicamente en lo relacionado con la ley que prevé los acoples. Su vigencia permitió que en los últimos comicios para cargos ejecutivos hubiera 18.651 aspirantes para 347 cargos: gobernación y vicegobernación, 19 intendencias, 49 bancas de la Legislatura, 93 comisiones rurales y 184 concejalías. En base al censo de entonces, la provincia tenía alrededor de 1,6 millones de habitantes, lo que da un promedio de una candidatura cada 85 personas. Por entonces, de acuerdo a la Junta Electoral Provincial (JEP), participaron de las elecciones 77 partidos y frentes.

 

La ley que establece los acoples fue creada luego de la reforma de la Constitución tucumana de 2006. En rigor, permite a un partido político anexar sus candidaturas parlamentarias -tanto para la Legislatura como para concejos deliberantes- a una postulación para una función ejecutiva, ya sea provincial o municipal. De esta manera, como en un sistema piramidal, cuanto más amplia sea la base de postulantes a cargos legislativos, mayores son las posibilidades de que una fórmula gubernamental obtenga más votos.

 

Esta ley también es útil para los partidos políticos en los que hay desacuerdos en la conformación de las listas legislativas, porque un acople resuelve (o evita) una interna. También por esta razón, quienes buscan ajustarla, critican que atenta contra el debate interno de los partidos, porque es una vía que desestima la compulsa interna de una fuerza. Como sea, desde 2019 hasta aquí no se produjeron avances y la ley de los acoples está vigente, lista para ser utilizada en los comicios del próximo año.

 

Esta legislación buscó ser una respuesta al carnaval de boletas de la década del 90, cuando hubo hasta 3000 listas por cuarto oscuro, pero igual la oferta electoral continuó siendo numerosa. En 2015, hubo 454 partidos políticos: 85 provinciales, 366 municipales y tres comunales. Participaron entonces de los comicios 1.657 acoples (léase, alianzas). Con el objetivo de acotar los alcances de esta legislación, en 2018 la Legislatura sancionó una ley que incorporó modificaciones en el régimen electoral y se autorizó la eliminación de 600 partidos políticos municipales y comunales. Así se llegó a 2019. Para sorpresa de quienes esperaban una cifra menor, la acoplemanía demostró estar vigente y 77 partidos políticos fueron autorizados por la Junta Electoral a participar. Por esta razón, en algunos circuitos electorales hubo hasta 69 boletas en el cuarto oscuro, por lo que las autoridades electorales debieron unir varias mesas para que las personas pudieran tenerlas a mano al momento de sufragar.

 

En diálogo con Letra P, un veterano legislador peronista que no puede aspirar a la reelección el año que viene reconoció que es necesario pulir la ley de acoples para evitar no solo el festival de votos en los cuartos oscuros, sino también para devolverle vida interna a los partidos.

 

"Hasta el momento, con los ajustes que se le hicieron, la norma es funcional para el oficialismo, pero también para la oposición porque, en ambos casos, cuando hay diferencias insalvables para armar una lista de aspirantes a la Legislatura o a los concejos deliberantes, se resuelve la interna con el otorgamiento del acople, aunque se debe contar con la documentación en regla de poseer un partido político", explicó. Entre los requisitos para tener un sello partidario se cuentan la elección de un nombre, de una persona apoderada, un domicilio legal, planillas con adhesiones y afiliaciones, más una plataforma política, sea fuerza provincial, municipal o comunal.

 

En la vereda de enfrente, un parlamentario nacional también reconoció a Letra P que es necesaria la revitalización de la democracia interna de los partidos, que implica avanzar en Tucumán hacia una reforma electoral integral. "A nadie se le escapa que hay partidos provinciales, municipales y comunales que nacen antes de las elecciones y después desaparecen. Así, se atomiza la representación política de vecinos y vecinas, en vez de canalizar la participación política dándole vida a los partidos. No imagino que pueda haber algún avance para los próximos comicios. Otra vez tendremos que esperar que pase junio del año que viene", reflexionó.

 

En las últimas elecciones ejecutivas, la fórmula que integraron Manzur y Jaldo estuvo presente en 45 boletas, mientras que la candidata opositora a la gobernación, Silvia Elías de Pérez, estuvo presente con su nombre en 15 nóminas dentro del cuarto oscuro. 

 

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