Por Gabriela Pepe y Gonzalo Palese
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Por Gabriela Pepe y Gonzalo Palese
Alberto Fernández y Horacio Rodríguez Larreta dejaron de lado la conversación diaria, el diálogo fluido que continuó, incluso, en las jornadas de tensión por el recorte de la coparticipación que recibe la Ciudad de Buenos Aires. Ahora, esporádicamente, cruzan mensajes. El Presidente delegó las conversaciones en sus funcionarios de confianza, el ministro del Interior, Eduardo de Pedro; el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, o el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, según el caso. El jefe de Gobierno hizo lo propio. Pero a pesar de que la relación en la cúpula está congelada, sobre la base hay una negociación caliente entre la Casa Rosada y la Jefatura de Gobierno, que incluye la firma del consenso fiscal, la discusión por la coparticipación, charlas por el puerto, los terrenos federales en el distrito porteño y el traspaso de la Justicia, entre otros temas. Todo es parte del mismo rompecabezas, que se arma entre Balcarce 50, el Congreso y la Legislatura.
La pelea entre Fernández y Rodríguez Larreta por la coparticipación es una parte de la película. El decreto del Presidente en el que el coeficiente de masa de recursos coparticipables que recibe la Ciudad pasó de 3,5% a 2,32% fue el kilómetro cero de una discusión punto por punto sobre las transferencias entre la Nación y la Ciudad. El primer párrafo de un debate que Fernández planteó en la campaña de 2019, cuando se autodenominó "el más federal de los porteños".
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La Casa Rosada puso la lupa en todas las transferencias que Rodríguez Larreta recibió por parte de la presidencia de Mauricio Macri, desde las que se añadieron al coeficiente de coparticipación - pasó de 1,4% a 3,75% en la gestión Cambiemos- hasta los fondos corrientes asignados a traspasos ya en curso o, simplemente, organismos de gestión conjunta. Sobre este último caso, el peronismo denuncia que, desde la Casa Rosada, Macri descontó el porcentaje de participación de la Ciudad en el Hospital Garrahan, cubriendo ese mantenimiento con dinero de las arcas nacionales. Según el Gobierno, desde enero de 2017 se rompió el esquema vigente desde 1987 ( cada administración financiaba en un 50%) y la Ciudad pasó a cubrir el 20% y la Nación el 80% de los gastos del nosocomio. De acuerdo al informe gubernamental, la Ciudad "dejó de transferir 8 mil millones de pesos".
En esa mesa de renegociación también entran el traspaso del juego a la Ciudad que acordaron Macri y Rodríguez Larreta en 2016, y la transferencia de la Justicia. Otro capítulo aparte es el traspaso de tierras como método de compensación para costear el Paseo del Bajo, un artilugio que el peronismo quiere auditar desde el comienzo de la gestión. En 2018, la Agencias de Bienes del Estado (AABE) transfirió un total de 12 inmuebles ociosos a la Ciudad para que, con el producido de la venta de esa tierra, el Gobierno porteño pudiera afrontar el pago del préstamo que emitió la Corporación Andina de Fomento (CAF) para costear la obra del Paseo del Bajo. Macri buscó así cancelar la deuda con Rodríguez Larreta, pero con el tiempo esos terrenos no pudieron ser vendidos. La Casa Rosada los reclama y el larretismo los quiere devolver con moño, pero exige la deuda en pesos que dejó Macri. Ahora se espera por el informe final del AABE.
Ocurre algo similar con los terrenos bajo-viaductos, también cuestionados por el Frente de Todos y que pertenecen al fisco nacional. Al mismo tiempo, el oficialismo porteño desempolvó un proyecto para regular los terrenos bajo las autopistas y cuenta con aval de la versión porteña del Frente de Todos. Sin embargo, la negociación mayúscula entre ambos gobiernos que se juega en la Legislatura porteña es un enroque: las cerca de 400 cocheras que usa Nación, atrás de la Casa Rosada, pertenecen a la Ciudad y Fernández las quiere conservar. Rodríguez Larreta propuso regularizar ese terreno, darlo por 20 años al Estado nacional y, a cambio, contar con el FdT para avanzar con el Mercado de Carruajes de Retiro, una especie de paseo gastronómico que busca explotar la gestión porteña. Ese principio de acuerdo se generó en diciembre de 2019, en el marco de la primera reunión mano a mano entre el entonces Presidente electo y el jefe de Gobierno, que acababa de conseguir la reelección.
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La negociación entre la Casa Rosada y Rodríguez Larreta tiene un capítulo a desarrollar en torno al futuro de la zona portuaria de la Ciudad: con el objetivo de explotar al máximo el negocio turístico para incrementar el ingreso de divisas extranjeras, la Casa Rosada y la Jefatura de Gobierno estudiaron trasladar las operaciones de logística y habilitar esa terminal portuaria para el uso exclusivo de cruceros. El proyecto volvió a tomar impulso de la mano del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, principal interesado en una mudanza del puerto hacia su distrito.
Todo entra en las cuentas que pasan por las oficinas de la secretaria de Provincias, Silvina Batakis, y el ministro de Economía de la Ciudad, Martín Mura, que por ahora plantea que el Gobierno porteño no firmará el nuevo Consenso Fiscal, que impulsa Fernández. Todavía no hay nada cerrado.
En ese contexto de negociaciones cayeron, el jueves 26, los cruces entre las dos jurisdicciones por la despedida de Diego Maradona. El diálogo entre la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, y el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, quedó roto. Fernández y Rodríguez Larreta tampoco volvieron a hablar. En el Gobierno porteño creció el enojo con De Pedro.
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Para este lunes las aguas se habían aquietado. El jefe de Gabinete, Felipe Miguel, tuvo contacto con varios funcionarios nacionales y el ministro De Pedro llevó las conversaciones con la Ciudad mientras en el Congreso se debatía el recorte a la coparticipación. Mantuvo informado al Presidente minuto a minuto. Se habló de partir la diferencia y de postergar el debate de la ley, mientras el resto de las fichas se acomoda. El proyecto finalmente se aprobó, pero volvió con cambios al Senado.
El Gobierno busca revisar las transferencias con un doble argumento: redistribución de recursos, bajo el fundamento que reza que la Ciudad se benefició gracias a Macri y a costa del resto de las provincias, y un mensaje político hacia Rodríguez Larreta, principal beneficiario de este esquema y virtual candidato opositor. Así lo graficó el jefe del bloque del oficialismo en Diputados, Máximo Kirchner: "Han esquilmado a los argentinos para sostener un proyecto político que fracasó a nivel nacional". Este martes, Rodríguez Larreta tomará la ofensiva contra el recorte.
Todavía queda todo por negociar.