PASO 2021

La campaña de Vidal: discurso a la carta y escudería multitarget

Mostrará cercanía y una cara para cada público. Debatirá sobre valores. Para políticas puntuales, está la lista. Para el cuco de la economía, el ignífugo Tetaz.

El sustantivo "culo" salió de la boca de María Eugenia Vidal en el primer día hábil de campaña. La leona sacó las garras y después, según el formato y la entrevista, las volvió a guardar. El mensaje fue para Cristina Fernández de Kirchner, que había criticado el marketing y el coaching electoral con brutal sinceridad e ironía. En Escobar, al presentar las listas del Frente de Todos, la vicepresidenta comparó a la dirigencia de la oposición con los "rudos" peronistas. Vidal respondió al fuego con más fuego en una tribuna hiper anti-K, el programa de Jorge Lanata en radio Mitre. Su estrategia, sin embargo, es explorar todos los matices y conformar a sectores duros, blandos, dialoguistas y hasta a "los locos", según describen quienes conocen el abanico porteño de Juntos por el Cambio y miden el clima en la calle, en redes sociales y en los medios. Incluyen tanto a Martín Lousteau como a Mauricio Macri, al lilismo, al larretismo y a Fernando Iglesias. En la lista no mencionan a Patricia Bullrich, que cedió ante Vidal, aunque la representa el diputado hincha de Independiente.

 

“Definamos qué es ser rudo. ¿Decirles imbéciles a la oposición, nazis, fascistas?; ¿Sacar a patadas en el culo a los narcos de los barrios o insultarte por televisión?”, respondió la exgobernadora bonaerense mudada al porteñísimo Palermo que, en menos de 24 horas, dio una entrevista a Lanata, otra a Alejandro Fantino en América, hizo un vivo por Instagram y lanzó una encuesta para abrirse (o no) una cuenta en TikTok. También alimentó la "cercanía" con un café con vecinos y vecinas en el Tortoni y una visita al Hospital Udaondo, acompañada por los dos hombres que mejor imagen tienen en la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta y Fernán Quirós, que serán su puntal en el distrito. "El candidato podría haber sido Quirós, pero se queda trabajando en la gestión de salud, en la vacunación y previendo la posibilidad de una tercera ola", es la chicana que un vidalista puro le dedica a Daniel Gollan, precandidato el Frente de Todos en Provincia y ministro de Salud de Axel Kicillof.

 

Vidal tiene el desafío de sostener un porcentaje de votos cercano al 50% en la Ciudad. Con 47 o 48 puntos se conformaría, pero son diez puntos menos que la imagen positiva de la gestión larretista, según las encuestas. Hay un 10% de vecinos conformes que se escabullen.

 

A diferencia de Diego Santilli, que tiene una verdadera prueba frente a la lista de Facundo Manes, al vidalismo no le preocupa la interna que se habilitó para ampliar el espectro de votantes, evitar la dispersión de votos duros y retenerlos gracias a Ricardo López Murphy y su lista de tuiteros y tuiteras debutantes en la política. Como no hay dos sin tres, Adolfo Rubinstein y compañía contentan al progresismo radical porteño. El Gobierno y el kirchnerismo son los adversarios, no los aliados internos.

 

En ese esquema, Vidal es "generalista". Pivotea todos los temas. Sonríe. Se enoja. Se muestra firme o amorosa. Ahora se zambulle en nuevas redes sociales, una exigencia de la mudanza en la que la asiste el equipo de Rodríguez Larreta. Entre 2017 y 2019, como bonaerense, su red social favorita fue Facebook, con perfil más "familiero". Pero Twitter, la red del Círculo Rojo; Instagram, red más aspiracional en la que superó los 800 mil seguidores, y TikTok, red de pertenencia del segmento de 16 a 20 años; crecen en el AMBA, como bien advirtió el jefe de gobierno porteño, que hace buen uso de ellas.

 

La clave de 2021 es la "segmentación". Vidal hará recorridas y apariciones sola y otras con el resto de los candidatos y las candidatas de su lista, que representan distintos sectores y perfiles. A Martín Tetaz le cede el debate económico, tema ríspido para quienes tuvieron responsabilidad de gestión durante los cuatro años de Macri en la Casa Rosada y para quienes no les alcanzaron las explicaciones y justificaciones de la gobernadora en el libro con el que reapareció, a la vez que tomó distancia de su mentor. La cuestión incomoda. La Coalición Cívica, con Paula Oliveto, se embandera con las denuncias anticorrupción. El cuarto precandidato, Iglesias, es el paladar más duro: no solo no esquiva sino que alimenta la grieta, y hasta disfruta las contiendas en redes sociales y en televisión. Dividirán las entrevistas, los medios y a las y los periodistas. También los barrios que visitarán y en los que pegarán sus afiches o se distribuirán sus folletos- Lo harán en conjunto o por separado, según las preferencias del electorado a retener o conquistar. 

 

El foco de la lista de Vidal, que trabaja en sintonía con la administración de la Ciudad y con el equipo de campaña de Santilli en Provincia, apuntará a desnudar dos modelos de país, dos visiones de la Argentina y una lista de valores expresados en palabras que se repiten en cada presentación y que, aseguran, son falencias históricas del peronismo, acrecentadas en pandemia. El punteo arranca con educación, libertad, seguridad y también economía e inflación, a pesar de que reconocen que es un punto débil para Juntos por el Cambio. Ahí juega Tetaz, un candidato que representa la ampliación del sector. También Lousteau, el aliado crítico. En la mira, está parte de la siempre cambiante clase media que puede volcar, para un lado u otro, la votación.

 

"Discutir valores y no políticas puntuales", repiten voceros consultados y lo certifica la propia Vidal cuando, en cada aparición, explica que es precandidata de la Ciudad porque los temas que defiende son iguales a cada lado de la General Paz. Los varados, las clases virtuales y el caso Vicentin como ejemplo de "el avance sobre la propiedad privada", le sirven de ejemplo.

 

Sin gurúes, la estrategia la definen en un equipo sin paridad de género Fernando Straface, Emmanuel FerrarioFederico Salvai, que escuchan al consultor Guillermo Oliveto, especialista en clase media. Completan el team de comunicación, cada vez con más protagonismo, los larretistas Christian Coelho, secretario de Medios de la Ciudad, y Federico Suárez, histórico vidalista con pluma en "Mi Vida" y en los discursos de la exgobernadora, además de Federico Di Benedetto, secretario de Comunicación porteño a quien no pocos ya mencionan como "el nuevo Marcos Peña". 

 

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