VIDEOENTREVISTA | JOAQUÍN BLANCO

“Perotti es la cabeza de una coalición entre el agua y el aceite, sin proyecto”

El diputado socialista dice que el gobernador no tiene un “plan coherente”. Pide calma a la UCR por el frente XXL y pone a Lifschitz en el plano nacional.

Joaquín Blanco es uno de los socialistas de mayor confianza del exgobernador Miguel Lifschitz. Le toca liderar el bloque de diputados del Partido Socialista (PS), que ejerce, a su entender, una oposición “responsable” al gobierno de Omar Perotti. Sostiene el discurso antigrieta, dice que al gobernador le toca conducir una coalición en la que se “el agua y el aceite” y rechaza, por el momento, el armado de un frente de frentes que contenga al PRO, la UCR y al socialismo. “Si la política se mira el ombligo puede cometer un error muy grave”, afirmó en entrevista con Letra P.
 

 

BIO. Economista. 40 años de edad. Es un lifschitzta de pura cepa. Rosarino, fanático de Central, está casado y tiene dos hijos. Reconocido entre los amigos como excelente asador, recorrió el país junto a Hermes Binner cuando este se subió a la aventura presidencial, en 2011. Lo apodan “Popi” y es diputado provincial desde 2015.


-¿Cómo evalúa el gobierno de Perotti?

 

-Es un gobierno atravesado por la respuesta a la pandemia. Con aciertos y algunas demoras, ha seguido los lineamientos del gobierno nacional, y lo hemos acompañado. Por afuera de eso, Perottti es la cabeza visible de una coalición en la que se ha juntado el agua y el aceite, sin un programa. Hay ministerios parcelados, conducidos por distintos sectores, es un gobierno que se basa en el anuncio de acciones y no puede mostrar políticas públicas y un plan coherente. Perotti no logra imponer su propia impronta de gobierno.

 

 

-¿Las críticas aplican para el gobierno de Fernández, que también es una coalición?

 

-El gobierno de Fernández es también de coalición, diferente a la santafesina en función de donde reside el poder real; inéditamente, en la figura de la vicepresidenta, que siempre fue testimonial, es un hecho totalmente novedoso. El recorrido de este gobierno, atravesado por la crisis de la deuda y la pandemia, lo ha encontrado a Fernández también en la búsqueda de un relato. Anota una primer conquista en la reestructuración de la deuda, que fue un proceso complejo y largo, pero exitoso. Después, es cerrada la estrategia de la reforma judicial, fue un paso en falso lo de Vicentin, posterga indefinidamente el debate sobre el aborto, el famoso impuesto a las grandes fortunas no termina de suceder. En estos nueve meses son más los pasos en falso que las victorias.

 

“En estos nueve meses de gobierno de Fernández, son más los pasos en falso que las victorias.”

-¿Cuál es la actualidad del Frente Progresista después de la derrota del año pasado?

 

-El Frente está con una doble tarea, porque nos toca gobernar al 70 por ciento de los santafesinos en gobiernos locales, tenemos intendentes y presidentes comunales que tienen que gobernar en esta Argentina en crisis. A la vez, la realidad política y electoral nos pone como líderes ineludibles de la oposición, con lo cual ese escenario nos obliga a pensar alternativas que signifiquen dinamizar la relación con el oficialismo.

 

 

 

-¿Está de acuerdo con ampliar la base del progresismo, como pide un sector de la UCR?

 

-Hay diferentes voces dentro de la UCR ante los armados electorales. Hay que interpretar el momento que vivimos, si la política no pone los pies sobre la tierra y entiende que este es el momento de pensar soluciones para los comerciantes que cierran, la gente que se quedó sin laburo, si la política no conecta con esta agenda la sociedad nos va a pasar factura. Va a haber tiempo para pensar frentes electorales, discutir programas de gobierno, pero si la política se mira el ombligo puede cometer un error muy grave.

 

-¿No corre la estrategia de un frente de frentes para 2021?

 

-Nosotros decimos que hay un valor muy grande en la política y nos ha acompañado como legado, y es la impronta de Hermes Binner. El valor de la coherencia es muy importante en la política, no es marketinero pero la sociedad lo valora. Toda propuesta electoral en la cual participemos tiene que ser un camino recorrido por la coherencia. De la propuesta, de la trayectoria, a qué electorado le hablamos, si queremos una agenda propositiva o grieta y odio. Si pensamos los armados electorales antes de tiempo, vamos a cometer un gran error. Estamos abiertos a dialogar con todas las fuerzas, creemos que siempre hay que ampliar las bases del Frente Progresista, siempre hemos sumado a sectores de diverso espectro ideológico, pero lo que nos unió fue la coherencia, un programa.

 

 

 

-¿El PRO es un límite en ese armado?

 

-Si arrancamos con los límites anticipamos los debates de 2021. El PRO forma parte de Cambiemos y el socialismo, del Frente Progresista. Formamos parte en la actualidad de dos espacios diferentes, hemos competido en todas las elecciones desde 2011. Es más, hubo dirigentes de Cambiemos más preocupados en restarle al Frente Progresista que en fijarse en la propuesta política que tenían. Esta es la historia reciente. Nosotros estamos abiertos a hablar con los compañeros radicales, con las fuerzas del Frente Progresista, para ver de qué manera seguimos construyendo y ampliando el Frente.

 

“Estamos abiertos a hablar con los compañeros radicales, con las fuerzas del Frente Progresista, para ver cómo ampliamos el Frente.”

-¿Lifschitz tiene que ser candidato a senador nacional?

 

-Es un dirigente que camina las calles de cualquier localidad de la provincia solo, sin custodia; la gente lo saluda y le agradece por su gestión. Miguel excede el marco del Frente Progresista, tiene una aceptación inclusive en muchos sectores que a nivel nacional han votado a Fernández o a Macri. Es un dirigente que está llamado a ocupar un lugar de absoluta relevancia. Él es parte de un proyecto político. Si ese proyecto tiene coherencia, si en tal o cual momento él puede ser un candidato que empuje para delante este proyecto él va a estar a disposición. Miguel no  necesita instalarse, muchos dirigentes están preocupados por el 2021 porque lo ven como una necesidad de visibilización o trampolín. Miguel no necesita eso, naturalmente, los santafesinos y santafesinas lo ven en un lugar de relevancia en 2023.

 

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