Sobre suelo bonaerense, los sectores más radicalizados del ruralismo comenzaron a exhibir musculatura opositora al gobierno del Frente de Todos. Lo hicieron en bastiones agropecuarios donde se asientan los reservorios más puros y duros del voto a Cambiemos. La primera movida de esta nueva era de tractorazos se registró en el enclave sojero por excelencia, Pergamino –el pasado 7 de enero-, mientras que último se concretó en el otro distrito fuerte del norte bonaerense, San Nicolás, aunque con una convocatoria más tenue que aquella iniciática. Pero ese reclamo no se emana de un bloque compacto. Por fuera de los autodenominados Autoconvocados que se manifestaron el último sábado -con el respaldo declarativo de diversas sociedades rurales de distritos de la provincia-, dentro de las propias entidades madre existen posturas disímiles a la hora de abordar los planteos al nuevo gobierno y de observar las medidas que desde allí surgen para el sector.
"Bajar la carga tributaria para poder producir. Y que el gobierno reciba a la Mesa de Enlace para acordar el cronograma de baja de retenciones prometida", pidió uno de los presentes en San Nicolás, el productor agropecuario y diputado nacional PRO, Pablo Torello. No fue el único asistente por Cambiemos. También estuvieron su par santafesina Lucila Lehmann y los legisladores bonaerenses Elisa Carca y Luciano Bugallo.
La participación de dirigentes opositores en estas manifestaciones es observada críticamente por algunos sectores del ruralismo. El exvicepresidente de la Federación Agraria Argentina (FAA) y productor pergaminense Jorge Solmi apuntó en diálogo con Letra P: “Hay productores con angustia, porque estaban endeudados, porque no ven el camino de salida. Ahora, muchas veces eso es aprovechado por varios personajes de la política y basta con ver la presencia de políticos en cada acto, son siempre los mismos y con los mismos discursos. Casualmente, los mismos políticos que en el momento que tenían que traer las soluciones que le pedíamos hoy son los que van a apoyar o movilizarse”.
Y ahondó en esa línea: “Yo soy un productor chico de Pergamino y no tengo nada que ver con Torello, que es un gran productor de la zona de Bragado. Las realidades del trabajo de la tierra de uno y de otro son absolutamente distintas. Las necesidades mías no son las de Torello, que reniega del pago del Impuesto Inmobiliario porque tiene mucho campo. Bueno, yo tengo menos campo y a mí el Inmobiliario es un tema que no deja de preocuparme pero también me preocupa tener financiamiento y posibilidades”.
Sobre esto último, Solmi ponderó las recientes medidas del gobierno de Axel Kicillof para las pymes rurales: “Que venga una moratoria extensa, tasas razonables y refinanciación de créditos que productores agarraban ahogados porque no quedaba otra, eso son muy buenas noticias para nosotros, es lo que veníamos pidiendo”. En contraposición, el dirigente bonaerense de la FAA recordó que durante la era Cambiemos “las pymes sufrieron muchísimo y dentro del sector agropecuario la mayoría somos pymes. Hemos visto todo este tiempo la ausencia de créditos del Banco Provincia o a tasas siderales y para los productores más chicos el crédito es una herramienta más”.
“A esto, hay que sumarle la dolarización de las tarifas, que hizo que muchos tamberos chicos quedaran afuera, y el incremento de los combustibles. La mayoría se empezó a financiar no pagándole a la AFIP y a ARBA porque no podían hacer frente a los vencimientos”, recordó.
Consultado sobre los tractorazos, Solmi expresó: “Todo el mundo tiene derecho a la protesta, pero es un momento de conversar, obtener herramientas para la producción y dar cuenta de la crisis que tenemos”. Así, no dejó de reconocer que existen marcadas diferencias entre los distintos sectores del agro: “Cuando se habla del campo como un conglomerado indisoluble, no es así”. De esta forma, también se diferenció de los cuestionamientos ruralistas a la ley fiscal bonaerense: “Este año vamos a tener la misma presión fiscal que teníamos el año pasado en el Impuesto Inmobiliario, porque el aumento para el productor mediano ha sido el ajuste por inflación”.
Los matices también salen a flote dentro de los propios dirigentes que se posicionan lejos del actual gobierno. El titular de una sociedad rural de un distrito bonaerense que prefirió mantener su nombre en reserva cuestionó este tipo de medidas a tan poco tiempo de iniciada la gestión del Frente de Todos: “No soy muy partidario de los tractorazos porque si la gente los eligió, respetemos un poco. Van dos meses de gobierno, no nos gustan, pero no porque no nos gustan hay que tomar estas medidas tan rápido”, afirmó, aunque no dudó de que esas manifestaciones se dan “espontáneamente, son los productores más calentones”.
Ese mismo dirigente ruralista remarcó, a la hora de medir la temperatura de malestar en el sector, que en varias regiones “habrá una buena cosecha y eso ayuda mucho” a tranquilizar los ánimos, aunque enfatizó que “lo que más preocupa es la suba de impuestos permanente”.
“Frente a la agobiante presión impositiva nacional, provincial y municipal, decidimos participar y apoyar enérgicamente la movilización del 8 del corriente en San Nicolás”, expresó la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) en un escueto comunicado.
Al respecto, el tesorero y expresidente de esa entidad, Horacio Salaverri, detalló a Letra P las razones: “El punto central es la cuestión tributaria, el tema retenciones, el tema impositivo en la provincia de Buenos Aires y las tasas viales en los municipios. Lo que ha pasado en forma simultánea desde finales de diciembre hasta mitad de enero fue un efecto pinzas tributario. Se arrancó con un incremento en retenciones, siguió con un incremento en el Impuesto Inmobiliario en la provincia y a todo eso se han adicionado las tasas viales que tuvieron un incremento de entre el 55 y 75% y eso castiga al mismo bien y misma renta, entonces hay una preocupación de los productores”.
Salaverri admitió la existencia de diferencias entre los distintos productores al momento de tomar una posición frente a las medidas del nuevo gobierno: “Hemos visto que por ahí dentro de determinadas entidades, como puede ser la Federación Agraria, hay distintas miradas respecto de esto, que son válidas, como todos los debates dentro de cada una de las entidades”, pero aclaró que a nivel de mesa de enlace "no" ve "ese tipo de divisiones".
En cuanto a las recientes medidas tomadas por el gobierno de Kicillof, el dirigente de Carbap mostró “una mirada positiva”. “Haber orientado el crédito al sector productivo y haber morigerado las tasas, algo que reclamábamos, es una mirada positiva de las necesidades de las pymes agropecuarias”, explicó. Y adelantó que en los próximos días tienen previsto una reunión con el titular del Banco Provincia, Juan Cuattromo, para analizar la ampliación de beneficios de la tarjeta Procampo para la ganadería y la vacunación contra la aftosa.
De todos modos, Salaverri aclaró que en Carbap no diferencian los perfiles de gobierno entre la Nación y la Provincia: “El mismo ministro (de Desarrollo Agrario, Javier) Rodríguez se encargó de decir que las políticas de ellos son iguales a las nacionales y que trabajan en conjunto, así que no la podemos diferenciar en ese sentido. Sí sabemos de las necesidades fiscales, pero entendemos que el sector no puede aportar más de lo que está aportando”, apuntó, para cerrar criticando el “tratamiento muy diferenciado en detrimento del sector agropecuario” de la ley de solidaridad del gobierno nacional. “Una mirada no extractiva desde el punto de vista impositivo, sino productiva”, es lo que exigen.