CRISIS POR CORONAVIRUS

Con matices y tensiones, crece en el Gobierno la idea de un dólar más alto

Guzmán blanqueó que la divisa necesita ser más competitiva. Flotación administrada, modelo exportador y el peligro de los precios.

Cuentan que el presidente Alberto Fernández lo habló mucho en los últimos tiempos, incluso con el canciller Felipe Solá, el que más abraza, como gestor del perfil externo, el modelo exportador. Para el Gobierno, aunque con matices y discusiones internas, el dólar tiene que ser más competitivo. En este contexto, la puja y las tensiones están más centradas en los riesgos que en la línea general: qué podría pasar con los precios de alimentos, las señales en el marco de la negociación de la deuda y la inflación general.

 

 

Kulfas, en la trinchera de los precios. 

 

 

Naturalmente, hay carteras y organismos que son más sensibles a estas movidas, porque administran o bien pulsean a diario con la economía interna, la del bolsillo, y saben de los efectos devaluatorios.

 

El Ministerio de Desarrollo Productivo, encabezado por Matías Kulfas, es el más reacio a movidas bruscas que alteren el escenario en plena pandemia. La cartera acaba de ampliar el congelamiento de Precios Máximos por un mes más, justo cuando los productores de canasta básica arrecian con pedidos de recomposición de costos. Allí hacen un equilibrio delicado para pilotear a los pícaros en la tormenta, pero se apoyan en algunas certezas: citan que en la Unión Industrial Argentina (UIA), una entidad que siempre ha evaluado el tema como importante, todavía no hay reclamos por el atraso cambiario. Y a los formadores de precios, el mensaje que les hicieron llegar fue claro: “Hasta ahora el dólar no se movió, lo que haya que arreglar de costos se hará por cualquier medio menos a través de correcciones en las góndolas”.

 

 

Basterra, bajo el fuego de los sojeros que quieren devaluación. 

 

 

El que empezó a sentir las presiones es el ministro de Agricultura, Luis Basterra. Los sectores exportadores ya le avisaron de su malestar, en persona y en los silobolsas. Hace unos días, le hicieron llegar el mensaje de que no piensan vender el grano hasta que haya una devaluación que lleve la divisa oficial a los 85 o 90 pesos. En el Gobierno creen que ese número “es un despropósito”.

 

En el Banco Central (BCRA), en tanto, no lo ven ni caro ni barato, pero aclaran que eso no quiere decir que la divisa no fluya en esquema de flotación administrada. “No hay idea de corsét”, aseguran. En el entorno de Miguel Pesce observan que las presiones son más de tipo especulativo en el marco de la discusión por la deuda con bonistas privados, aunque aclaran que el mercado se cuadra a la curva de devaluación del Central y se va ajustando.

 

En este contexto, el Presidente, encargado de los mensajes políticos, fue claro al apuntarles a los que especulan con la divisa y marcó la cancha con los precios.

 

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