La sesión maratónica que concluyó con el naufragio del Presupuesto 2022 dejó una serie de tensiones y heridas abiertas que revivirán este martes, cuando comience la nueva sesión que logró forzar la oposición para cambiar el mínimo imponible del impuesto a los Bienes Personales. El bloque del Frente de Todos, que lideran Máximo Kirchner y Cecilia Moreau, buscará revertir esa demostración de fuerza que unificó a la oposición más allá de los confines de Juntos por el Cambio. Las alternativas serán debatidas esta noche en la Residencia de Olivos, durante una reunión convocada por el presidente Alberto Fernández. Según confiaron a Letra P fuentes del oficialismo, en el encuentro definirán la estrategia parlamentaria para los próximos meses del verano y el temario que pondrán en juego en una eventual convocatoria a sesiones extraordinarias.
El menú comenzará con la estrategia elegida para impulsar los cambios en Bienes personales. Impulsarán modificaciones al proyecto que viene del Senado, pero lo harán con un nuevo texto que será presentado este martes para debatirlo en la Comisión de Presupuesto. El objetivo es llevarlo al recinto y confrontarlo con la iniciativa opositora en base a tres ejes: subir el mínimo imponible de dos a seis millones de pesos, pero manteniendo sin cambios la alícuota para inmuebles destinados a residencias y bienes en el exterior. El segundo punto que tendrá la modificación propone un aumento de la alícuota máxima para que los patrimonios que superen los 100 millones de pesos paguen una alícuota del 1,5%. La tercera pieza de la contraofensiva promueve una actualización anual para aumentar el mínimo no imponible y las escalas de alícuotas en base al Índice de Precios al Consumidor (IPC).
En Juntos por el Cambio no están al tanto de la propuesta oficialista y se preparan para apoyar la modificación que viene del Senado, que solo plantea el incremento del mínimo no imponible de dos a seis millones. Para hacerlo, ya cuentan con el apoyo de los mismos bloques que se sumaron para llegar a los 131 votos del viernes.
El debate que se viene sobre Bienes Personales, dicen en el FdT, será un tema secundario de la reunión en Olivos. En su lugar, tendrá dos platos fuertes. El primero tiene que ver con el temario que definirá el Ejecutivo para convocar a sesiones extraordinarias para fines de enero y todo febrero. Uno de los diputados que participará del encuentro en la quinta presidencial se animó a arriesgar que el mandatario impulsará una agenda de extraordinarias donde buscará habilitar el tratamiento del proyecto para reformar el Consejo de la Magistratura y para debatir el "Plan plurianual", que establece las metas macroeconómicas que acuerde el Gobierno con el FMI. Fernández había dicho que lo enviaría en la primera semana de diciembre pero hasta ahora no hubo noticias al respecto. El llamado a extraordinarias también sería una forma de actualizar esa hoja de ruta. Sin embargo, otros integrantes de la misma bancada aseguran que el Presidente también reanudará la negociación para designar al juez federal Daniel Rafecas como próximo Procurador General de la Nación, que quedó empantanada a principios de este año.
El cuarto eje que podría formar parte del plan de extraordinarias para 2022 genera más incógnitas aún, porque habla del envío de otro proyecto de Presupuesto para el año entrante. La posibilidad surgió el domingo de las entrañas del bloque oficialista en la Cámara baja, pero el ministro de Economía, Martín Guzmán, lo relativizó: "No va a haber nuevo presupuesto, la oposición desorganizó, pero vamos a organizar. Todos los opositores tienen que ayudar en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Vamos a bajar la inflación y a crear trabajo. El principal obstáculo es conseguir el acuerdo con el FMI", lanzó el titular del Palacio de Hacienda, con unas declaraciones radiales que aumentaron las intrigas que se respiran en el Congreso.
La lectura de Guzmán contrasta con las expectativas que se ventilan en Diputados. El objetivo del Gobierno es responsabilizar a la oposición de dejarlo sin Presupuesto. El tema formó parte de una reunión que mantuvo Fernández con Sergio Massa y con Guzmán el viernes, luego del rechazo del dictamen del oficialismo. El Presidente los recibió antes de comunicarse con la titular del FMI, Kristalina Georgieva, en una reunión remota que estaba prevista con anticipación. Antes de esa conexión con la directora gerente del organismo financiero, Fernández se encontró con ambos por separado, es decir que el titular de la Cámara baja y el discípulo de Joseph Stiglitz solo se cruzaron por un instante en Olivos.
Según pudo reconstruir este portal, de ahí salieron las dos versiones divergentes sobre la eventual presentación de un nuevo plan de cuentas nacionales para 2022. Cerca del titular del Palacio de Hacienda susurran que "definitivamente no habrá otro" y que "hacer uno nuevo lleva meses". Dos definiciones que tienen un sustento para el equipo económico del albertismo, porque los técnicos de Guzmán recuerdan que "a CFK no le fue tan mal cuando la oposición la dejó sin presupuesto en 2011". Respecto de la negociación parlamentaria, en una oficina de Hacienda insistieron en que "las actualizaciones ya habían sido pactadas con la oposición. Si no se aceptaron, se lamenta, por lo tanto se manejará todo como en 2020 o 2011", completaron en un despacho decorado con una impactante obra del artista Ricardo Carpani.
Las lecturas que salen de Economía son divergentes a las ventilaciones del Congreso. En Diputados, el oficialismo, y Massa en especial, está empeñado en responsabilizar a la oposición de la caída del Prespuesto. El tigrense salió el domingo a criticar a todos los bloques opositores y les advirtió que las provincias se quedarán sin 180.000 millones de pesos que habían sido pactados en la ampliación del último presupuesto. "No era nuestro presupuesto, ni el presupuesto del Gobierno, eran los presupuestos que Argentina necesita para la recuperación y la salida de la crisis", lanzaron enojados desde el massismo.
Esa línea de agitación pública ya sumó la adhesión de distintos gobernadores que van ocupando la agenda de los medios con sus críticas a la caída del presupuesto. El entrerriano Gustavo Bordet advirtió que esa decisión impactará "de manera muy negativa" con una pérdida de "casi 9.000 millones de pesos" de los ingresos pautados. Su colega misionero, Oscar Herrera Ahuad, advirtió que los 77 municipios de su provincia serán gravemente afectados y trató de mezquinos a quienes integran JxC. El mandatario tucumano Osvaldo Jaldo fue en la misma línea y calificó a la oposición de "irresponsables", mientras que el catamarqueño Raúl Jalil aseguró que "el día a día sin presupuesto pasa a ser de libre disponibilidad" y dijo que "hay que prorrogar el vigente como lo ha hecho el Presidente y seguir en otros desafíos para seguir bajando la inflación", aseguró, en un anticipo del operativo que preparan todas las autoridades provinciales del peronismo para los próximos días.