Rogelio Frigerio ha tomado la decisión de jugar fuerte en tierra entrerriana. Se lo confirmó, incluso, a algunos radicales. Su objetivo es la gobernación en 2023. Así se lo ratificó a Letra P uno de sus principales colaboradores.
El proyecto político del exministro del Interior comenzó a tomar volumen público al poco tiempo de haberse declarado la cuarentena. Entrevistas en medios locales lo tuvieron al exfuncionario macrista hablando sobre la realidad de Entre Ríos. Esas apariciones fueron una oportunidad para deslizar sus pretensiones de desarrollarse en la comarca donde tiene domicilio electoral.
El economista se instaló en su estancia de Villa Paranacito, en el departamento Islas, al sur de la provincia, durante todo este tiempo en que los argentinos y las argentinas fueron confinados a ver el mundo en una pantalla. Con el celular siempre abierto, Frigerio fue intercalando conversaciones con la dirigencia nacional y provincial.
De buena relación con el mandatario entrerriano, Gustavo Bordet, al que nunca criticó personalmente, Frigerio conserva la jefatura de Juntos por el Cambio (JxC) que ostentó cuando estuvo al frente de la cartera que hoy conduce Eduardo de Pedro. Desde allí, pivoteó con habilidad su relación con el gobernador y los intendentes de su espacio, pero, también, con los peronistas. Quizás esa cintura con la que se movió sea uno de los argumentos por los cuales Mauricio Macri lo puso en la lista negra junto a Emilio Monzó por no haber manejado las riendas de la política como el expresidente se imaginó.
Pato rengo. Bordet no tiene reelección. Frigerio va por su sillón.
Frigerio no estaba seguro de ser candidato a diputado el año que viene. Entiende que un proyecto para 2023 no necesariamente exige una primera estación legislativa, más en su caso, que lo tuvo durante cuatro años rastrillando el territorio cada 15 días con una presencia mediática importante. Finalmente Horacio Rodríguez Larreta impuso su criterio. El exministro tributa a ese espacio de Juntos por el Cambio.
Se conoció una encuesta encargada por el jefe de Gobierno porteño que midió en septiembre a dirigentes en Entre Ríos. En ese trabajo de Management & Fit, Frigerio obtenía una imagen positiva de 35 puntos y 71 por ciento de conocimiento.
Hacia adentro
El radicalismo es la fuerza de la oposición que mayor desarrollo territorial tiene en Entre Ríos, expresada, si se quiere, en una veintena de intendentes. Sin embargo, hace ya varios años que no tiene un líder que pueda sintetizar una propuesta electoral. Atilio Benedetti fue vencido en 2019 por Bordet con una diferencia de más de 20 puntos. Es su segunda derrota en la carrera por la gobernación, pero sus intenciones de insistir no se apagan. En el horizonte aparecen dos jefes comunales enrolados en el radicalismo, Pedro Galimberti (Chajarí) y Darío Schneider (Crespo), pero están muy lejos del nivel de conocimiento provincial de Frigerio y Benedetti.
Hay figuras en el partido centenario que dicen no estar dispuestas a tolerar imposiciones, más aun cuando ya no hay birome que adoctrine. Sin embargo, una mayoría apoyaría sin chistar una candidatura a gobernador de Frigerio. El radicalismo también se tornó una fuerza pragmática. El primer ensayo fue 2015, cuando, por primera vez en su historia, la UCR Entre Ríos no llevó candidato a gobernador al dejarle la escudería a Alfredo De Angeli, quien estuvo acompañado en el binomio por el referente del GEN Juan Carlos Lucio Godoy.
La única figura del PRO que aparece en el horizonte para enfrentarlo es quien fuera un par suyo en el gabinete: Luis Miguel Etchevehere. Enrolado en el ala de los halcones de Juntos por el Cambio, tuvo sus días de fama con el episodio familiar por el ingreso a uno de sus campos en Entre Ríos por parte de su hermana Dolores y militantes de Juan Grabois. El exministro de Agroindustria recibió, en pleno conflicto, las visitas de Patricia Bullrich y Miguel Ángel Pichetto, que se acercaron a la tranquera donde se habían movilizado ruralistas. Frigerio vio esa novela, en silencio, desde la otra punta de la provincia.
El economista pasó un mal momento hace tres semanas, cuando el PRO Entre Ríos debió renovar autoridades partidarias luego de un largo proceso de intervenciones. El exministro hizo todos los esfuerzos para evitar una disputa interna. En el fondo, quería que no quedara en evidencia la módica estructura que tiene su partido. La elección tuvo la participación de apenas 1.800 afiliados.
De todas maneras, la construcción de Frigerio no es a través de la relaciones entre los partidos, sino que interpela a la política desde lo personal. Experimentó en la provincia una variada propuesta de fórmulas electorales. En 2013, se asoció con Jorge Busti, el tres veces gobernador de Entre Ríos, para ungir a De Ángeli como senador nacional en su primera experiencia en una elección. En esa contienda, el radicalismo quedó, también por primera vez en su historia, sin representación por la minoría en el Senado de la Nación.
Frigerio tiene decidido jugar su primera carta en la comarca el año que viene. No está de acuerdo en eliminar las PASO. En todo caso, no realizarlas donde no haya competencia. Su hoja de ruta le indica que en 2021 su nombre debe estar en la boleta, pero su plan de fondo es pelear la gobernación.