ELECCIONES 2019 | EL DEBATE

Macri va por la revancha con su mejor pero riesgosa carta

Tras una performance sólida de Fernández en Santa Fe y con varias trastabilladas, el Presidente pasó la discusión de la economía y ahora toca corrupción. Los negocios familiares, en la mira.

Cuesta medir con qué impulso anímico llegará cada uno al debate de este domingo en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, el último antes de las definitivas elecciones presidenciales. Por un lado, Alberto Fernández llega con la imagen tatuada del acto del jueves en Santa Rosa, donde no sólo congregó a una multitud sino que se llevó el fuerte respaldo de una extensa lista de gobernadores, el botín que alguna vez intentó disputarle Cambiemos con la incorporación de Miguel Pichetto a la fórmula. Pero por otro lado, el presidente Mauricio Macri asumirá su rol tras el atril conmovido por la impactante marcha del Sí se puede al Obelisco, foto que deberá utilizar como motor emocional para borrar las trastabilladas que tuvo en el debate anterior y para nublar un poco su semana, plagada de deslices en actos proselitistas y con la confirmación de una inflación récord sobre el cierre de su gobierno.

 

Como ocurriera hace una semana en la Universidad del Litoral, los seis candidatos presidenciales que superaron las PASO tendrán su presentación a las 21, en un esquema híper controlado, sin cruces previstos y con un esquema que se asemeja más a un panel de presentación de ideas televisado que a un debate presidencial. Esta vez, los bloques de discusión serán Empleo, Producción e Infraestructura; Federalismo, Calidad institucional y Rol del Estado; Desarrollo social, Ambiente y Vivienda; Seguridad.

 

Además de los dos candidatos que sumaron entre sí casi el 80% de los votos en las primarias del 11 de agosto, tendrán su lugar en el escenario los otros cuatro aspirantes a la Casa Rosada: Roberto Lavagna (Consenso Federal), Nicolás Del Caño (FIT), Juan José Gómez Centurión (Frente Nos) y José Luis Espert (Unite).

 

 

En "calidad institucional" es donde Macri intentará manchar a Fernández, el favorito para ser el próximo presidente de la Argentina, con las esquirlas de corrupción que tiene incorporado a su discurso como sinónimo de kirchnerismo. Así intentará ligar al candidato del Frente de Todos a los doce años de gestión K, algo que intentó el domingo pasado y fracasó, salvo por ese último manotazo de buscar encontrar a Cristina Fernández de Kirchner en el "dedito" que usó el ex jefe de Gabinete para señalarlo en sus ataques durante el debate en Santa Fe. Gesto que fue recogido por parte de la prensa durante la semana, y muy machacado en artículos y redes sociales.

 

Sin embargo, Macri deberá tener cuidado de no excederse: Fernández no tiene links directos con las causas de corrupción que se la achacan al kirchnerismo pero, por el contrario, todos los expedientes que duermen en la Justicia vinculados a la gestión de Cambiemos, que podrían activarse cuando el clima político cambie de color, sí están atados directamente al Presidente. Causas como la de los parques eólicos, las concesiones de autopistas, el expediente Avianca-MacAir y hasta la condonación de deuda a Correo Argentina SA tienen un hilo conductor: todas recaen sobre empresas de la familia Macri.

 

Las reglas y tiempos previstos serán los mismos que se utilizaron hace una semana. En la introducción, cada candidato tendrá 45 segundos para presentarse, sin interpelación directa entre ellos, y en cada eje temático tendrán un tiempo de exposición de dos minutos, un espacio de intercambio de 30 segundos y otros 30 segundos para la respuesta o cierre. En última instancia, tendrán un minuto para una conclusión.

 

 



El debate estará dividido en tres bloques, separado por cortes de 12 minutos, y será moderado por los periodistas Marcelo Bonelli, María O’Donnell, Mónica Gutiérrez y Claudio Rígoli, que conducirán de a duplas y cada una moderará dos ejes de discusión.

A diferencia del domingo pasado, la disposición de los candidatos en los atriles será, de izquierda a derecha de la pantalla, de la siguiente forma: Macri, Espert, Fernández, Del Caño, Lavagna y Gómez Centurión. Los candidatos estarán de pie frente a un atril y no podrán llevar consigo apuntes, documentos o teléfonos personales, ni tampoco mostrar gráficos o láminas el debate, aunque sí dispondrán de hojas en blanco y una lapicera para tomar anotaciones.

Cada candidato podrá invitar a 20 personas al auditorio, de los cuales sólo cinco podrán presenciar el debate en el salón, y a una comitiva de hasta diez acompañantes con quienes podrá reunirse durante los cortes.

 

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