CÍRCULO ROJO

El VAR a los “ladrones de gallinas”: por qué se enojó la UIA con Macri

Entre chicanas con funcionarios por la competitividad, los industriales aseguran que la ruptura con Cambiemos responde exclusivamente “a un modelo que nos dio la espalda”. Los números del colapso.

El vicepresidente del Banco Nación, Lucas Llach, se metió en la pelea del Gobierno y la Unión Industrial Argentina con un tuit provocador. “Crisis con la UIA: Acevedo plantó a Macri y el Presidente se lo recriminó. ¿Qué esperamos para abaratar ropa, celulares, zapatillas? Es acá, es ahora. El que no puede competir con importaciones a este tipo de cambio es un ladrón de gallinas”, escribió en su cuenta personal acerca del desencuentro de Mauricio Macri con el jefe de la UIA, Miguel Acevedo, en el marco del Coloquio de Unión Industrial de Córdoba. Lo cruzaron fuerte algunos industriales, como el textil Karagozian, y el tuit generó revuelo y bronca en los grupos de WhatsApp. Los empresarios fabriles estaban con los nervios de punta por tensiones que ya son casi históricas con el macrismo y que, entienden, responden a cuestiones de negocios y actividad más que con simpatías políticas o ideológicas.

 

En la UIA tomaron la expresión de Llach como una continuidad de una idea que le atribuyen al jefe de Gabinete, Marcos Peña, de que la industria local no compite y que, si no lo hace, debe mutar a otros negocios. Es una idea que el ex ministro de la Producción Francisco “Pancho” Cabrera transformó en apodo al decirles “llorones” a los CEOs industriales.

 

Ante la balacera cruzada, en la sede de Avenida de Mayo se empeñan en mostrar los números que explican dónde y por qué se produjo el crack definitivo con Macri, una serie de estadísticas que explican, también, las risas y la distensión en la reciente reunión con Alberto Fernández.

 

 

Todesca, Fernández y Kulfas, en la reunión con la UIA. 

 

 

El primer dato objetivo al que accedió Letra P es que la crisis ya venía arrastrándose desde el último gobierno de Cristina Fernández, pero se profundizó en el de Macri. Entre 2011 y 2019, el PBI nacional cayó 2,3%, mientras que la industria retrocedió 15%. Si se mide por años la gestión Cambiemos, las fábricas perdieron 5% en 2016, crecieron 1,4% en 2017, cayeron un 3% en 2018 y, a julio del corriente, la caída es de 7,5% y terminará 2019 en torno al 6%. Este último período tiene un problema serio, dado que se está comparando con uno de los peores años para la actividad, 2018. Ergo, la caída es mayor.

 

 

 

Según la UIA, al mercado derrumbado del consumo se le agregan 15 meses consecutivos sin acceso al crédito y nivel récord de tasas de interés. Este combo impactó en el empleo, en cierres y suspensiones.

 

Entre julio del 2015 y mismo mes de 2019, se perdieron 111 mil empleos industriales; en dos años (de 2017 a 2019) cerraron casi 3.000 empresas, 1.730 de las cuales bajaron la persiana promediando 2018.

 

El dato más elocuente que muestra el porqué de la distancia entre industriales y el Gobierno es que en 2015, ya con el país entrando en crisis, con el apagón estadístico del INDEC pero con el consumo activo, la capacidad instalada en uso de la industria era cercana al 70%. Hoy está promediando el 55% y hay fábricas claves, como las de autos y alimentos, que trabajan a poco más del 30% y el 50%, respectivamente.

 

Aerolíneas Argentinas en la era de Javier Milei.
Eduardo Rodríguez Chirillo junto a Juan Carlos Doncel Jones, el funcionario echado por Toto Caputo

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