Los tiempos cambiaron, pero las pretensiones siguen intactas. Con el poder como factor ordenador, en 2017, las cuatro patas de la mesa de Juntos por el Cambio (JxC) en la Séptima sección electoral (centro bonaerense) diagramaron una lista donde todas las piezas entraron. Un triunfo contundente hizo que lograran las tres bancas en danza para el Senado, con pacto de rotación incluido para que, a mitad de periodo, ingresara la cuarta en la lista. Pero, en la horizontalidad de la oposición, las cosas asoman ahora más difíciles de consensuar.
A poco más de un mes del cierre de listas, las tensiones se agudizan y la dirigencia local mira de reojo cómo se define la interna en la superestructura, factor determinante para ayudar a ordenar el llano. No es lo mismo si María Eugenia Vidal juega en la provincia, si Elisa Carrió le pone el cuerpo a la campaña bonaerense o si el neurocientífico Facundo Manes finalmente es el abanderado radical. Por lo pronto, aunque hay quienes no desisten de imaginar escenarios de disputa en las PASO, en las estructuras más robustas descartan esa posibilidad, a menos que suceda un cataclismo arriba y haya eco.
Como contó Letra P a fines de 2020, el cuadro ideal para Galli y Bertellys sería el 1-2 en la boleta seccional. Hoy, varias voces seccionales analizan poco factible ese panorama. Identificados ambos mandatarios bajo el ala dorreguista de Jorge Macri, no ven que ese sector se quede con los únicos casilleros con certezas de acceso.
De ser así, merman las chances de Bertellys. El azuleño tiene en el Senado a Lucrecia Egger, que fue cuarta en la lista de 2017 e ingresó en 2019 por el pacto de rotación con el vidalismo, cumplido por Dalton Jauregui, que se tomó licencia para que asumiera Egger. Sus socios deslizan que Bertellys no pudo ubicar su proclamado perfil peronista dentro de JxC con un padrinazgo concreto y marcan que el peso de su distrito le da nafta para un tercer casillero. Tanto el intendente olavarriense como la UCR anotan a un hombre como primera carta para encabezar. De liderar uno de esos dos nombres y quedar el tercer casillero para Azul, allí mencionan para esa alternativa al principal armador político de Bertellys y esposo de Egger, Alejandro Vieyra.
El problema es que es 2021 y no 2017, cuando el kirchnerismo y el massismo fueron separados y ninguno superó la barrera del 33% necesaria para quedarse con una banca y Cambiemos, en el poder, se quedó con todo. Ahora, el Frente de Todos (FdT) solo tiene que repetir el caudal de 2019 en la Séptima para conseguir un escaño. Así, el tercer casillero en JxC es rotulado por todos los sectores como una indeseada “zona gris”, que ya ni siquiera se puede ofrecer como prenda de negociación y rotación, como sucedió hace cuatro años.
Otro inconveniente radica en quién encabeza. En la UCR tienen como objetivo retener el primer lugar y, para eso, el actual senador Alejandro Cellillo pica en punta. Cerca del intendente PRO anotan dos posibilidades: una, el secretario de Desarrollo Humano, Diego Robbiani; otra, el primo del jefe comunal y actual secretario de Gobierno municipal, Hilario Galli. El tema es que, si uno de ellos encabeza, el otro tiene que resignar a su postulante inicial y anotar a una mujer. La conducción radical aclara que, en caso de que se analicen variantes al planteo inicial, una de las voces más escuchadas será la de la vice del Comité nacional y diputada por esta sección, Alejandra Lordén.
En la estructura amarilla olavarriense enfatizan que se insistirá con el primer lugar y que será un hombre. En la UCR no dan margen para resignar uno de los dos primeros lugares de la lista seccional, a menos que en el propio partido se defina canjearlo por otro lugar en otra jurisdicción, pero lo ven poco factible. Ese predominio seccional que hoy se disputa entre el PRO y la UCR puede sumar otros condimentos de darse otro escenario arriba.
Si juega Vidal en la provincia, los interrogantes surgen en torno a la figura de un dirigente seccional que reporta directamente a la exmandataria: Dalton Jáuregui. El senador en uso de licencia sigue recorriendo la sección. Días atrás, estuvo en Olavarría, donde sus movimientos no son vistos con agrado por Galli, que nada quiere saber con su exjefe de Gabinete, pero Jáuregui tiene el aval de Salvai para seguir activo. Sus perspectivas no se agotan en 2021, sino que se extienden a una posible competencia por el municipio olavarriense en 2023.
Por lo pronto, ni siquiera con Vidal en la provincia es seguro un lugar expectante para Jáuregui en la lista de la Séptima, por lo que hay armadores bonaerenses del vidalismo que lo ven jugando en otra sección por un lugar en la Legislatura.
Si juega Carrió, la Coalición Cívica (CC) tendrá más espalda para reclamar quedarse, de mínima, con las bancas que ya tiene. En la Séptima se vence el periodo de la senadora Carolina Tironi, una de las armadoras seccionales de la CC junto a la exintendenta de 25 de Mayo Victoria Borrego.
Sin definiciones concretas al momento, en la CC ven que, de no pelear Tironi por un lugar expectante en la nómina y quedar el tercer casillero seccional para un hombre, una alternativa es proponer a Juan Cravero, quien en 2019 quedó a solo nueve votos de la intendencia de Roque Pérez y este año ya no puede retener su banca en el Concejo Deliberante local. De todos modos, en el armado lilito supeditan su jugada seccional a los movimientos de su jefa política en la mesa de negociación nacional.