GUERRA DE TIZAS

Larreta ganó en la Corte y vuelve al fundamentalismo de la moderación

En la Ciudad celebraron el fallo en silencio. Críticas internas por temor a que los halcones de Bullrich capitalicen el triunfo. Efecto dominó sobre Kicillof.

Aunque la Corte le dio la razón, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta,  no saldrá públicamente a capitalizar el fallo que declaró la inconstitucionalidad del decreto presidencial que suspendía las clases presenciales en el Área Metropolitana. No convocó a una conferencia de prensa y, según confiaron en su entorno, no se mostrará victorioso. La decisión no fue gratis. Hizo ruido adentro del gabinete porque algunos funcionarios esperaban que el alcalde se pronunciara para evitar que la titular del PRO, Patricia Bullrich, ocupara ese espacio. 

 

"No hay nada para decir", contestó a Letra P un alto funcionario porteño para justificar el silencio que mantendrá Rodríguez Larreta. Hace dos semanas no estaban tan confiados en la sede porteña de una decisión judicial favorable y, por el contrario, se preparaban para un eventual revés del máximo tribunal. Los cortesanos aguardaron a que concluyera la duración del DNU y finalmente priorizaron la ratificación de la autonomía porteña por encima de las facultades del Gobierno federal ante una emergencia sanitaria. 

 

Con alivio, cerca de Larreta hablaron de cautela y resaltaron "la celeridad del proceso judicial para darle certezas a las familias ante tanta angustia", aunque el fallo ocurrió luego del vencimiento del decreto. El manejo de los tiempos también le permitió a Rodríguez Larreta alejarse de la situación sanitaria crítica de hace dos semanas, cuando decidió desobedecer el alcance del DNU en medio de una evolución empinada de la curva de contagios. La "meseta alta" que menciona el ministro de Salud, Fernán Quirós, alejó el peor escenario, aunque se mantiene en estado latente en la capital y con mejoras significativas en el conurbano bonaerense. En La Plata lo consideran una confirmación de la eficacia de restringir la movilidad y frenar las clases presenciales. 

 

En la Ciudad no hablan de las cifras bonaerenses. La apuesta discursiva ahora apuntará a bajar la tensión con la Casa Rosada y con el gobernador bonaerense Axel Kicillof, aunque Juntos por el Cambio buscará esmerilarlo en la provincia para cuestionar su adhesión al DNU. En Uspallata sostienen que el trabajo conjunto no se ha frenado y que seguirán haciéndolo, pero las primeras respuestas del otro lado de la General Paz y de Balcarce 50 confirmaron que las diferencias continuarán.

 

Este mediodía, Kicillof disparó sobre el pucho. "Ahora se suspende la educación, porque durante el gobierno anterior directamente se cerraron escuelas y sin pandemia", lanzó este martes en un acto de entrega de netbooks a estudiantes que compartió con el presidente Alberto Fernández en Ezeiza.

 

El mandatario bonaerense buscó descalificar la cerrada defensa de la Educación del larretismo comparándola con su visión del gobierno de Mauricio Macri. "¿Qué prioridad dieron a la educación los que dijeron que iban a construir 3.000 jardines de infantes? Discontinuaron el acceso gratuito al fútbol para construir jardines, pero no hubo fútbol ni jardines de infantes. Una prioridad de la boca para afuera, nunca en los hechos", lanzó. 

 

Fernández fue más conciso y apuntó a la Corte. "Como hace más de 30 años que enseño Derecho en la Ciudad de Buenos Aires, no saben lo que me apena ver la decrepitud del derecho convertido en sentencias. Deberemos luchar contra eso y estar más unidos que nunca para cuidarnos todos y todas", arengó. Al mismo tiempo, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner sacudió a los cortesanos en un hilo de Twitter que escaló hasta sostener que "está muy claro que los golpes contra las instituciones democráticas elegidas por el voto popular, ya no son como antaño".

 

Gol con la mano

La Corte reafirmó que la decisión sobre el dictado de clases es una potestad de la autonomía porteña, pero también sostuvo que las jurisdicciones deberán coordinar en forma conjunta en el Consejo Federal de Educación. La comuna tomará ese guante y pondrá en marcha un mecanismo "bimodal" con el que podrá cortar o reanudar la asistencia a las clases porteñas de acuerdo a la situación epidemiológica. De ese modo, Rodríguez Larreta termina de contener la preocupación de su electorado y, especialmente de las madres y los padres con hijos e hijas en edad escolar, pero también se guarda el recurso de cortar con la presencialidad si es necesario. 

 

Esa argumentación no cosecha respaldos unánimes dentro del Ejecutivo capitalino. "Salimos favorecidos pero no vamos a hablar. Es un error. Hicimos el gol con la mano y nos apoya la Corte, pero ahora elegimos no decir nada", lamentó un funcionario de la administración larretista. Teme que sea Bullrich la que termine capitalizando el desenlace de la pulseada con Fernández, luego de que la exministra castigara al alcalde el viernes pasado porque flexibilizó la presencialidad en el nivel secundario. La exministra utilizó su cuenta de Twitter para cuestionar la medida. El mensaje fue leído como la reanudación de las tensiones y desconfianzas entre ambos.

 

En las oficinas del alcalde eludieron hacer un balance de los últimos 15 días, pero reinvidicaron la reafirmación de la autonomía porteña. Aseguraron que las clases seguirán con la misma modalidad del viernes, como una forma de contestar también a los cuestionamientos de Bullrich.  Eso incluye la "bimodalidad" en secundarios, terciarios e institutos de formación profesional. "Así lo vamos a sostener por estas próximas tres semanas", confirmaron. 

 

Cristian Ritondo, jefe del PRO.
Federico Massoni, exministro de Seguridad de Chubut. 

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