Con la derrota electoral de 2019, la alianza Juntos por el Cambio (JxC) se quedó sin capitana que condujera y los tenientes, coroneles y soldados que seguían en jerarquía se dispersaron en distintos grupos con intenciones de disputar nuevos lugares de poder en distintos niveles. A un año y medio de aquel fracaso, empezaron a escucharse los primeros ruidos de aceros y corceles en la previa del cierre de listas de candidatos para las elecciones legislativas de cara a las próximas elecciones. Ya están en la batalla el vidalismo, los intendentes del Grupo Dorrego que dirigen Jorge Macri y Néstor Grindetti, las dos facciones principales de la Unión Cívica Radical bonaerense, el peronismo encolumnado detrás de Emilio Monzó y Joaquín De la Torre e incluso Patricia Bullrich, con su ejército en construcción para Buenos Aires. Esperando detrás del telón, la exgobernadora María Eugenia Vidal, quien mantiene el enigma sobre su futuro político pero saldrá a escena este miércoles con el lanzamiento de su libro Mi Camino.
A los jefes comunales dorregistas los une la construcción de un proyecto político con identidad bonaerense que les dé volumen y protagonismo en los próximos comicios, en los que, aseguran, tendrán influencia directa por el peso específico de sus territorios y por haber retenido sus distritos en el ocaso cambiemista de 2019, pero los separa algunas estrategias a la hora de definir las alianzas. Así, mientras Macri limita el desembarco de dirigentes porteños en la provincia de Buenos Aires, como el vicejefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Diego Santilli, y la jefa de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, sus pares Julio Garro y Diego Valenzuela apuestan a una amplitud que trasciende fronteras territoriales y políticas en la que no sólo tienden puentes con el enviado de Horacio Rodríguez Larreta sino, también, con el expresidente de la Cámara de Diputados de la Nación durante el macrismo, Emilio Monzó, uno de los vetados por el intendente de Vicente López.
La postura del jefe comunal -entienden en el monzoísmo- limita la reunificación de los bloques opositores en la Cámara baja de la Legislatura, en la que los dirigentes de extracción peronista Guillermo Bardón, María Elena Torresi y Martín Domínguez Yelpo, además de los radicales possistas Walter Carusso y Fernando Pérez, decidieron conformar un espacio propio después de la derrota electoral de 2019. “Jorge debería dejar de actuar como un patrón de estancia y potenciar la competencia”, dijo a este medio un dirigente cercano a Monzó, quien aseguró también que si no hay apertura de negociaciones en el ámbito provincial presentarán los avales necesarios para pedir una boleta y competir contra el PRO. “Aun si no ganamos la interna, ya es un triunfo para nosotros porque vamos a conocer, y exigir, en base a nuestro peso electoral y eso en 2023 va a ser determinante”, indicó otra fuente vinculada al mismo espacio.
Una postura intermedia dentro del Grupo Dorrego mantiene Néstor Grindetti. El intendente de Lanús coincide con su par de Vicente López al asegurar que Monzó está afuera de la estructura bonaerense, pese a trabajar bajo el mando de Larreta en la Ciudad de Buenos Aires, y que recién cuando concrete su regreso se podrá hablar de su participación electoral. "Lo que podemos decir es que en la provincia las PASO van a estar garantizadas a todos los que sean de este espacio", aclaran en su equipo.
Además, quienes comparten trabajo diario con el vicepresidente del PRO bonaerense destacan a Macri como el dirigente que mejor conoce el territorio y el que reúne condiciones para ser candidato a gobernado. "Lo vamos a acompañar, por supuesto, siempre y cuando María Eugenia decida no jugar nuevamente", sostienen. Un tema aparte requiere también la posible intromisión de Santilli más allá de la General Paz. "Si Diego decide venir y trabajar en conjunto con el armado que ya tienen los intendentes, y no para hacer algo aparte, es algo distinto y no lo veríamos con malos ojos. De todos modos, de no haber acuerdo, habrá internas", concluyen.
Los radicales perdedores que fueron detrás de la candidatura de Gustavo Posse coinciden en que no hay lugar para vetos dentro de la oposición. Es más, no sólo pretenden acercar posiciones con el ganador interno, el flamante presidente del Comité bonaerense, Maximiliano Abad, si no también ya tienen una serie de pedidos antes de llegar a un acuerdo. “Si Maxi quiere ser el presidente de todo el partido, debe darnos el 50 por ciento de todo lo que le toque al radicalismo; la reunificación del bloque será un hecho en un futuro”, avisan, convencidos de que los resultados de la elección del 21 de marzo, pese a la derrota, y el posicionamiento del senador Martín Lousteau como dirigente nacional los habilita a un pedido de esas características.
Por su parte, referentes de peso de la UCR que se quedaron con el triunfo aseguran que conducirán a todas y todos los afiliados y que si la reunificación de bloques no se concretó aún es porque “es incompatible con el proyecto político de Posse, que no sabemos todavía hacia adónde va”. “Nosotros continuamos con lo que planteamos: fortalecer al partido y ser protagonistas dentro de la alianza”, responden. Complementan la idea con sus intenciones de llevar al mediático neurólogo Facundo Manes como candidato en las próximas elecciones y, eventualmente, en 2023. “Si lo convencemos, nos animamos a todo”, se envalentonan. El entusiasmo incluye enfrentar en internas a Vidal, la única que, con una postulación, asoma en el horizonte como garantía de unidad bonaerense.
La irrupción de Bullrich en la provincia desacomoda más aun al frente. La jefa de hierro del PRO nacional ya enlistó al primer grupo de dirigentes bonaerenses que la acompañarán en la batalla interna dentro del partido amarillo y en su posicionamiento de cara a la elección ejecutivo en 2023. Lo hizo días atrás sacando al campo Somos Equipo PRO, la agrupación que integran algunos hombres y mujeres de peso político y alta exposición mediática como los exministros Esteban Bullrich y Hernán Lombardi; la dirigente enfocada en Seguridad Florencia Arietto; los intendentes Martín Yeza (Pinamar) Francisco Ratto (San Antonio de Areco) y Javier Iguacel (Capitán Sarmiento); y el senador de La Plata Juan Pablo Allan, además de su principal hombre de confianza, Gerardo Milman.
La exministra de Seguridad busca sentarse a la mesa de JxC en la que se discutirán las listas de candidatos seccionales y al Congreso, a la que por los amarillos ya se sientan el larretismo/vidalismo y el Grupo Dorrego. Bullrich construye con la mirada puesta en 2023 y, particularmente, en la Ciudad de Buenos Aires, pero sin descartar la posibilidad de competir por el sillón de la Casa Rosada, contienda a la que ya se anotan la exgobernadora y el jefe de Gobierno porteño.