En una entrevista con Letra P, el rionegrino califica la decisión del máximo tribunal como una "declaración política" pero cree que no es el momento de abrir un debate para modificar el número de sus integrantes. Respecto de los proyectos para reformar la Justicia que aguardan trámite parlamentario, responsabiliza a la oposición de trabar el funcionamiento de la Cámara de Diputados por sus propias internas.
Carga contra el expresidente Mauricio Macri y mide sus palabras cuando la palabra "golpe" queda vinculada al accionar de los supremos, pero no duda en cuestionar a "la oposición que va a golpear las puertas de los tribunales".
-¿A partir del fallo de la Corte, cualquier provincia puede desoír las decisiones presidenciales en pandemia?
-Hicieron consideraciones desde epidemiológicas hasta cartográficas de un DNU que ya no está vigente. Podrían haber declarado abstracta la resolución pero decidieron fallar. El poder de policía en materia de salud, si bien en principio es competencia local, en algunos casos pasa a ser una competencia concurrente entre Nación, provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La Nación puede regular en materia de salud en un ámbito intersjurisdiccional cuando existen razones de emergencia. Eso no viola la autonomía de la Ciudad ni de las provincias. El fallo abre una puerta peligrosa y saca potestades al Estado y al gobierno nacional para que en el caso de caos sanitario pueda tomar medidas, y desconoce que había alarma epidemiológica. El año pasado ni Horacio Rodríguez Larreta ni la oposición dijeron nada con el decreto del 20 de marzo. Ahora, los jueces se juntaron vía Zoom a hacer una declaración política.
-Dicen que en la Corte se quejan de falta de diálogo institucional. ¿Llamará a los jueces?
-Ahora no corresponde. Están convocando a una audiencia de conciliación al Gobierno y a la Ciudad Autónoma, tenían que resolver esta medida por la presencialidad en las aulas. No era prudente de mi parte hacer un llamado para pedir una audiencia con todos los integrantes de la Corte Suprema. Además no se están juntando, lo están haciendo vía Zoom. ¡Cómo me voy a juntar con alguien que ni siquiera se junta a firmar sus fallos! Hay que buscar el momento institucional adecuado. Lo dije desde el primer día, la intención es hablar con todos.
-No los llama pero los critica, ¿no hay invasión de un poder sobre otro?
-Si un ministro, o cualquier ciudadano argentino, no puede opinar de un fallo judicial, estamos en serios problemas. Opinar no es invadir el Poder Judicial: invadir el Poder Judicial es reunirse a escondidas en la Casa Rosada y en la Quinta de Olivos con jueces y fiscales para obtener un pronunciamiento favorable, como sucedía durante el gobierno de Macri. En este gobierno no existen "mesas judiciales", solo cumplimos con la responsabilidad de señalar la gravedad institucional de este desvarío jurídico del máximo tribunal de nuestro país.
-Cristina Fernández habló de golpe, usted de golpe blando y Elisa Carrió dice que el golpe es dentro del propio Gobierno...
-Los que no se quieren juntar a sesionar, los que no quieren hacer funcionar al Congreso no son del Frente de Todos. Hay leyes fundamentales como biocombustibles, las PASO, la reforma del Ministerio Público Fiscal, Consenso Fiscal, Etiquetado que no las podemos tratar porque ni siquiera se sientan a discutir el protocolo de funcionamiento semipresencial. Por un lado está la oposición que traba la labor legislativa, y por otro lado la oposición que va a golpear las puertas de los tribunales y muchas veces obtienen fallos de esos jueces que entraban y salían de la Casa Rosada o de Olivos durante el macrismo. No sé si ponerle el rótulo de golpe blando a la democracia, por ahí es demasiado fuerte. Un golpe blando es cuando uno de los poderes del Estado, Judicial o Legislativo, va generando un desmadre institucional que vacía de funcionamiento al Gobierno.
-Mauricio Macri dijo en Miami que en Argentina hay un partido que quiere imponer su mayoría y también dijo que es víctima de persecución judicial. ¿Qué opina?
-Con la habitual caradurez que suelen tener los cararrotas refleja en nosotros todo lo que él hizo. El que montó una mesa judicial para armar causas, hacer espionaje ilegal y manipular jueces y fiscales fue Macri con sus funcionarios más estrechos. Decir que nosotros atentamos contra la independencia y la imparcialidad del Poder Judicial es de una desfachatez habitual en un personaje como Macri.
-¿Entonces no es un perseguido judicial?
-¿Por qué? Hay denuncias judiciales en trámite, la causa del Correo no la inicié yo ni el Presidente. No se hace cargo del daño que le hizo a la Argentina.
-Tuvo reuniones con la Defensora, asociaciones de jueces y fiscales pero pareciera que no alcanza el consenso y que no están los votos en Diputados ni para la reforma del Ministerio Público Fiscal ni para la reforma judicial. ¿Hay que cambiar los proyectos, no se podrán votar?
-Creo que van a salir. Insisto en que el problema es que tenemos una oposición que traba el funcionamiento de la Cámara de Diputados. Es evidente que hay una obstrucción que tiene que ver con la interna dentro de la oposición. Por eso, a medida que nos acercamos a una elección de medio término, actúan de manera irresponsable.
-¿Coincide con los que piden una reforma urgente de la Corte?
-Estamos en un momento en que no sería prudente hablar de reformar la Corte. Tenemos que seguir insistiendo con todas las reformas a la Justicia en general, porque no podemos tener un poder con 86% de desprestigio en la sociedad. Eso implica también cambios en el funcionamiento de la Corte Suprema, lo anunció el Presidente en la apertura del año legislativo cuando habló de la creación de un tribunal intermedio. Ese proyecto todavía lo estamos trabajando. Hablar de aumentar, bajar, subir el número, me parece que en este momento, además en un año electoral, no sería adecuado.
-¿De eso habla en las reuniones con jueces, defensora y fiscales?
-Hemos logrado abrir el diálogo con actores con los que muchas veces no hemos coincidido. Y propiciamos cambios en leyes que ya tienen media sanción para buscar consenso y hacer una buena ley, que es el objetivo que me trazó el Presidente.
-¿Ahora tiene una agenda feminista?
-Es una deuda pendiente. El 82% de los fiscales generales dentro del Ministerio Público Fiscal de la Nación son varones. Se lo dije en la primera reunión que tuve con las fiscalas: no es un techo de cristal, es un techo de cemento.
-Esa reunión les generó un reto por escrito de parte del procurador interino Eduardo Casal.
-Es el mejor ejemplo de la pérdida de legitimidad que acarrea Casal. No se puede enojar porque un grupo de fiscalas vienen a plantear la perspectiva de género que debe contemplar el proyecto de reforma. A los fiscales varones no les dijo nada. Tampoco a los que entraban a escondidas a la Casa Rosada o a Olivos.
-¿Seguirá sin nombrarse Procurador General?
-Durante tres años y medio el macrismo se sintió muy cómodo con un procurador interino.
-¿Daniel Rafecas sigue siendo el candidato a la Procuración?
-Es el único que tiene presentado su pliego. Es la propuesta del presidente Alberto Fernández.