ELECCIONES 2019. TIERRA DEL FUEGO

Grieta a la fueguina: el kirchnerismo, dividido entre Bertone y Melella

La gobernadora va por la reelección y cerró un acuerdo con La Cámpora. El intendente de Río Grande le quiere disputar el lugar y tiene el apoyo de algunas agrupaciones cristinistas. La línea de CFK.

Las internas que atraviesan al justicialismo, y que en el orden nacional se centran en la discusión respecto de qué lugar debería ocupar Cristina Fernández de Kirchner, cambian de forma en Tierra del Fuego, donde la división no está marcada por el alineamiento de cristinistas y peronistas federales, sino que se construye hacia adentro del propio kirchnerismo, que se reparte entre el sector que apoya la reelección de la gobernadora Rosana Bertone y las agrupaciones que impulsan la candidatura provincial del intendente de Río Grande, Gustavo Melella.

 

Aunque aún no lo anunció formalmente, según pudo saber Letra P, Bertone fijará la fecha de las elecciones a gobernador entre el último domingo de mayo y la primera semana de junio. Así, la fueguina se sumará a la larga de lista de mandatarios peronistas que irán a las urnas antes del cierre de listas nacionales, previsto para el 22 de junio.  De acuerdo con la ley electoral de la isla , "los comicios provinciales deberán realizarse entre tres (3) y cinco (5) meses antes de la fecha establecida para la nacional".

 

La definición de Bertone desencadenará otras. En primero lugar, los intendentes evaluarán si los comicios municipales se celebrarán el mismo día que los provinciales, como sucedió en 2015, o si también se despegarán. Como el ballotage en la isla es casi inevitable -la Constitución lo establece si ningún candidato obtiene la mayoría absoluta de los votos en la primera vuelta-, ya sin desdoblamiento municipal los fueguinos deberán agendarse, como mínimo, cuatro visitas al cuarto oscuro este año. En caso de que también haya balllotage nacional, serán cinco. Y se sumarán otras si los intendentes desdoblan. En el Gobierno provincial hacen votos por no colmar la paciencia ciudadana.

 

La segunda definición tras la firma del decreto que convoque a elecciones será el anuncio formal de la candidatura a gobernador de Melella, quien ya dio a entender sus intenciones de disputarle la provincia a Bertone, aunque no las confirmó oficialmente. "Sin dudas Gustavo va a ser candidato. Su gestión en Río Grande es impecable, tiene 80 por ciento de imagen positiva", le dice a Letra P Gustavo López, ex subsecretario de la Presidencia durante el gobierno de Cristina y presidente de Concertación FORJA, la agrupación de origen radical alineada al kirchnerismo a la que tributa el intendente de Río Grande.

 

Además de FORJA, la candidatura de Melella cuenta con el apoyo de otras agrupaciones kirchneristas que forman parte de Unidad Ciudadana: Nuevo Encuentro (que lidera Martín Sabbatella), el Partido Solidario (que encabeza Carlos Heller) y el Frente Grande, además de algunos sectores peronistas como "La Néstor Kirchner". Así lo confirmaron a Letra P dirigentes de esos espacios que frecuentan el Instituto Patria, a cargo del ex secretario general de la Presidencia y ex jefe de López, Oscar Parrilli.

 

 

Tras dos años de enfrentamiento, Vuoto y Bertone recompusieron la relación en 2018 y acordaron el apoyo mutuo.

 

 

El apoyo de algunas agrupaciones de ese sector del kirchnerismo a Melella se mantendrá en tanto y en cuanto Cristina no dé una orden en contrario. La ex presidenta encuentra a los propios divididos en dos bandos: mientras las agrupaciones de Unidad Ciudadana impulsan a Melella, el principal apoyo a la gobernadora Bertone -además del PJ orgánico- proviene de La Cámpora, la agrupación creada por su hijo, Máximo Kirchner. Por ahora, la ex mandataria no expresó preferencias. Aunque es un secreto a voces que Bertone no goza de su simpatía, en el entorno de la gobernadora aseguran que La Cámpora "le vedó" a Melella el ingreso al Instituto Patria. 

 

Como publicó Letra P, con el objetivo puesto en la reelección, en la segunda mitad de 2018 la gobernadora retomó su acuerdo con la representación cristinista en su provincia, encabezada por La Cámpora  y encarnada principalmente por el intendente de Ushuaia, Walter Vuoto, y por el diputado nacional y potencial candidato de Bertone a la intendencia de Río Grande, Martín Pérez.

 

La relación había atravesado varias tormentas. En 2015, Bertone, Vuoto y el propio Melella fueron electos por una alianza del "campo nacional y popular" que, bajo la conducción de Cristina, impulsaba la candidatura presidencial de Daniel Scioli. En la primera vuelta, que se celebró el 21 de junio, la gobernadora obtuvo el 42% de los votos. Melella fue reelecto con el 53% y Vuoto ganó la intendencia de Ushuaia con el 22% de los sufragios. De las 132 mil personas habilitadas para votar en Tierra del Fuego, 70 mil pertenecen a Río Grande.

 

 

 

Pero el acuerdo entre Vuoto, Melella y Bertone se rompió tras el triunfo de Macri. Desde que asumió, en línea con el pedido de la Rosada, la fueguina aplicó un fuerte recorte al gasto público, congeló la planta permanente de empleados -a excepción de los médicos- y modificó el régimen jubilatorio, lo que provocó una crisis política, la toma de la Casa de Gobierno, protestas, acampes y paros de estatales. El Gobierno nacional la llevó a un callejón sin salida con la eliminación de los impuestos internos a los productos que no se fabrican en Tierra del Fuego y la rebaja de los aranceles para importar computadoras, tablets y notebooks, así como con la amenaza de eliminación del régimen de promoción industrial. Vuoto, Melella y Pérez, entre otros,  la acusaron sistemáticamente de jugar para Cambiemos.

 

Sin embargo, la relación de Bertone con La Cámpora se recompuso al tiempo que la gobernadora endureció su postura frente a la Rosada, abandonó su idea de jubilar a Cristina y suavizó su apoyo al PJ federal -en especial a su amigo, el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey- para pedir un acuerdo de todo el peronismo que incluya a la ex presidenta.

 

Así, la mandataria selló la paz con Vuoto, aseguró la carrera por la reelección para ambos y prometió darle su apoyo a Pérez para la intendencia de Río Grande, donde Melella también prepara a su delfín. "Martín (Pérez) está en todo su derecho de competir pero nosotros queremos la continuidad de la gestión. Melella mide 60 puntos y va a proponer a su propio candidato", dice López. El presidente de FORJA afirma que el apoyo de Vuoto a Bertone obedece a que, en caso de que Melella ganara la gobernación, al intendente de Ushuaia se le alargaría la espera para llegar al mismo puesto: "A Bertone le queda un mandato. Y a Gustavo le podrían quedar dos".

 

La carrera de Melella hacia la gobernación tiene complicaciones. En octubre, el sitio Infobae reveló que obreros de la construcción acusaban al intendente de Río Grande de haberles pedido favores sexuales a cambio de trabajo. En el entorno de Melella atribuyeron todo el episodio a "una operación de Bertone". "La gente sabe cómo son las cosas. Sabemos que esto va a seguir toda la campaña", dice López, y asegura que las encuestas muestran a Melella como candidato a ganar la elección. Aun así, las denuncias judiciales mantendrán al intendente lejos de la foto con Cristina, al menos por ahora.

 

 

 

El acuerdo con La Cámpora tranquiliza a Bertone. En 2017, la lista kirchnerista Frente Ciudadano y Social, encabezada por Pérez, ganó las elecciones a diputados nacionales con el 30% de los votos; Cambiemos quedó apenas 200 sufragios por debajo, con Héctor "Tito" Stefani a la cabeza. La lista impulsada por la gobernadora, Frente Tierra de Unión, obtuvo el 23% y quedó tercera. Stefani es el elegido del macrismo para pelear por la gobernación este año.

 

En la mesa chica de la gobernadora aseguran que la mayoría peronista está asegurada y que el armado de Melella "no tiene volumen, es residual". En ese sentido especulan con que el intendente de Río Grande "infla la candidatura a gobernador para negociar con Rosana y ser candidato senador nacional".

 

 

 

En Tierra del Fuego, la estructura del PJ se encolumna detrás de la gobernadora y de su vice, Juan Carlos Arcando, quien suele ir en representación de Bertone a las reuniones que lidera José Luis Gioja en la sede nacional del partido, en la calle Matheu.

 

 

 

Arcando también fue quien recibió esta semana a Macri en su primera visita a la isla. Decidida a captar el voto kirchnerista, Bertone esquivó la foto y tomó licencia por vacaciones. El vicegobernador fue quien se encargó de presentarle al Presidente los reclamos fueguinos en lo que hace a política industrial y desmalvinización.

 

A su regreso, la gobernadora empezará a definir el tablero electoral.   

 

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