La cuenta es sencilla: el oficialismo bonaerense no alcanza a compensar con los votos de la Primera sección electoral y el interior la diferencia que la ex presidenta obtiene en la Tercera. En esa inmensidad que incluye a Lomas de Zamora y La Matanza, hasta los municipios que hoy domina el PRO, como Quilmes y Lanús, corren peligro.
En la gobernación ven con claridad que lo que se debilita es el voto de Cambiemos: una parte del electorado busca una nueva opción, obligada por el ajuste interminable, las consecuencias de la crisis sobre su realidad cotidiana y el mensaje cero estimulante del Presidente: es el único camino y hay que aguantar.
Los sondeos coinciden en que Macri está muy por debajo de CFK en la elección presidencial en la provincia de Buenos Aires. No es tanto que Cristina haya crecido y perforado su techo, aseguran, sino, sobre todo, que Macri bajó mucho por los desencantados que generan el ajuste, la recesión y el sacrificio sin fin. Se achicó el porcentaje con el que ganaba Cambiemos en sus distritos y se agrandó el del peronismo cristinista.
Los sondeos coinciden en que Macri está muy por debajo de CFK. No es que Cristina haya crecido: el Presidente bajó mucho.
La imagen de la gobernadora, que supera en diez puntos a la del Presidente, debería traducirse en un fenomenal corte de boleta en las sábanas bonaerenses. Debería ser superior al del 6,5% que logró Vidal en 2015. Si ese escenario no se diera en las PASO, la gran apuesta que hoy domina los movimientos del oficialismo sería perder por menos de cinco puntos y revertir la diferencia en octubre.
Así sucedió en 2015 y 2017, en otro contexto político y, sobre todo, económico. Según le dijo a Letra P un armador del Gobierno, el objetivo es que el antikirchnerismo se despierte al ver que, por ejemplo, Julián Alvarez le gana a Néstor Grindetti en Lanús.
DOS MUNDOS APARTE. La inquietud que transmiten en el vidalismo puede ser parte de una estrategia distractiva o la aceptación de que la competencia será cabeza a cabeza. Pero contrasta de manera elocuente con el optimismo irreductible que propagan las usinas de la Casa Rosada, gobernadas por Peña. Las diferencias van desde el registro sobre la gravedad de la situación social hasta las condiciones objetivas: Vidal no tiene balotaje, su suerte se define el 27 de octubre y no existen chances de sumar al voto antikirchnerista en segunda vuelta. Pese a que construye cada día su propio techo, si lo que marcan las encuestas se confirmase, Macri tendría a disposición una última oportunidad.
La imagen de la gobernadora, que supera en diez puntos a la del Presidente, debería traducirse en un fenomenal corte de boleta para evitar una derrota.
Hay un dato más: la preocupación que delata el vidalismo sintoniza con el optimismo que hoy domina al cristinismo en el Gran Buenos Aires, la base de una fortaleza donde la senadora no perdió jamás su encanto. “Es obvio que Cambiemos está por debajo en intención de voto, a siete meses de la elección, del último resultado electoral. Por eso, se dice que Mauricio puede no ganar y María Eugenia, perder la provincia. En todas las encuestas, se ve. Si tuviéramos ese nivel de voto ahora, ganamos en primera vuelta”, le dijo un ministro de Vidal a Letra P.
El malestar con Peña excede a la gobernación y se traslada también a algunos de los intendentes del conurbano. La desconfianza es tanta, que hasta dicen abiertamente que al jefe de Gabinete no le disgustaría del todo un escenario en el que la gobernadora perdiera y Macri ganase, un escenario difícil pero que, en la lógica del macrismo, puede darse. Si la economía no siguiera en caída libre y el dólar no continuara hacia las nubes.
“Lo veo difícil en la provincia si juega CFK. En ese escenario, es más probable perder la provincia en octubre pero que después Mauricio gane el ballotage en noviembre. Es el escenario ideal de Marcos”, le dijo a este portal un intendente de Cambiemos.
DESCONFIANZA Y ESPIONAJE. El escándalo del espía oficialista Marcelo D’Alessio que investiga el juez Alejo Ramos Padilla sumó un condimento escalofriante a la tensión recurrente entre La Plata y Balcarce 50. De acuerdo con la causa que se tramita en Dolores, entre los seguimientos del amigo de Carlos Stornelli y Daniel Santoro estaba también la gobernadora. Más allá de que Julio Conte Grand diga que hoy no existen elementos ciertos del seguimiento a Vidal, fue por un pedido del procurador que la Corte bonaerense separó al fiscal de Mercedes Juan Ignacio Bidone.
En Balcarce 50 molesta el trato edulcorado que reciben Vidal y Larreta en medios que castigan a Macri. El Grupo América es el caso más destacado.
En la provincia no le restan importancia al tema, pero afirman que no existió ninguna charla entre Vidal y Macri por este tema. Por lo menos no, como se publicó, en la camioneta que compartieron los dos con Horacio Rodríguez Larreta hace una semana, después de una recorrida en el Paseo del Bajo.
El que agregó un dato sobre el tema fue el diputado cristinista Leopoldo Moreau, presidente de la Comisión de Libertad de Expresión: “Hay un rumor, un indicio, de que, en una de esas carpetas, la titulada Operación Fantino, apareció una mención bastante contundente respecto a la gobernadora Vidal sobre que habría utilizado una suma muy voluminosa de fondos reservados para llevar adelante una operación con una empresa privada”, le dijo a FM Cielo. Es curioso -o no tanto- que lo denuncie Moreau, antiguo empleado del Grupo Vila-Manzano.
En Balcarce 50, molesta desde siempre el trato edulcorado que reciben Vidal y Larreta en medios de comunicación que suelen castigar a Macri con frecuencia. El Grupo América es quizás el caso más destacado, pero no el único. La conexión entre la gobernadora y el holding de Vila-Manzano es tan aceitada que la oposición empieza a denunciarla como parte de una misma organización. Lo acaba de hacer el sindicalista de SUTEBA Roberto Baradel.
LA HERENCIA DE MACRI. En la interna de la mesa chica, Vidal se ubica desde siempre -y más todavía con la crisis- del lado de Rodríguez Larreta, el más crítico de un rumbo económico que orilla el abismo demasiado seguido. Las tensiones con Peña son intermitentes y terminan siempre con una definición del Presidente, que suele ir en línea con la doctrina del jefe de Gabinete. Así pasó con el adelantamiento de las elecciones, frustrado por Peña y por Jaime Durán Barba.
Sin embargo, según le dijo a Letra P un hombre de íntima confianza del Presidente, Macri tiene con respecto a Larreta y Vidal sentimientos antagónicos. Mientras siente que el alcalde porteño le debe todo y disfruta de una beca sin riesgos en la Ciudad de Buenos Aires -la misma que aprovechó él durante ocho años-, advierte que la gobernadora fue fundamental para su triunfo en 2015 y tiene que ir a pelear otra vez una batalla desigual.
Los codazos, la desconfianza y el espionaje se inscriben en una crisis de final incierto que puede terminar con un Cambiemos que asuma otra fisonomía. O, incluso, se disgregue.
Aunque el ingeniero le haya negado a la gobernadora la actualización del Fondo del Conurbano, dicen los que conocen el vínculo, lo vive con culpa. Aunque en los hechos concretos Macri manda a Vidal al sacrificio en el territorio más afín a Cristina, Marcos no hace esas distinciones y sale incluso a decir que María Eugenia dio su palabra de no usar la provincia como trampolín.
El jefe de Gabinete ve al tándem Larreta-Vidal en alianza con Sergio Massa. No sólo por la íntima amistad que Massa y Larreta cultivan desde el tiempo en que trabajan a las órdenes de Carlos Ruckauf. También, por los acuerdos que establecen en la provincia para ayudar a la gobernabilidad y por el plan de adelantar las elecciones que propiciaba la gobernadora y tenía como principal respaldo opositor al ex intendente de Tigre.
Todo corre a un ritmo vertiginoso. Hace un año, las disputas entre los tres accionistas de la mesa del PRO eran parte de una carrera hacia una eventual sucesión en el poder. Se preveía a Macri reelecto con facilidad y se creía que la batalla interna sólo podía darse si el Presidente decidía abstenerse de ir por un segundo mandato, por alguna razón personal. Hoy, el escenario es opuesto. Ninguna victoria está asegurada. Los codazos, la desconfianza y el espionaje se inscriben en una crisis de final incierto que puede terminar con un Cambiemos que asuma otra fisonomía. O, incluso, se disgregue.
Lo dice con claridad dos párrafos del último informe de la consultora Eco Go, que dirige la economista Marina Dal Poggeto. Titulado "2019, el año que viviremos en peligro", tiene fecha del 26 de marzo: "El fracaso del desdoblamiento electoral en la provincia de Buenos Aires dejó a Vidal atada a la suerte de Macri. Pero ¿están firmes esas ataduras? ¿Puede haber ruptura con Macri - Peña y terminar Vidal siendo la precandidata a gobernadora del espacio intermedio?", pregunta. Más adelante, desliza un escenario posible. "Si la crisis sigue en extensión temporal pero no en profundidad, se pueden agudizar las diferencias entre el grupo más cercano a Macri del PRO y el ala política de Cambiemos (Rodríguez Larreta, Vidal, Emilio Monzó, Rogelio Frigerio) con potencial fractura de la coalición de Gobierno".