CFK VUELVE A CUBA

Asuntos de familia offshore

El viaje de este martes no será el último. Florencia analiza quedarse gane quien gane en octubre. Las horas de la senadora en la isla, entre la reclusión y encuentros reservados con su amigo Raúl.

Durante la presentación de “Sinceramente” en Chaco, volvió a actuar el extraño rol secundario que ella eligió y el tono descontracturado de la dama que le aporta los votos al peronismo de los machos alfa. Ahora, a Cristina Fernández de Kirchner sólo le queda hacer las valijas para volar a una realidad tan lejana como, desde hace un tiempo, recurrente.

 

La ex presidenta retornará a Cuba el martes, por tercera vez en menos de cuatro meses, para ver a su hija y conocer cómo evoluciona su estado de salud.

La ex presidenta retornará a Cuba el martes, por tercera vez en menos de cuatro meses, para ver a su hija y conocer cómo evoluciona su estado de salud. En su última visita, en abril pasado, había apurado la corrección de las páginas del libro que se convirtió en best seller apenas se lanzó, a principios de mayo, y había pensado seguramente en su futuro inminente.

 

Este viaje será distinto, dicen en el Instituto Patria. Regresará a la isla con la tranquilidad de haber ordenado su espacio político hacia las presidenciales y de haberse liberado del peso que la acompañaba desde hacía cuatro años. CFK encontró en Alberto Fernández la salida política para correrse del centro y dejar las tareas más ingratas en manos que, hoy entiende, son las mejores. Mientras ella cautiva a sus fieles, cuenta anécdotas y critica a Macri, le cede el protagonismo principal y las negociaciones más difíciles a su ex jefe de Gabinete.

 

La autorización del Tribunal Oral Federal N 2 le permitirá a la senadora compartir siete días con Florencia Kirchner, evitar el juicio oral por la causa “Vialidad” y salir de la pelea doméstica por un tiempo. A su vuelta, es probable que viaje a Mar del Plata para acompañar a la candidata a intendenta del espacio kirchnerista, Fernanda Raverta.

 

 

LA ISLA DE CERCA. Quienes conocen a CFK afirman que el viaje de junio puede ser diferente a los que hizo en marzo y en abril, también en otro sentido. La proximidad de las PASO y las elecciones generales hacen más cercano un escenario que hace un año le hubiera resultado alocado: la posibilidad de que tenga que acostumbrarse a ver a su hija en Cuba, gane quiEn gane. El regreso de Florencia a la Argentina no tiene fecha y es posible que no se concrete por un buen tiempo.

 

Florencia no sólo tiene problemas de salud que atienden los médicos cubanos, sino que, además, dice sentir un clima de hostilidad en Buenos Aires y prefiere quedarse en la isla.

Según dijeron a Letra P fuentes del cristinismo, la cineasta no sólo tiene problemas de salud que atienden los médicos cubanos, sino que, además, dice sentir un clima de hostilidad en Buenos Aires y prefiere quedarse en la isla. Vivir el macrismo en el poder, con la amenaza del vengador Claudio Bonadio en Comodoro Py, es un riesgo que no puede permitirse. Pero no está claro si un eventual triunfo de los Fernandez la traería de vuelta a su país o si, en cambio, le tocaría a su madre ausentarse del Senado y dejar por unos días el rol que le corresponería como vicepresidenta. 

 

Los hermanos Kirchner parecen el agua y el aceite. Mientras Máximo asoma con un protagonismo creciente, busca asumir tareas que fueron de su padre, tiene uno o dos candidatos para un eventual gabinete de Fernández y se perfila para ocupar un rol destacado en el próximo gobierno, la postura de Florencia no puede ser más distinta. Fervorosa defensora de la despenalización del aborto, no comparte con el resto de su familia la adicción a la política y a la disputa por el poder.

 

Por eso, dicen en el Instituto Patria, el viaje de Cristina a Cuba no es apenas un paréntesis en la campaña de la ex presidenta. Puede convertirse en una constante para una dirigente que abrió paso a una nueva etapa dentro de su movimiento y se corrió del centro absoluto. Aunque el Gobierno no lo crea y algunos peronistas opositores duden, el relato cristinista promete un escenario opuesto al de una CFK que amenace el poder de Alberto Fernández. Habrá que ver, llegado el caso.

 

 

 

HORAS EN LA HABANA.  En Argentina, la ex presidenta está on line vía Telegram las 24 horas y no se desconecta, pero sale muy poco. Sólo se traslada para actos importantes, para reuniones en el Instituto Patria, para actividades en el Senado o para encuentros reservados como los que suele haber en la casa de dirigentes de íntima confianza que pertenecen a La Cámpora o integran la acotada lista de intendentes que nunca se alejaron de ella. Según publicaron Infobae y El Cronista, Jorge Ferraresi, de Avellaneda, fue el anfitrión del encuentro con Sergio Massa en los últimos días.

 

En Cuba, la rutina de CFK es estricta y las horas se estiran. Acostumbra a no salir del lugar en el que se hospeda cada vez que visita a su hija.

En Cuba, la rutina es todavía más estricta y las horas se estiran. Acostumbra a no salir del lugar en el que se hospeda cada vez que visita a su hija. Según le contó la senadora a uno de sus leales, en la isla pasa la mayor parte del tiempo con Florencia. En los ratos libres, que son muchos, se dedica a leer y a escribir. Pero no quiere aparecer en lugares públicos y no se relaja. Tal vez suponga que, incluso en el último refugio del comunismo, puede haber turistas enamorados del macrismo dispuestos a fotografiarla y viralizar una imagen incómoda en campaña.

 

Además de compartir el tiempo con su hija y consultar médicos, Cristina recibe a funcionarios del gobierno cubano o dirigentes de importancia. En marzo pasado, el canciller Bruno Rodríguez informó que Raúl Castro tuvo un encuentro a solas con ella durante sus días en La Habana. Según le dijeron a Letra P cerca de la ex presidenta, no fue la única vez que se vieron. La senadora y el último líder de la Revolución Cubana tienen una relación más larga que tuvo su punto más alto cuando CFK viajó a la isla, en septiembre de 2015, para asistir a la visita del papa Francisco. Pese a los años, a la distancia y al segundo plano que eligieron los dos ex presidentes, ese triángulo de relaciones todavía está vigente, en el doble plano de lo personal y lo geopolítico.

 

 

Cristina y Raúl. Amistad bilateral vigente.

 

 

Para el gobierno que hoy conduce Miguel Díaz-Canel, la derrota de Macri en las elecciones de este año y el triunfo de una fórmula integrada por la madre de una de sus huéspedes destacadas sería una inmejorable noticia. Es probable que también para "Su Santidad".

 

Mientras el presidente argentino exhibe su alianza de hierro con Donald Trump y le debe su candidatura en gran parte al formidable salvavidas del Fondo, el destino llevó a su antecesora a pararse en la otra punta del mundo. Desde lo escénico, el empoderado Fernández aparece a mitad de camino entre Macri y CFK. Tiene contactos habituales con funcionarios de la embajada de Estados Unidos, atiende a los fondos de inversión y acaba de reunirse con los enviados de Christine Lagarde para discutir una eventual convivencia, que asoma de lo más prolongada y difícil. Alberto les repite a todos que el único default es el que incuba el Presidente y les ofrece garantías. Más cerca de Cuba, sin haber gobernado ni negociado bajo la tutela del Fondo, Cristina no podría prometer nada de eso: ni le creerían ni le gustaría.

 

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