MARTÍN SORIA

La que le espera

Aún no asumió en Justicia pero sus definiciones enervaron a la oposición, que le picó el boleto. El oficialismo de Río Negro lo sube al ring electoral.

Cuatro reuniones con el presidente Alberto Fernández le dieron a Martín Soria la posibilidad de desembarcar en el ministerio de Justicia de la Nación. Con su estilo visceral, las denuncias sobre la denominada Mesa Judicial del macrismo y la denuncia por la visita reiterada del titular de la Cámara Federal de Casación Penal, Gustavo Hornos, al despacho del entonces presidente Mauricio Macri lo pusieron en el radar. El diálogo con la Casa Rosada se intensificó en ese camino desde fines de 2020 y ahora el recorrido se coronó con su llegada al gabinete, con el visto bueno de Cristina Fernández de Kirchner. En el foco de la opinión pública aún sin estar designado oficialmente, en las pocas horas que corrieron desde su confirmación en el cargo que dejó vacante Marcela Losardo, este martes entregó definiciones en los medios para ratificar que llega con la cara pintada para la batalla de los tribunales que plantó Fernández el 1M, y recibió fuego a discreción de parte de una oposición que le hizo la cruz ni bien echó a rodar la pelota.

 

Soria almorzó en el mediodía de este martes con el jefe de gabinete, Santiago Cafiero. Juntos, "analizaron los lineamientos que propone el presidente Fernández para impulsar la transparencia del Poder Judicial y la búsqueda de una mayor eficiencia y celeridad en la resolución de los casos", comunicó la Casa Rosada. Temprano en la mañana, el aún diputado nacional había tuiteado un mensaje en la misma línea: "Como sostuvo el Presidente reiteradamente, Argentina necesita que el Estado de derecho funcione a pleno, y para eso necesitamos una Justicia que se corresponda con ese Estado de Derecho. Ese, entonces, será nuestro principal objetivo. Como servidor público, voy a perseguirlo con rigurosidad profesional y con la firmeza y constancia propias de aquellos que sentimos pasión por la política".

 

En el medio de tanta dulzura, el rionegrino se despachó con el repertorio que esperaban propios y extraños. En declaraciones radiales, dijo que una de sus "aspiraciones" como titular de la cartera judicial será "terminar con el lawfare", y descartó que el Gobierno busque impunidad en las causas por hechos de corrupción que involucran a la vicepresidenta. "Ella quiere como cualquier ciudadano que no tuvo nada que ver o que es inocente y que la acusaron mediática y judicialmente, porque eso es el lawfare, que sea la misma justicia que la libere de culpa y cargo, que es lo que corresponde cuando uno no hizo nada", sostuvo.

 

A la vez, envió un mensaje al Poder Judicial: "Conmigo no van a contar para recibir a escondidas a jueces y fiscales". Calificó a la Corte Suprema de “complaciente cuando algunos camaristas tiraron todas las teorías jurídicas que aprendimos en la facultad por la ventana”, en alusión a la mentada doctrina del juez Martín Irurzun sobre prisiones preventivas. Del jefe de los fiscales, Eduardo Casal, dijo que hay que remplazarlo porque es un "procurador interino que nadie eligió y está atornillado" en el puesto.

 

También se despachó contra la oposición de Juntos por el Cambio en el Congreso, porque "no está dispuesta a dar el debate y los cambios que el Poder Judicial necesita urgente".

 

La respuesta estaba cantada. El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta  dijo que el gobierno nacional producirá "una escalada hacia la República y la división de poderes" con la designación del rionegrino. El diputado Pablo Tonelli, una de las espadas parlamentarias cambiemistas, marcó que la elección de Soria "implica que el Presidente va a profundizar el plan contra la Justicia para controlarla y amedrentar a los jueces independientes" y agregó: "Está claro que el Ministerio en pleno va a conducir y comandar esas embestidas".

 

Astillas

La nota inesperada vino desde la provincia de Soria, y anticipó que su designación no solo influirá en la política nacional sino que también altera el mapa rionegrino, que lo tenía en un claro papel secundario después de perder la gobernación en 2019 a manos de Arabela Carreras, la candidata muleto que plantó el exgobernador y hoy senador Alberto Weretilneck.

 

Fue justamente el jefe de Juntos Somos Río Negro (JSRN) quien se apuró a criticarlo. “Nada bueno puede surgir para la Justicia con Soria ministro: no tiene condiciones para desempeñar el cargo. Viviremos una de las etapas más oscuras de la relación interpoderes”, lanzó este martes. La frase expone el nuevo escenario, que hizo subir las acciones de Soria en el peronismo y colisiona en los acuerdos de Todos en el Senado. Hasta estos días, Weretilneck fue un aliado incondicional del kirchnerismo en la Cámara Alta. Sin embargo, no dudó en tildar a Soria como "una persona violenta, muy agresiva, incapaz de generar un diálogo positivo que permita resolver un problema".

 

"No vamos a ver un Ministerio de Justicia generador de procesos de transformación, va a ser un vociferador profesional agraviando a todo aquel que no piense como él", disparó Weretilneck. Su exministro y actual diputado nacional Luis Di Giacomo no se quedó atrás y lo trató de "pendenciero" y "denunciador serial". Di Giácomo tiene una relación de larga data con la familia que gobierna Roca desde 2003 y fue concejal de Carlos Soria.

 

Como describió Letra P, el futuro ministro era casi un espectador de la política doméstica. Sectores del Partido Justicialista (PJ) lograron que su hermana, la intendenta de General Roca, María Emilia Soria, fuera la nueva interlocutora con el Frente de Todos provincial mientras el senador camporista Martín Doñate, otra de las figuras fuertes en la provincia, buscaba ser sea el conductor del proceso opositor. 

 

Ahora, el oficialismo rionegrino Juntos Somos Río Negro (JSRN) vuelve a subir a Soria al ring provincial para profundizar su objetivo en el año electoral: sumar otra banca en Diputados arrebatándole votos a Juntos por el Cambio.

 

Y además

Como si fuera poco, en Río Negro a Soria lo espera una agenda sensible para sus comprovincianos que tramitaba su antecesora en Justicia: el conflicto mapuche. Al igual que Neuquén y Chubut, los rionegrinos tienen un extenso conflicto con los pueblos originarios por el acceso a la tierra. Letra P describió las acciones de las comunidades a lo largo y ancho del territorio, donde pelean a diario por ser reconocidas. En Roca, los Soria se caracterizaron por no permitir las tomas. En la ciudad se recuerda cómo "El Gringo" actuaba ante la usurpación de terrenos, aunque creó un banco municipal para que se regule la constante demanda habitacional. Martín, en sus dos mandatos, se opuso a cualquier usurpación. 

 

Lo cierto es que los funcionarios de Carreras, en un expreso pedido al Presidente, lograron que en este conflicto no interviniera la titular del INAI, Magdalena Odarda, precisamente la excompañera de fórmula de Soria en 2019.

 

Otro trago amargo para el aporte solidario de Sergio Ziliotto en La Pampa: el Banco Nación se apuró a denunciar la inconstitucionalidad. FOTO: www.radiokermes.com
El gobernador de La Pampa, Sergio Ziliotto, junto a peronistas del grupo no alineado: la intendenta de Winifreda, Adriana García; el intendente de Santa Rosa, Luciano di Nápoli, y la jefa comunal de General Pico Fernanda Alonso. La foto es de archivo.

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