Es tuitero y tiene debilidad por los datos económicos, Diego Maradona y Unión de Santa Fe; así se podría armar el top tres temático de los 280 caracteres del contador obeidista Walter Agosto. La otra pasión del santafesino es la rutina. Le permite ordenarse y estructurar el día con claridad. Se pide un café, se sienta junto a la ventana del bar ubicado en una tradicional esquina cercana a Casa de Gobierno y lee los diarios. Lo repite desde que cursaba en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional del Litoral, donde estudio con Omar Perotti, que ya lo apuntó para que vuelva a conducir uno de los Ministerios más calientes de la provincia a partir de diciembre, cuando el rafaelino asuma la gobernación de Santa Fe.
Sus compañeros de estudio durante la primavera democrática lo recuerdan con un perfil metódico y académico. Dicen que esa fue la clave para que en 2007 -cuando terminó su gestión al frente de la cartera de Hacienda y Finanzas durante la segunda administración de Jorge Obeid- la provincia estuviera ordenada en materia económica: “Era duro con la lapicera, no le gustaba que la provincia gastara de más y ese era uno de los tironeos más fuertes que tenía con los otros ministros”.
Entre los aciertos de la gestión de Agosto, muchos recuerdan el Fondo Anticíclico de 1.600 millones de pesos que le dejó al socialista Hérmes Binner y haber logrado retener la Caja de Jubilación en la órbita de la provincia, en una época en la que la presión para traspasarla a la Nación fue muy fuerte. Entre sus bemoles, en cambio, se cuenta haber participado de la muy cuestionada privatización del Banco Provincial y la dura relación que mantuvo con los sindicatos. Y esto último probablemente sea su mayor y más próximo desafío: sabe que deberá negociar con los gremios una alternativa de aumento salarial que sea seductora para los trabajadores pero que no implique la clausula gatillo.
A partir del 10 de diciembre próximo, otra que tendrá que lograr que le gire recursos será la diputada Silvina Frana. Ella también formó parte de ese grupo de jóvenes contadores que se conocieron a principios de la década del 80, quienes compartieron militancia y rock nacional. Hoy su nombre suena para comandar el superministerio de Infraestructura. En el revival de funcionarios que pronto van a desfilar por su despacho, también aparecen otros que compartieron con él aquel gabinete en 2003: Rubén Michlig y Jorge Llonch.
Agosto (a la derecha), en la comisión de jóvenes graduados de Ciencias Económicas.
Perotti (abajo a la izquierda, de traje), en la puerta del Paraninfo de la UNL, en 1986.
Su continua participación política lo llevó luego a funciones legislativas. En 2008, el apellido Agosto pasó a las primeras planas de los diarios nacionales cuando renunció a la presidencia de la Comisión de Presupuesto de la cámara de Diputados de la Nación y rompió con el bloque kirchnerista, que por entonces lideraba Agustín Rossi. El portazo fue días antes de que se empezara a discutir el presupuesto nacional 2009, pero la tensión había comenzado antes, durante la discusión por las retenciones móviles y el conflicto con el campo.
Ahora, una década después, el santafesino clase 62 vuelve al despacho del primer piso de Casa de Gobierno con el aplomo que da la experiencia. Sus allegados dicen que para sobrellevar la presión diaria tiene como puntales las charlas que mantenían en las tribunas tatengue con su mentor, el turco Obeid, y una certeza: la pelota siempre al 10.