CORRIENTES (Enviado especial) El triunfo aplastante del gobernador Gustavo Valdés en Corrientes le permitió a la Unión Cívica Radical (UCR) tener su domingo de resurrección. Con esto y cierta mística militante que arrastra desde el triunfo de Gerardo Morales en Jujuy, algo que había perdido en los años de Mauricio Macri en el poder, la cúpula del partido ya piensa en hacer andar a su propio mesías para librar una cruzada interna contra sus socios del PRO: pese a que aún ni siquiera compitió en la provincia de Buenos Aires, ya postula a Facundo Manes en la carrera a la Casa Rosada. “Es nuestro candidato a presidente”, aseguró a Letra P una fuente de primera línea del partido centenario. De concretarse, enfrentaría al jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, hasta el momento, el dirigente de la coalición opositora mejor perfilado para pelear por el sillón de Rivadavia.
Valdés consiguió este domingo su reelección con más del 76% de los votos y consolidó dos décadas de hegemonía radical en la provincia del norte. Su rival del Frente Corrientes de Todos, Fabián Ríos, sacó apenas el 23,24% de los sufragios, de acuerdo al conteo provisorio. El amplio margen, que era una tendencia irreversible apenas minutos después del cierre de las mesas electorales en esta provincia, animó a los principales dirigentes de la UCR, quienes viajaron a abrazar al gobernador para proyectar más allá de las elecciones nacionales de septiembre y noviembre próximos, y apostar a la pelea mayor de 2023.
“Manes es nuestro candidato a presidente. Estamos en condiciones de enfrentar a Rodríguez Larreta o a quien sea con nuestra propia identidad”, dijo a Letra P, con entusiasmo, un experimentado dirigente boinablanca que mira con atención el mapa nacional de la oposición en el que el radicalismo ya plantó bandera en tres provincias: además de Valdés en Corrientes, Morales, en Jujuy, y Rodolfo Suárez, en Mendoza.
Pese al desborde de optimismo, la conducción de este sector de la oposición es consciente de algunas limitaciones. Si Manes, precandidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, decide pelear por el sillón de Rivadavia en dos años, se quedan sin un postulante propio para la gobernación bonaerense. Pero el inflador Corrientes alcanza incluso para revertir esa futura eventual carencia: creen que los dos años que faltan para las elecciones por cargos ejecutivos es tiempo suficiente para encontrar un dirigente o una dirigente que pueda dar batalla al PRO en el distrito del 40% del padrón electoral del país.
La idea de darle continuidad a la formación de candidatos y candidatas propias se emparenta con la desconfianza que les genera el jefe de Gobierno porteño. Algunos de los que se sientan a la mesa de conducción del radicalismo creen que Rodríguez Larreta tiene un perfil político muy diferente al de Mauricio Macri, pero que comparte “los mismos errores”. Algunos de esos errores, analizan en la UCR, es mirar la política con aire “unitario”, y dar pasos en conducción y gestión de acuerdo al vaivén de las encuestas y los focus group. “Es más pragmático, pero los errores son los mismos”, sinteriza a Letra P uno de los hombres que viajó hasta Corrientes para intentar nacionalizar la elección y capitalizar a favor el resultado.
Los líderes de la UCR, como buena parte de sus socios de Juntos por el Cambio, saben que no es buena idea adelantar demasiado el choque que, indefectiblemente, deberán soportar en 2023. Primero tendrán la elección Primaria Abierta, Simultánea y Obligatoria (PASO) en la que se medirán con Diego Santilli y, después, posiblemente a Victoria Tolosa Paz del Frente de Todos. “El resultado de septiembre no está definido: si ganamos con Manes, vamos a tener un candidato disruptivo con posibilidades reales de ganarle al kirchnerismo, algo que Santilli hoy no garantiza; si perdemos la interna por un margen estrecho, aun así, es capital propio, porque nos instalamos en una vidriera nacional”, dicen.