Tiró una moneda pero no hubo suerte: el plan de Horacio Rodríguez Larreta para enviar un gesto a Alberto Fernández en el Senado fue desalentado por la Unión Cívica Radical (UCR), que impuso su postura ante la mesa Cambiemos y forzó que todos los espacios tengan una mirada unificada sobre el pliego que propone a Daniel Rafecas como procurador general de la Nación. Detrás de esa imposición, en el PRO olfatean una negociación paralela entre el radicalismo y el peronismo, mientras Elisa Carrió, sin representación en la Cámara alta, optó por el silencio.
En un mensaje de buena vecindad para con la Casa Rosada, Rodríguez Larreta nsinuó que el PRO podría acompañar o bien ausentarse en la votación para que, de alguna manera, prospere el candidato de Fernández. El radicalismo exhibe sus viejas rencillas con el juez federal, pero tampoco manifiesta taxativamente su rechazo, mientras que Carrió, sorprendentemente, no impugnó -ni pública ni internamente- su candidatura. Incluso, el propio Mauricio Macri, desde su estadía en Villa La Angostura, hizo llegar su negativa a que avance la presentación de Rafecas y promueve una posición intransigente.
El artículo 11 de la Ley Orgánica del Ministerio Público Fiscal de la Nación establece que el pliego debe ser avalado por dos tercios de los senadores presentes; es decir, 48, si no hay ausencias. El Frente de Todos puede aportar 40 votos -José Alperovich está de licencia-, pero necesita si o si del apoyo opositor. El PRO, como parte de una negociación más grande con la Casa Rosada, tendió puentes con el peronismo para destrabar esa ecuación.
Por otra parte, el tema también se empantanó por la decisión del Gobierno de frenar designaciones de funcionarios judiciales que propuso Macri y les interesan a los gobernadores radicales porque muchos de los magistrados a nombrar son de las provincias. Rodríguez Larreta cree que el radicalismo, mientras frenó su voluntad de respaldo a Rafecas, encaró un diálogo paralelo con el oficialismo para incidir en una hipótetica nueva negociación -hoy improbable- para encontrar otro candidato a jefe de los fiscales y por la lista suspendida de jueces, fiscales y defensores oficiales que pensaba nombrar el macrismo.
El nombre de Rafecas genera escozor en la UCR porque, en 2009, fue el magistrado que envió a juicio oral al expresidente Fernando de la Rúa en la causa por las coimas en el Senado, aunque años después fue absuelto.
Sin embargo, la traba fundamental es política: el PRO, la UCR y la Coalición Cívica negocian en conjunto ley por ley, artículo por artículo, los pedidos que gira el Poder Ejecutivo y que, muchas veces, ponen de manifiesto las distintas visiones dentro de la nueva oposición. Pasó con la ley de emergencia de Fernández y con la suspensión del Consenso Fiscal que pusieron a prueba la unidad opositora en el Congreso y, además, cristalizaron las diferencias entre los gobernadores y sus legisladores.
La tensión entre el PRO y la UCR es también una disputa por quién lidera esta negociación con la Casa Rosada en tiempos en los que, tras la derrota electoral, no hay un liderazgo claro y cada intervención es leída como una jugada para marcar la cancha. Por estas horas, aún no hay definiciones y el pliego será tema central durante la reunión de la mesa de Juntos por el Cambio prevista para el martes 18 de febrero, terreno en el que se saldaron las últimas discusiones.