Sobre el final de la semana que comenzó con las durísimas críticas del presidente Alberto Fernández al Poder Judicial, en la Casa Rosada dan por hecho que la ministra de Justicia, Marcela Losardo, tiene un pie afuera de la cartera que ocupa desde diciembre de 2019. El movimiento se produce a solo dos semanas de la salida abrupta de Ginés González García del Ministerio de Salud, en medio del escándalo por la "vacunación VIP".
La salida de Losardo significaría para Fernández la pérdida de una dirigente de extrema confianza, dada la estrecha relación entre ambos, que excede lo político, con su correlato en los equilibrios de la interna de la coalición de gobierno.
Amiga personal y exsocia del Presidente en su estudio jurídico, pero apuntada por el cristinismo por su cercanía con la llamada familia judicial, Losardo quedó en la mira nuevamente esta semana, después de que Fernández decidiera acelerar el proceso de reformas que pretende impulsar en la Justicia y que anunció el lunes ante la Asamblea Legislativa.
El lunes, el Presidente le pidió al Congreso que comenzara a ejercer "control cruzado" sobre el Poder Judicial. Horas más tarde, el senador cristinista Oscar Parrilli daba cuenta en una entrevista radial de que Fernández tenía previsto constituir una comisión bicameral en el ámbito del Poder Legislativo que pudiera controlar el accionar de los jueces. El Presidente había hablado sobre el tema en privado el mismo día de la Asamblea con Sergio Massa y lo había consensuado con Cristina Fernández de Kirchner. Pero la ministra no estaba al tanto. Ya con el tema instalado, Losardo remarcaba que la comisión no tendría el poder de sancionar jueces. "Eso no es constitucional", dijo.
En la misma entrevista con radio El Destape, Losardo debió desmentir al fiscal Carlos Stornelli, quien había declarado que la ministra lo había llamado para solidarizarse con él, cuando comenzó la causa por espionaje. "Eso es un disparate. Yo no tengo relación con el fiscal Stornelli. Yo no tengo su teléfono, ni tampoco él tiene mi teléfono. ¿A usted le parece que puedo solidarizarme? Ya empezamos a decir cualquier cosa", dijo la ministra.
Las declaraciones de Stornelli habían vuelto a poner en foco la relación entre la ministra y el kirchnerismo, que la cuestiona casi desde su desembarco en el Ministerio por considerar que no está dispuesta a llevar adelante las transformaciones que Cristina pretende para la Justicia. De hecho, su relación con el virtual viceministro, Juan Martín Mena, hombre de la vicepresidenta en Justicia, está rota desde hace meses, y en la Casa Rosada es un secreto a voces que fue una de las apuntadas por Cristina cuando, a fines de 2020, habló de "funcionarios que no funcionan".
Incómoda, Losardo le hizo saber entonces al Presidente que estaba dispuesta a dar un paso al costado, pero Fernández la retuvo. Dedicada desde 2009 a la actividad privada, en el estudio que jurídico que compartía con Fernández, Losardo aceptó ocupar el Ministerio por pedido de su amigo de la juventud, a sabiendas de que sería un lugar complicado, y que siempre estaría en la mira del cristinismo.
La convivencia comenzó a complicarse a medida que fueron sobreviniendo los reveses judiciales para el kirchnerismo. Los cuestionamientos crecieron por la supuesta "falta de gestión" y cintura política de la ministra para operar frente a las decisiones del Poder Judicial o siquiera anticiparlas. Los rumores de renuncia de la ministra corrieron durante meses, siempre con nombres puestos para su reemplazo, que alternaban entre Mena y Eduardo "Wado" de Pedro. En el Ministerio del Interior siempre desmintieron las versiones.
Este viernes, a última hora, los rumores de salida de Losardo se reavivaron y ningún miembro del círculo presidencial se encargó de desmentirlos. El nombre de su remplazante terminará de definir el calibre del golpe al corazón presidencial si se produce la salida de una de sus colaboradoras más cercanas.