Guerra gaucha

El campo bonaerense ultra, con ansiedad de ruta

Rurales duras acentúan movimientos y cosechan adhesiones de la derecha. Desde halcones PRO y lilitos, pasando por libertarios y Hotton. La interna en Carbap.

Cultivando la melancólica épica rutera de la 125 desde los inicios del gobierno del Frente de Todos, el ala ultra del campo movió nuevamente los tractores y las camionetas a la vera del asfalto. No más de 200 personas fue el marco de una asamblea realizada en Pergamino impulsada por un racimo de entidades ruralistas con base en el norte bonaerense, en el marco de la tensión con el Ejecutivo nacional por el cierre de las exportaciones de maíz por dos meses, medida en proceso de revisión que había disparado un lockout patronal definido por la Mesa de Enlace (menos Coninagro) para la semana próxima (también supeditado a lo que se defina por estas horas).

 

Se trata de un nuevo paso de las mismas rurales que un año atrás recibieron con un tractorazo las primeras medidas de una gestión que llevaba 28 días en el poder. También, las que no tardaron en montar su respaldo al sirenazo policial y las que llamaron a retirar los depósitos del Banco Credicoop para escarmentar a su titular, el diputado Carlos Heller, por impulsar el aporte solidario de las grandes fortunas. Sin embargo, recién en 2021 levantaron como lema convocante que “se nos terminó la paciencia”.

 

A lo largo de 2020, ese núcleo (con la Rural de San Pedro como punta de lanza) fue sumando pares de la región y llegaron a ser 17 las rurales distritales que empezaron a firmar comunicados juntas, con sus sellos, por fuera de su entidad madre, Carbap. Desde definir la política como “la sanguijuela que consume todos los recursos del país” hasta titular que “¡Ha muerto la República!” como arenga para el #8N, la munición gruesa con la que este sector carga su tambor retórico es un aspecto central de sus diferencias con la conducción de Carbap.

 

"Tuvieron la voluntad de expresar un criterio con dureza o una interpretación distinta a la de Carbap, pero son rurales históricas alineadas”, dijo días atrás a Letra P el ex y próximo presidente de esta confederación, Horacio Salaverri, para admitir diferencias entre críticos y ultras pero manteniendo todo en el mismo redil. Con esas divergencias flotando, Carbap no figuró entre las convocantes a la asamblea de Pergamino, pero, sobre la hora, hizo pública su participación con la presencia de un representante del consejo directivo.

 

Estas líneas internas dentro de Carbap son divisibles de larga data. Ya en 2010, se cruzaron en las urnas, con triunfo del actual oficialismo por sobre el ala dura liderada por el sampedrino Raúl Víctores, de buen diálogo con el macrista Luis Miguel Etchevehere. Víctores supo cuestionar a la cúpula directiva de Carbap. “Tendría que haber otras caritas”, le dijo a Letra P meses atrás. Del lado dialoguista, hay voces que miran de reojo la inclinación a salir a la ruta de los ultras. “Se le da la excusa al Gobierno para que nos marque como desestabilizadores y deslegitime nuestros reclamos”, deslizó a este medio un ruralista del oeste bonaerense.

 

En el tropel duro, no aflojan el tranco. En el último trimestre, fueron reiteradas las alusiones al “silencio de las instituciones” ante los “atropellos”. Ya en el lockout de 2020, se oyeron, bajo la lluvia de Expoagro, voces de malestar con la Mesa de Enlace por “no escuchar al productor de a pie”. Allí, entre los más vehementes de una rosca agraria que se dio en la carpa de Carbap sin la presencia de sus principales autoridades, estaba el titular de la Rural de Salliqueló, Arnoldo Mazzino, una de las cabezas del sector duro.

 

Que la reacción de la Mesa de Enlace al cierre de las exportaciones al maíz por dos meses haya sido un lockout por 72 horas también fue foco de malestar en rincones ultras, pero eso fue en voz baja. En Pergamino, manifestaron su apoyo a la medida, aunque sin dejar de filtrar presiones. Excavando la grieta campo-agroindustria, piden que todas las entidades que integran el Consejo Agroindustrial Argentino expresen su apoyo “incondicional” al reclamo. Caso contrario, exigen a sus entidades representativas que “se retiren de inmediato” de allí.

 

 

El convite asambleario impulsado por las rurales duras fue punto de unión de todo el arco de la derecha doméstica de paladar negro: desde halcones PRO y lilitos como el diputado nacional y hacendado bragadense Pablo Torello y el diputado bonaerense Luciano Bugallo, pasando por libertarios pergaminenes hasta la exdiputada antiaborto legal Cynthia Hotton. También giró carta de apoyo el intendente local, el macrista Javier Martínez, de lazos estrechos con la Rural pergaminense a cargo de Jorge Josifovich.

 

En esa asamblea, se llegó a barajar la posibilidad de una “vigilia”. En el núcleo de este bloque, la línea directriz futura frente al gobierno del FdT ya está decidida: incrementar las acciones de protesta. El espíritu de ese lineamiento quedó en claro en un mensaje de fin de año a sus representados del presidente de la Rural de Rojas, Alberto Enrique Del Solar Dorrego, que se centró en la peculiar definición de “acción gremial positiva”. “Es un nuevo concepto en la historia de nuestro país, ya que lo que conocemos normalmente está muy lejos de realizar propuestas superadoras propendiendo al desarrollo”, se diferenció con estirpe patronal.

 

Del Solar requiere esa acción frente a un contexto de “usurpaciones”, “justicia vilipendiada”, “bombardeo comunicacional” de “sectores ecoterroristas” y un “impuesto a la riqueza que debería denominarse impuesto a la inversión”. “Es necesaria una acción gremial fuerte buscando una mayor participación de todos los actores del sector, no importa a qué institución decidan pertenecer, dejando de lado la pasividad actual”.

 

Enfocado en su rol gremial en la Rural de Rojas, lo que omite Del Solar Dorrego es su rol como funcionario PRO en el vecino distrito de Junín, donde las quejas de productores y productoras por el abandono de algunos caminos se repite en las redes, machacando contra el municipio al mando de Pablo Petrecca, que designó en 2019 a Del Solar en el área Vial Rural.

 


Alberto Enrique no es el único de su linaje familiar con lazos amarillos. Más encumbrado aparece Santiago Del Solar Dorrego, jefe de Gabinete de Agroindustria durante la era Etchevehere. Santiago también estuvo presente este jueves en Pergamino. “No más intervención en los mercados. Queremos producir”, dijo el dirigente que, en tiempos de funcionario, en septiembre de 2018, reintrodujo las retenciones al trigo, maíz y girasol.

 

Sin embargo, en aquel entonces, esa medida no encontró tractorazos. "La opinión del sector es acompañar, dar una mano”, supo afirmar Fernando Boracchia, vice de la Rural de Exaltación de la Cruz, Campana y Zárate, una de las que hoy confluye en el ala ultra, donde también se alista la Rural de Colón. En 2019, el expresidente de esa entidad Carlos Boffini reveló a Reuters el sentir de su grupo: “¿Sabés cuál es la ventaja que tiene Macri? Que nosotros no la queremos a Cristina y, si se presenta, vamos a votar a Macri para que no entre Cristina, nada más”.

 

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