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Pelota parada y estados alterados

La alta política sudamericana reproduce en la cancha futbolera sus diferencias sobre el manejo de la pandemia. Lobby paraguayo y la pica Brasil-Argentina.

Al tiempo que la pandemia crece y Sudamérica se convierte en el epicentro de los contagios, la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) intenta poner nuevamente en marcha la Copa Libertadores y su presidente, Alejandro Domínguez, lo pidió en la última cumbre del Mercosur. Los mandatarios continentales no desconocen la importancia social y económica del fútbol, pero no hay una postura común entre las cancillerías sobre el reinicio de la competencia.

 

Uno de los primeros errores no forzados de Alberto Fernandez con el coronavirus fue previo al inicio de la cuarentena, cuando le preguntaron si el torneo continuaría. "Si el fútbol se juega a puertas cerradas, yo no tengo inconvenientes. Me encantaría que, en este tiempo, lo pasaran sin sistema codificado, por TV abierta, para que quienes tienen que quedarse en casa tengan un divertimento". Así cerró su primera conferencia de prensa pandémica, pero la pelota paró.

 

Claudio Tapia se encuentra tironeado entre lo que quiere -que los entrenamientos vuelvan con el país en Fase 4-, los pedidos de los clubes, con Marcelo Gallardo a la cabeza, y la presión de la Conmebol, que fijó una fecha para las copas internacionales .Hay solo dos países que todavía no comenzaron las practicas, Argentina y Bolivia, donde el presidente de la federación de fútbol, Cesar Salinas, falleció por coronavirus.

 

A principios de julio, el Consejo de la Conmebol confirmó el reinicio de la Copa Libertadores para el 15 de septiembre y de la Sudamericana para el 27 de octubre. Hay nueve equipos argentinos compitiendo y todavía se desconoce el destino de las eliminatorias para Qatar 2022 pautadas para septiembre, octubre y noviembre. La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) intentó que River, Boca, Racing, Defensa y Justicia y Tigre arrancaran una semana después, pero Tapia solo logró que comiencen el 17 de septiembre. En esa reunión, Venezuela participó, pero no votó, ya que no tiene derechos plenos puesto que su nuevo presidente, Jesús Berardinelli, tiene antecedentes penales por falsificación de documentos en su país. El 22 de julio, además, fue internado por una insuficiencia cardíaca y la federación venezolana denunció que había sido retenido ilegalmente por la Policía Nacional Bolivariana ya que el gobierno de Nicolas Maduro lo acusa de malversación de fondos públicos. Los equipos de su país entrenan y piensan jugar el torneo local en tres zonas por cercanía geográfica para evitar los viajes.

 

 


Antes del encuentro con sus pares, Dominguez participó de la Cumbre del Mercosur invitado por su coterráneo Mario Abdo, a cargo de la presidencia pro témpore del bloque. "Queremos estar preparados para cuando se normalice esta situación. Nuestra intención no es volver de la noche a la mañana a la normalidad prepandemia, sino que el fútbol regrese con total seguridad cuando ustedes, señores presidentes, junto con sus respectivas autoridades sanitarias, lo consideren oportuno. Estos documentos fueron aprobados por las asociaciones miembro y presentados a los ministros de Salud de los distintos gobiernos", aseguró el paraguayo, que ya adelantó 79 millones de dólares a los clubes que juegan las copas y a las diez federaciones como paliativo por el Covid-19. Su pedido quedó asentado en el punto 10 del comunicado final de la cumbre.

 

Dominguez subió al poder sudamericano del fútbol luego del FIFA Gate y conoce de política: su familia está ligada históricamente al Partido Colorado. Su padre quiso ser presidente y su tío se casó con la hija del dictador Adolfo Stroessner. A los cuatro meses de asumir, visitó a Mauricio Macri en la Casa Rosada y en 2018 lo premió en el Congreso que se hizo en Buenos Aires. En diciembre de 2019 estuvo nuevamente la Casa de Gobierno para hablar con Fernandez de la Copa América, que se tendría que haber disputado este año en Argentina y Colombia.

 

 

 

Hoy, no existe una estrategia común entre las cancillerías que contemple la situación de los 32 equipos que estarán moviéndose por el continente, sobre todo a Brasil, a donde deberían viajar Tigre, Defensa y Justicia y River. La prueba contundente de esa carencia la dio Fernandez en una entrevista con Radio con vos donde afirmó que ningún gobierno había planteado un diálogo por el inicio de la Copa Libertadores.

 

"Tenemos que entender que estamos en una pandemia. Uno cruza la frontera, entra en Brasil y la cantidad de focos de infección que existen en Brasil... hay que ver los números, no quiero hablar más para no molestar a nadie. ¿Tenemos que exigirle (a un jugador de fútbol) que vaya a jugar un partido de fútbol al epicentro de la pandemia? Porque en este momento el epicentro es América del Sur".

 

 

 

Esta semana deberían haberse reunido los ministros Gines Gonzalez García y Matías Lammens para coordinar una estrategia para llevar luego a otro encuentro que estaba pautado con Tapia y Tinelli, presidente de la Liga de fútbol. Entre el aumento de casos y la cumbre del presidente con Horacio Rodriguez Larreta y Axel Kicillof, fueron postergadas una vez más. El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, aseguró que la semana que viene habría novedades sobre el fútbol.

 

En mayo, cuando Brasil ya registraba 20.000 contagios diarios, Jair Bolsonaro presionó para reanudar las competencias y en junio arrancó el campeonato de Río de Janeiro, el estado más castigado por la pandemia. Solo comparado con Argentina, tiene 15.000 contagios menos, pero cuatro veces más de muertes. Está programado que el Brasileirao empiece el 8 de agosto, el mismo día que comienza el torneo en Uruguay. "Estamos preocupados con los focos nuevos, pero no es intención del gobierno causar alarma. No hay marcha atrás", afirmó Luis Lacalle Pou, cuyo secretario de deportes es Sebastián Bauzá, exdirigente del fútbol y el único de la Conmebol que no cayó preso por el FIFA Gate porque rechazó cobrar coimas.

 

 


El 7 de agosto está estipulado que vuelva el fútbol en Perú, donde en mayo el presidente Martín Vizcarra habilitó los entrenamientos. Tras Brasil, es el país con mayor número de contagios, seguido de Chile, donde el ministro de Salud, Enrique Piris, fue tajante sobre la Copa Libertadores. "Cualquier ciudadano de otro país que ingrese a Chile tendrá que guardar una cuarentena de 14 días. Además, hay indicios de que estos partidos se disputen fuera de Chile". El torneo de Ecuador empezaría el 15 de agosto, mientras que en Colombia los jugadores volvieron a entrenar hace dos semanas y registraron 76 contagios. Paraguay es el único país donde comenzó el campeonato, aunque inicialmente lo tuvo que postergar por más de 50 casos que luego resultaron ser falsos positivos.

 

El escenario es incierto, por la cantidad de casos que se registran en las últimas semanas, la mitad de los torneos sin fecha cierta de arranque y la ausencia de diálogo entre los gobiernos de la región. Eso crece en el capítulo argentino, no solo porque todavía no hay prácticas, sino porque las reuniones para decidir qué hacer no paran de prorrogarse.

 

Alfredo de Angeli, en su banca en el Senado de la Nación.
Victoria Villarruel. 

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