LA GRIETA

La guerra explotó en el Congreso y ya no hay puentes entre Massa y JxC

Caída una larga negociación y con un escándalo en la calle, el oficialismo avanza en Diputados con otros bloques. Juntos por el Cambio judicializará la sesión.

La Cámara de Diputados volvió a sesionar este martes en forma mixta, entre remota y presencial, luego del fracaso de ocho horas de negociaciones entre el Frente de Todos (FdT) y Juntos por el Cambio (JxC) para intentar consensuar la renovación del protocolo que permite ese funcionamiento. Los legisladores del mayor conglomerado opositor se negaron a extenderlo y decidieron sentarse en el recinto para plantear su desacuerdo, porque consideran que el mecanismo telemático es nulo y amenazaron con recurrir a la Justicia para impugnar las decisiones que tome el recinto. Todo en medio de una escena que incluyó gritos y acusaciones de la bancada que posee la primera minoría.

 

La posición refleja la ruptura de los puentes entre oficialistas y opositores a cinco meses y medio del inicio de la cuarentena. El recinto retomó el funcionamiento para tratar un plan de asistencia al turismo y el endurecimiento de las penas a la pesca clandestina, a partir de una sesión especial que el viernes pasado pidió el presidente del bloque oficialista, Máximo Kirchner, con el apoyo de los bloques Consenso Federal, que preside Eduardo Bucca, Unidad para el Desarrollo, conducido por José Luis Ramón y del monobloque del Movimiento Popular Neuquino, en manos de Alma Sapag. En esos 18 diputados está la capacidad del oficialismo para que sus 118 voluntades superen las 129 necesarias para tener quórum, pero en el interbloque que preside Mario Negri aseguran que no pueden hacerlo sin ellos y que la cifra alcanzada no es legal, porque necesitan "129 diputados presentes", y no algunos en forma virtual. 

 

Las fuerzas que firmaron el pedido de sesión del viernes estaban inicialmente de acuerdo con avanzar en la renovación del protocolo, pero una parte del interbloque de Bucca se resistió a último momento y luego se encargó de remarcarlo. Es el caso de Graciela Camaño, Jorge Sarghini y Alejandro "Topo" Rodríguez, de Consenso Federal y los dos monobloques de socialistas santafesinos, en manos de Luis Cotigiani y Enrique Estévez. "No nos van a arrastrar ni (el titular de la Cámara, Sergio) Massa ni los extremistas de Cambiemos, que no son capaces de acordar reglas mínimas de funcionamiento", insistió Rodríguez, a diferencia de sus cuatro pares de Córdoba Federal, que responden al gobernador Juan Schiaretti y mantuvieron su posición.

 


 

El factor que definió los tironeos no estuvo dentro del recinto, sino afuera y giró en torno a la preocupación del oficialismo y la oposición de afrontar nuevas críticas del sector turístico, que exige una ley de emergencia hace tres meses y cuyos representantes advirtieron que la paciencia se había terminado, a pesar de los matices y proyectos en danza. Esa urgencia estuvo a un paso de forzar algunas coincidencias, pero fueron tan provisorias como el alcance de las negociaciones de este martes, especialmente en JxC, que tuvo un giro a último momento que algunos lo relacionaron a un llamado de la titular del PRO, Patricia Bullrich, para abortar la negociación.  

 

La reunión de labor parlamentaria convocada a las 11 para organizar la sesión se extendió por ocho horas. Durante toda la tarde, los bloques de JxC y del FdT hicieron demostraciones de fuerza en el recinto: en la bancada opositora llegaron a completar 100 escaños, mientras que en el oficialismo estuvieron activas 70 conexiones online, mientras continuaba la reunión de jefes de bloque. La alianza opositora estuvo preparada para sesionar en forma presencial si fracasaban las negociaciones y las y los representantes del FdT se dispusieron para una nueva sesión mixta.

 

 

 

El encuentro de los jefes y jefas de bloque arrancó casi a los gritos. Fue el inicio de una ofensiva cerrada de JxC a acompañar la renovación del protocolo si no era por consenso. El titular del interbloque, Mario Negri, fue el vocero de una ofensiva que, por ahora, le permitió capitalizar la fragilidad de los acuerdos sellados desde el inicio de la cuarentena con Massa y el titular del bloque oficialista, Máximo Kirchner

 

En el entorno del titular de la Cámara Baja señalaron que este sostuvo el diálogo con todos los bloques opositores durante las ocho de trabajo de la Comisión de Labor Parlamentaria y casi cuatro de sesión, en las que efectuó cinco propuestas sobre el protocolo. Como la respuesta final resultó negativa, decidió avanzar con la sesión en función del pedido del resto de los bloques, seguro de que contaba con número para hacerlo.

 

La razón que originó la ruptura de los acuerdos es que el principal bloque opositor se niega a tratar en forma remota la reforma judicial y la nueva fórmula jubilatoria. En el FdT consideran que ese condicionamiento es un brete "del que había que salir, porque sino JxC va a elegir siempre qué tratar y qué no", confió a Letra P uno de los negociadores del oficialismo que buscó, como mínimo, mantener una renovación por treinta días. La decisión de Massa y Kirchner apuntó a evitar trabas de este tipo en el arranque de cada sesión y en varios momentos de la negociación hubo principios de acuerdo.

 

 

 

En rigor, JxC ha logrado desde mayo definir la agenda parlamentaria ante la necesidad del oficialismo de evitar que la Cámara quede paralizada. Con el arranque de septiembre, el escenario es otro: el FdT comenzará las negociaciones por el Presupuesto 2021 a partir del 15 de septiembre y pretende avanzar con otros proyectos clave, como la actualización de la fórmula jubilatoria, el impuesto extraordinario a las grandes fortunas y una eventual reforma tributaria. En el horizonte del oficialismo todavía no asoma el ingreso al recinto de la reforma judicial, aseguran que llevará tres meses de debates en comisión y consultas a expertos. 

 

Uno de los participantes del PRO en la mesa chica que concentró los intercambios este martes confirmó a  Letra P por donde pasaba el punto crítico para su bloque. "No quieren poner qué temas no se van a tratar virtualmente", aseguró el diputado consultado sobre una de las exigencias irreductibles.

 

 

 

Negri desconfía de los cálculos laxos del FdT con los temas más resistidos. El viernes resolvió redoblar la apuesta, cuando fue notificado del pedido de sesión especial que presentó Kirchner con el apoyo de los bloques aliados.

 

Para el titular del interbloque, esa mayoría simple no es garantía suficiente para renovar el procotolo. En el FdT recuerdan que la última renovación fue sin la presencia de Bucca y la ausencia del representante de esos once diputados no fue un impedimento, aunque en términos estrictos no hubo consenso. El argumento no sirvió para frenar la embestida opositora, pero en JxC bramaron que sus 119 escaños significan el 45% de la Cámara y no pueden quedar afuera de la negociación. 

 

Al cierre de esta nota, la Cámara de Diputados todavía discutía, bajo el sistema mixto, si la sesión era válida o inválida. En un debate caliente y con fuertes cruces.

 

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