Nunca había ocurrido hasta que ocurrió. Sin enojos pero con recriminaciones directas, la CGT les marcó la cancha a los formadores de precios sin tapujos, todo frente a la mesa chica del gobierno de Alberto Fernández. Fue el jueves, en la reunión del gabinete económico, a la que fueron invitados los popes del sindicalismo y la plana mayor de la Unión Industrial Argentina (UIA). “Los trabajadores estamos haciendo el ajuste, ya nos presionan las bases por la marcha de los precios y los CEOs siguen aumentando. Tiene que haber un esfuerzo compartido”, disparó el líder de la central obrera, Héctor Daer.
El más negociador de los gremialistas le apuntó directamente a Daniel Funes de Rioja, el abogado de la Coordinadora de Productores de Alimentos (COPAL), quien dio las explicaciones del caso basado en las subas de costos.
El rubro alimentos y bebidas subió, según el INDEC, casi el doble que la inflación general de enero. También dijo Daer que "esas subas se están dando, en el caso de la alimentación, cuando todavía no hubo aumentos de salarios". Allí, Funes le recordó que sí hubo subas en esa paritaria.
Los gremios admitieron que las bases presionan por los aumentos de precios.
En la mesa estaban el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; el de Trabajo, Claudio Moroni, y el jefe de Economía, Martín Guzmán. La preocupación oficial por el tema es mayor a la de los gremios, pero nunca el Gobierno interpeló a los empresarios de ese modo.
Un rato después, Kulfas repasó las medidas que el Ejecutivo ya tomó y, casi en tándem con los empresarios, recordó que se logró contener un aumento de precios que se vendría por la caída del IVA cero a alimentos, además de la aplicación de la canasta de Precios Cuidados. La idea que quedó luego de la intervención del ministro es que habrá una tendencia a la baja, incluso en productos básicos.
La reunión, que nunca giró en torno al Consejo Económico y Social y mucho menos a un acuerdo de precios y salarios, fue un ping pong de dos horas del Gobierno con actores centrales de la economía. Allí se dieron algunos detalles de la política detrás de la negociación por la deuda externa. Uno de ellos, la inflación. Otro de los presentes, Miguel Pesce, el titular del Banco Central (BCRA), avisó que “la inflación no va a bajar sólo a fuerza de tasa”, sino que se necesitan respaldos y conciencia de todos los sectores. Asintió Guzmán, para quien el asunto es el principal problema que quedará una vez zanjada la discusión por evitar el default.
Funes de Rioja, de las alimenticias, dio explicaciones.
Naturalmente, en el Gobierno también desconfían de las subas que se vinieron dando, sobre todo, al ver que fueron congelados costos fijos como las naftas y las tarifas y el dólar oficial sigue planchado por efecto del cepo cambiario.
Daer y el resto de los presentes, como Armando Cavalieri (Comercio) y Antonio Caló (UOM), también dejaron en claro que no quieren sumas fijas y que darán pelea por revisiones salariales. Es la disputa que sigue, sobre todo de parte de una de las paritarias grandes que se vienen, la de los aceiteros.