“Alberto (Fernández) está a la derecha de Cristina y a la izquierda de Macri”. La frase la dijo el ex viceministro de Axel Kicillof Emmanuel Álvarez Agis, auto proclamado hombre de consulta del precandidato a presidente por el Frente de Todos. En un desayuno con fondos de inversión en Puerto Madero, quien fuera funcionario en el último período de Cristina Fernández definió, a grandes rasgos, lo que parece estar ocurriendo con el posicionamiento del peronismo en materia de política económica: un reacomodamiento de las ideas que diluye la intransigencia del último kirchnerismo y se abre a debatir cuestiones antes impensadas. Todo, bajo único paraguas rector: recrear el escenario de relaciones con los mercados, con el Círculo Rojo y con la población que ocurrió entre los años 2002 y 2008, antes de la jibarización de la economía y la consecuente ruptura con las corporaciones y los sindicatos.
Esta estrategia tiene algunos problemas operativos y de egos. Cuentan en el entorno de los Fernández que el candidato “no bendijo” a ninguno de los economistas que hablan por él. Es un gesto bonapartiano que remite a aquel constante tira y afloja que usaba Néstor Kirchner para tener a todos los cuadros atentos y a ninguno confiado.
El caos creativo en lo económico no preocupaba, pero, con el paso del tiempo, mutó en una silenciosa guerra de egos entre las diferentes vertientes.
En la previa del cierre de listas, el caos creativo en lo económico no preocupaba, pero, con el paso del tiempo, mutó en una silenciosa guerra de egos entre las diferentes vertientes. “Emmanuel habla por él, no por Alberto”, le dijo a Letra P un hombre del Grupo Callao, think tank político del albertismo.
Hacen ruido algunas posiciones de Agis, que parece ser, junto a Guillermo Nielsen, uno de los implantados del post kirchnerismo en el corazón de los mercados nacionales e internacionales. Por caso, el ex viceministro de Kicillof contó ante el Fondo Quinquela que es necesario analizar la cuestión de la reforma previsional, argumentando que aumentó en el mundo la expectativa de vida y que las jubilaciones y los ingresos son un tema que va más allá de la Argentina.
Algunas horas después, Agis expuso en un fórum en el Hotel Alvear y se refirió al Fondo Monetario Internacional (FMI): “El problema no es Christine Lagarde, somos nosotros –dijo- (…) Tenía prejuicios del FMI, pero en cuatro de los cinco acuerdos la economía terminó creciendo”. El caso del fracaso es Grecia. El problema radica en que el resto de los economistas cree que, de seguir el camino que propone Cambiemos, Argentina “está más cerca de Grecia que de los casos de éxito”. También, los que menos lo quieren, opinan que “se está posicionado, buscando lugar”.
Con el tema del Fondo, todas las vertientes económica dentro de Todos coinciden en pagar, pero con renegociación, aunque el matíz está puesto en el mensaje que Alberto F. le dejó a Alejandro Werner, representante del Fondo para Occidente: que están apoyando la campaña de Macri 2019 y que el rumbo no es el que el país necesita.
En plena recesión, el oficialismo ha logrado colar en el debate público reformas de fondo que el peronismo venía esquivando por no ser prioritarias. Logró Cambiemos que el albertismo discutiera esos temas. Naturalmente, hay matices: “Una cosa es hacerlas en recesión y otra, en crecimiento. Nosotros queremos poner el país a crecer”, dijo Nielsen en una entrevista con Perfil.
Los más liberales del espacio están allí para implementar un plan ablande que, a la luz de las reacciones de los mercados e inversores, parece funcionar. Cambiarles la idea de que el kirchnerismo llegará “a confiscar” y a “acercarse a Venezuela”, simplismos que los CEOs identifican con la gestión de CFK. De todos modos, en el Grupo Callao aseguran: “Nunca haríamos una reforma laboral o impositiva en los términos que plantea Cambiemos”. Y, a diferencia de lo que ve Agis, los Callao ni piensan en tocar la edad jubilatoria.
Kicillof, centrado en caminar la provincia, es el que articula la economía con Alberto Fernández.
Del lado de Kicillof, blanquean que es el único que habla con Agis, además de Alberto Fernández. Enfocado en caminar la provincia, el candidato a gobernador bonaerense por Todos es una especie de patriarca de los pájaros del ex jefe de Gabinete; un consejero supremo que nivela las posiciones. El nivel de diálogo y coincidencia de Alberto F. y Kicillof es tal que, antes de enviar el comunicado de la reunión con el FMI, Fernández se lo envió al ex ministro, que le hizo correcciones que terminaron en la versión final.
En el otro extremo de Nielsen y Agis están los Callao: Matías Kulfas, ex funcionario de Mercedes Marcó del Pont; y Cecilia Todesca. Son, en el armado, los aperturistas no liberales.
En 2016, con Macri recién llegando al Gobierno, Kulfas publicó en Página 12 un artículo con alguna idea de lo que hoy se ve en el albertismo. “La idea de la existencia de tres kirchnerismos -dijo- puede interpretarse de dos maneras. La primera, más evidente, está asociada a tres momentos o períodos presidenciales: el primero, con Néstor Kirchner; el segundo, con CFK, pero con un Kirchner que todavía controlaba importantes resortes de poder hasta su muerte en octubre de 2010; y el tercero, sólo con CFK al mando.
Kulfas, el hombre de los Callao en materia económica.
"Estos matices -agrega Kulfas- tienen consecuencias sobre determinados aspectos de la conducción política y sobre la marcha de la política económica. Sin ánimo de recurrir a comparaciones contra fácticas, es difícil imaginar que algunas decisiones con las que CFK avanzó en el último mandato -por ejemplo, buena parte del esquema de restricciones en el mercado de cambios, conocidas mediáticamente como 'cepo cambiario'- hubieran podido tomarse durante el primero o el segundo, más allá de los cambios ocurridos en las condiciones generales. Esto conduce a postular que la idea de tres kirchnerismos no alude exclusivamente a tres momentos, sino, también, a tres diferentes estilos de gestión y abordajes de las nuevas dificultades y desafíos que se fueron presentando."
Desde el entorno de Kicillof aseguran que “los Callao sí son del espacio”. Hay una especie de scrum de los peronistas versus los liberales y los librepensadores. El kicillofismo y los Callao contra Agis, Nielsen y las caras más pro mercado. Por ahora, las diferencias están plasmadas y son poco visibles. “Las va a tener que limar la política; es que nuestro espacio es tan amplio hoy…”, concluyó un ladero de Alberto F.