“Como Presidente nunca debí haber delegado la negociación política y yo la delegué en mi ala más política, con filo-peronistas", fue uno de los dardos verbales que Mauricio Macri disparó este lunes para cargar contra el ala dialoguista del PRO, que dentro de la Cámara de Diputados reúne a una docena de diputadas y diputados que se referencian en el exviceministro del Interior, Sebastián García De Lucay Emilio Monzó. El mensaje del expresidente impactó de lleno en la convivencia interna del macrismo: los aludidos mastican bronca y se mantendrán en silencio, mientras que la conducción del bloque, en manos de Cristian Ritondo, buscará evitar que las tensiones crezcan.
El mensaje también causó sorpresa dentro del interbloque de Juntos por el Cambio (JxC) que conduce Mario Negri, pero tanto en la Coalición Cívica como en la UCR ven la disputa como una guerra ajena y prefieren enfriar la discusión para "evitar poner en juego la unidad".
Luego de las críticas de Macri, los dirigentes que responden a Monzó y al exministro de Interior Rogelio Frigerio aumentaron la cautela, pero no apaciguaron la bronca. "Al momento, la situación no cambia. No perdemos de vista que la situación viene jodida hace meses", confió a Letra P uno de los integrantes del puñado de legisladoras y legisladores que desde diciembre pasado intentan funcionar como un "sub bloque Federal" dentro del espacio que preside Ritondo en Diputados.
Nueve meses después del primer intento, la relación de ese espacio con la conducción del partido es cada vez más tirante, especialmente con la titular del PRO, Patricia Bullrich, que fue respaldada por Macri. En el bloque amarillo confirman la existencia de una distancia cada vez mayor con "los monzoístas", pero aseguran que necesitan a esa docena de bancas adentro del interbloque opositor.
Ritondo se mantendrá en una posición equidistante para evitar que la tensión escale, pero el malestar sigue en aumento dentro de cada tribu. "Él va a jugar por el centro, porque Mauricio también reconoció que si él se hubiera puesto en persona a buscar acuerdos políticos también habría fracasado porque el peronismo está secuestrado por Cristina Fernández desde hace más de 10 años´", explicaron desde el despacho del exministro de Seguridad bonaerense. "Así que acá nadie está de más, todos son necesarios porque el adversario a ganarle en las urnas es el Frente de Todos", insistieron en su nombre.
En medio de los silenciosos malestares de Monzó y Frigerio, el único que defendió al espacio en público fue De Luca. "Gracias a ambos logramos tener las leyes más importantes y construir gobernabilidad durante los cuatro años de gobierno, con enorme minoría legislativa y estructura política", remarcó el exfuncionario macrista, y recordó que el entonces jefe de Gabinete, Marcos Peña, era los "ojos y oídos" de Macri.
Las diputadas y diputados que se referencian en el "monzoísmo" no se sienten identificados con el macrismo, pero del mismo modo se consideran integrantes legítimos de JxC. La mayoría proviene de partidos provinciales o espacios del peronismo antikirchnerista del interior, que tejieron lazos electorales con el PRO desde la cartera política del gobierno de Cambiemos, a través de los vínculos desarrollados por Frigerio, De Luca y Monzó. Hasta ahora, la conducción del partido se negó a reconocerles alguna entidad propia.