Horacio Rodríguez Larreta sabe que estas primarias lo encuentran en un escenario totalmente distinto a las elecciones que vivió hace dos años. El jefe de Gobierno porteño esta vez no detenta ninguna candidatura. En 2019 fue el único dirigente macrista que no afrontó una derrota. Fue reelecto el mismo día que Mauricio Macri y María Eugenia Vidal vieron derrumbarse sus planes de reelección. Dos años después, es el dirigente más comprometido con el éxito o fracaso del Plan Canje que diseñó para salir de aquella derrota y, sobre ese derrotero, construir sus aspiraciones presidenciales para 2023.
"María Eugenia y yo somos lo mismo", les dijo Rodríguez Larreta a un puñado de intendentes bonaerenses propios para apaciguar la preocupación que tenían ante la posibilidad de que la gobernadora que defendieron a capa y espada dejara vacante el liderazgo natural en la provinvia. Los macristas de paladar negro le creyeron por conveniencia, pero saben que ambos en algún momento se enfrentarán entre sí para pelear por la Presidencia, aunque a la exgobernadora todavía le destinen un paso por la jefatura porteña para suceder a su mentor. Este domingo, Vidal se encontrará con el primer examen en las urnas luego de cruzar el Riachuelo y la General Paz. En territorio bonaerense el encargado de llenar el hueco que ella dejó también es el alcalde porteño, que impulsó a su vicejefe Diego Santilli como primer precandidato a diputado nacional por la provincia, en un armado de unidad con la Coalición Cívica que también se expresa en la Ciudad con la misma arquitectura en la lista y el respaldo de su fundadora, la exdiputada Elisa Carrió.
El transplante de Santilli no resultó tan infructuoso como el de Vidal. Con un origen peronista construido al calor del segundo menemismo, el exvicealcalde despliega sus dotes de político profesional y, al igual que su jefe político, se entusiasma con construir un segundo lugar competitivo detrás de la lista del Frente de Todos. Llegar a ese objetivo requiere dirimir con éxito la pulseada con el radicalismo, que puso en juego al médico neurólogo Facundo Manes. El estreno de su candidatura es el producto de una ofensiva del radicalismo por disputarle al PRO el liderazgo de JxC en todos los frentes posibles. En el Comité Nacional de la UCR definen a Manes como el producto electoral más competitivo que tienen. Hasta hace dos semanas se ilusionaban con ganarle a Santilli o perder por poco. Ambas hipótesis podían resultar letales para "El Colo", pero especialmente para el plan maestro de Rodríguez Larreta.
El desenlace de la primaria bonaerense es el arranque de la campaña que empieza el lunes y terminará el 14 de noviembre. Más allá de las ambiciones del radicalismo, el desembarco de Santilli quedó instalado y desde la semana que viene deberá hacer campaña con Manes en segundo plano y empeñado en polarizar con un panperonismo que trabajará por remontar los números que espera para este domingo. Si el radicalismo se impone, la buena estrella del exvicejefe arrancará dañada y obligará al larretismo a rebarajar su estrategia en ese distrito.
Lejos de las especulaciones que atraviesan la aridez bonaerense, Vidal cerró este jueves en la Ciudad una de las campañas más duras que le tocó vivir. El cambio de domicilio no pasó inadvertido para su electorado y su entorno se muestra cauteloso. En el larretismo no hay sorpresa alguna por las dificultades que afrontó la exgobernadora hasta ahora. Una parte de los daños han sido contenidos por el pacto que firmó Rodríguez Larreta con el exministro de la Alianza, Ricardo López Murphy, de Republicanos Unidos. Su inclusión en la interna porteña de JxC le permitió sumar un socio clave cuya eficacia será puesta a prueba en estas primarias. Puede contener a una parte del descontento por Vidal y, a la vez, afrontar el otro gran desafío que afronta JxC en la Ciudad: la competencia del economista ultraliberal Javier Milei. Una parte de esa fuga de votos por derecha es contenida por el "Bulldog", pero las estimaciones sugieren que sin su inclusión el escenario sería peor.
En la Ciudad Rodríguez Larreta contó con el respaldo de la Coalición Cívica y de la conducción del radicalismo, liderada por el senador nacional Martín Lousteau. La lista que lidera Vidal apunta a revalidar la hegemonía que tiene el macrismo en la Ciudad desde 2007. El cambio de domicilio aumenta las incógnitas sobre cuál será el alcance de la eventual victoria que esperan en el larretismo.
Aún así, creen que hay un objetivo cumplido: la exgobernadora no volverá a afrontar una derrota y desde el lunes continuará con la misión de encabezar una lista que posiblemente también cuente con López Murphy. Del mismo modo, como Manes trabajó por liderar el desgaste de Santilli, un sector del radicalismo porteño hizo lo mismo con Vidal y, por su intermedio, con Rodríguez Larreta y Lousteau. La lista Adelante Ciudad, que encabeza el exsecretario de Salud Adolfo Rubistein, no estaba en los planes del larretismo hace dos meses y su irrupción corporizó el descontento de un sector de la coalición porteña con el trasplante de Vidal y la inclusión de López Murphy. La cosecha de esa lista podría migrar de JxC a partir de la semana próxima y es una preocupación tan presente como el daño que puede ocasionar el ultraliberal José Luis Espert en la provincia de Buenos Aires.
Las debilidades de la exgobernadora en el terreno electoral fueron el marco propicio para que el expresidente Mauricio Macri volviera a la escena. Tal como contó este portal, el fundador del PRO no estaba en el radar de la campaña antes de que emprendiera un viaje por Europa que terminó de cerrar la interna para definir las listas que este domingo estarán en el cuarto oscuro. El cierre de esta etapa proselitista no fue como estaba previsto: Macri volvió a jugar, se mostró con Vidal y apenas recuperó su agenda en los medios elogió a Milei en un intento para mantener la conversación con ese votante ultra porque los considera central para las presidenciales de 2023.
Si el plan original de Rodríguez Larreta y Vidal fue anticipar la jubilación de Macri, las debilidades de la campaña demostraron que el objetivo asoma demasiado prematuro. El expresidente niega que quiera ser candidato con el mismo empeño que pone el alcalde para decir que falta mucho para 2023 y que no tiene nada definido. Detrás de esa fachada discursiva, Rodríguez Larreta se medirá en las urnas como nunca. No le quitó el cuerpo a la campaña y defiende la utilidad de las primarias con empeño. La apuesta que hizo para este domingo refleja la audacia de la ofensiva que lidera y, también, el interés que tiene de sacar a Macri del liderazgo de JxC.