El Gobierno para la pelota y vuelve a levantar la cabeza. Tras cuatro días de desasosiego y angustia por el batacazo electoral de las PASO, el oficialismo se subió a una ola de entusiasmo para contagiar optimismo a los propios y retomar la iniciativa para encabezar una “remontada histórica”, luego de que el presidente Mauricio Macri perdiera por más de 15 puntos ante el precandidato presidencial del frente Todos, Alberto Fernández.
El CCK fue, nuevamente, el escenario elegido para una reunión de gabinete ampliado, que tuvo de todo: arengas, gritos, abrazos, llantos y un discurso eufórico de Elisa Carrió para motivar a la tropa amarilla, ministros, secretarios, funcionarios de primera y segundas líneas que se agolparon en el edificio que antiguamente albergó al Correo Argentino. El cierre estuvo a cargo del Presidente, pero también hablaron la vicepresidenta Gabriela Michetti; los jefes legislativos de Cambiemos, los radicales Mario Negri(Diputados) y Luis Naidenoff(Senado); la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal; el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y el precandidato a vicepresidente Miguel Ángel Pichetto además de Carrió. A diferencia de otros encuentros de este estilo, el jefe de Gabinete y de campaña, Marcos Peña, no tomó la palabra.
En la previa, hubo momentos de catarsis y análisis post electoral. No fue el único escenario para este tipo de charlas intra-Gobierno: desde hace días, las distintas agrupaciones del PRO convocaron a charlas motivacionales y cadenas de WhatsApp para levantar el ánimo. La Juventud PRO fatigó las redes sociales con mensajes que invitan a “poner el hombro” a la campaña de cara a octubre y los dirigentes de La Generación, el grupo de jóvenes Sub 45 del oficialismo, se encerraron durante horas en la sede de Balcarce 412 a reflexionar y jurar “salir a la calle más que nunca”.
En el CCK, el tiempo de espera se liquidó entre cafés, jugos naturales, medialunas y budín que dispuso la firma Schuster Catering sobre la recepción que se diseñó bajo la monumental Sala Sinfónica, famosa por su forma de ballena.
Vidal fue de las primeras en llegar y la plana mayor del Gobierno y el resto de los funcionarios oficialistas se pusieron de pie para aplaudir y celebrar su ingreso. Lo mismo sucedió con Rodríguez Larreta, que reconoció que tuvo un “domingo de bajón” pero que “se acabó”. “Basta de bajón, no tenemos margen para eso”, arengó.
Entre Carrió y Pichetto explicaron la ecuación que hace el Gobierno para ilusionarse con una remontada en octubre y con la probabilidad de forzar un nuevo ballotage contra el kirchnerismo. “Vamos a ganar por paliza”, espetó la chaqueña. El senador rionegrino sostuvo que “hay que ir por los que votaron por (Juan José) Gómez Centurión y (José Luis) Espert creyendo que castigaban al Presidente”. “Hay que decirles que el destino del país está en juego. Les tenemos que hablar”, comentó. Y, además, minimizó las candidaturas de ambos: “Se construyeron en canales de televisión”.
“Hay que recuperar tres o cuatro puntos y que baje Fernández”, cerró Pichetto para argumentar la epopeya de cara a octubre. Además, Carrió pidió que los funcionarios bajen al territorio y “no sean cobardes”.
Macri cerró el encuentro y volvió a pedir disculpas por su exabrupto del lunes, cuando en conferencia de prensa acusó al peronismo y sus votantes de provocar el agravamiento de la crisis, tras el alza del dólar y del Riesgo País. “Mi enojo nunca fue con la gente, fue conmigo mismo”, dijo. El miércoles, durante una reunión de gabinete en la Quinta de Olivos, también se sinceró: “Reaccioné mal cuando vi la Bolsa y el comportamiento de los mercados”, le dijo a sus ministros.