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El tardío y desprolijo cierre de listas del Frente para la Victoria porteño dejó un saldo de siete precandidatos a jefe de Gobierno, cuatro listas de legisladores porteños y más de media docena de nóminas de candidatos a las Juntas Comunales.
La jornada del 7 de marzo, fecha límite para presentar listas y precandidatos en la Ciudad de Buenos Aires, mostró un kirchnerismo fragmentado pero con ansias de mantener su condición de segunda fuerza política en el distrito que Mauricio Macri gobierna desde 2007.
Muy alineado a la Casa Rosada, defensor a ultranza de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, Gustavo López se ubicó, como todo indicaba, del lado de la lista avalada por el Gobierno nacional y bendecida por la líder del Frente para la Victoria.
El secretario de asuntos relativos a la comunidad presentó su candidatura a jefe de Gobierno con la lista “Ciudad para Todos” acompañando la boleta de legisladores porteños que encabeza Carlos Tomada y también comparten los otros precandidatos a la Jefatura de Gobierno de la llamada “lista oficial”: Mariano Recalde y Gabriela Cerruti.
“Soy una persona del progresismo, del movimiento nacional y popular, que tiene currículum para mostrar y que hace ocho años acompaña a la presidenta”, exhibe como carta de presentación.
En su paso por el gobierno de Aníbal Ibarra, a quien considera “amigo personal”, conoció la administración porteña y recorrió, en su rol de secretario de Cultura, todos los barrios del distrito que domina el PRO hace ya ocho años.
Cuestiona fuertemente la gestión del macrismo en la Capital Federal, a la cual no duda en catalogar como “neoliberal”, pero también admite errores por parte del kirchnerismo para concentrar la atención del enrevesado electorado porteño. “El Frente para la Victoria no ha tenido el discurso adecuado en un momento difícil”, evalúa.
¿Cuáles son sus ejes de campaña?
Hacer de esta ciudad una ciudad más justa, más equitativa, más igualitaria. Para eso necesitamos 3 cosas: que el estado se imponga sobre el mercado, que la solidaridad este por encima del individualismo y que los derechos estén por encima de los negocios privados.
¿Tiene un plan para encontrar solución a las crisis habitacional de la Ciudad de Buenos Aires?
Hablamos de construcción de viviendas no sólo para los sectores más bajos, sino para los sectores medios. Tenemos un plan de 7000 viviendas por año para los sectores medios en terrenos propios de la Ciudad, que abaratan en un 40% el precio de la propiedad, que es el valor del terreno.
La oposición cuestiona constantemente al PRO por su política educativa y hasta se habla de “crisis” en la educación pública. ¿Qué propone usted para paliar esa crisis de la que habla la oposición?
La educación tiene dos vertientes, una es la infraestructura escolar. No podés discutir la currícula si los chicos no tienen donde sentarse a estudiar. Faltan 33 escuelas en el sur Ciudad de Buenos Aires y no se han construido jardines maternales. Hay que poner dinero en infraestructura escolar.
¿Está entre sus ejes de campaña la salud pública? ¿Cómo cree que es la gestión del Gobierno porteño en cuanto a salud pública?
El tema sanitario no está funcionado. Tenés 45 CESAC (atención primaria de la salud) que, si funcionaran, los hospitales no estarían atisborrados de gente; si un chico tiene fiebre no tiene que ir a un hospital, tiene que ir a un centro primario de salud, que no funciona y por eso va a un hospital.
El otro día, en un debate televisivo, usted habló de narcotráfico y de la ausencia del estado para combatir ese flagelo ¿Qué tan preocupante es el avance del narcotráfico en la Ciudad?
Es para empezar a preocuparse aunque estamos lejos del narcoestado. Eso implica no una corrupción en niveles provinciales, sino que implica una corrupción en la política. Y si hay algún político relacionado con el narcotráfico es marginal de la política. Acá no tenés al narco poniendo plata para la campaña presidencial o de diputados, esto no es México ni Colombia, estamos muy lejos.
De todos modos, hay que actuar porque hay territorios liberados. Y esos territorios liberados son por falta de presencia del estado, en este caso del Estado de la Ciudad de Buenos Aires. Y la presencia no es ir con mil efectivos policiales, es tener escuelas, hospitales, centros de prevención de adicciones, centros comunitarios que eduquen. De esa manera, estás ahí desde el Estado previniendo, acompañando, ayudando, organizado campeonatos deportivos.
¿Hay territorios liberados en Capital Federal?
Sí, en la (villa) 1-11-14 y en algún sector de la (villa) 21-24. En cada una de ellas, no es toda la villa, es en algún sector. La urbanización tiende a eliminar eso porque haces calles, cloacas, luz, agua corriente, escuelas, pasillos y hospitales. Esto es una consecuencia de la desaparición del estado.
Hubo mucha discusión interna en el Frente para la Victoria acerca de si Ibarra debía integrar la alianza electoral y finalmente se presentó por el kirchnerismo… ¿Qué pasó en el medio?
Yo fui uno de los impulsores de la estrategia del Frente para la Victoria de la pluralidad de candidatos porque nosotros debíamos recuperar el lugar del ballotage, es decir una de las dos primeras fuerzas políticas de la Ciudad. Fui funcionario de Ibarra, fui su secretario de Cultura y compito contra él. Me parece que tiene derecho a presentarse, aunque creo que pasó su momento político pero no soy quien para hacerlo.
¿Cómo ve el panorama electoral para el Frente para la Victoria?
Las primeras encuestas nos están dando que la sumatoria de votos de los candidatos nos vuelve a colocar en ese lugar de ballotage. Vamos a recuperar ese lugar del ballotage. Si no nos toca ganar, estaremos preparando el camino para la próxima. Si yo no gano, pretenderé convertirme en el líder de la oposición al macrismo, desde el Frente para la Victoria.
¿Qué tiene usted para ofrecer a los porteños que no ofrezcan los otros precandidatos a jefe de Gobierno del kirchnerismo?
Soy una persona del progresismo, del movimiento nacional y popular, que tiene currículum para mostrar y que hace ocho años acompaña a la presidenta. Fui secretario de Cultura. Yo tenía un plan. Dije que había que acceder a los bienes y servicios culturales porque es un derecho universal la cultura.
Y una de las herramientas de acceso era la descentralización de la oferta y, entonces, fortalecí el programa cultural en barrios pero, además, abrí el centro cultural Julián Centeya en la Avenida San Juan, abrí el centro cultural en Carlos Gardel en la calle Olleros, compre el cine-teatro 25 de Mayo e hicimos las reformas, compré el cine El Plata en Mataderos, compré la usina del arte. Inicié la remodelación del Colón, del centro cultural San Martín.
Yo lo que tengo para ofrecer es ‘cuando me tocó esto, hice esto’. Cuando fui interventor del COMFER intenté cambiar la ley de medios, el Gobierno en ese momento no pudo, fui co-redactor de la actual ley, fui secretario General de la Universidad y cree la cátedra de Derechos Humanos y de Estudios americanistas.
¿Qué espacios del progresismo kirchnerista respaldan su candidatura?
Vengo del radicalismo, soy alfonsinista y kirchnerista y otra gente de la que me apoya vienen del peronismo, del socialismo, de la izquierda independiente. Es decir, el abanico de fuerzas que sostiene mi candidatura es FORJA, pero también es el SI de Carlos Raimundi, MILES, Socialistas para la Victoria y unidades básicas del peronismo.
¿Qué balance hace del trabajo del kirchnerismo porteño durante los últimos ocho años?
El Frente para la Victoria no ha tenido el discurso adecuado en un momento difícil. Fue un momento de conservadurismo en la Ciudad pero floreciente de la Argentina. Si Macri hubiera hecho esta gestión con Menem de presidente hubiese perdido la primera elección porque el país hubiese estado frenado.
Le tocó gestionar una Ciudad que creció al cien por ciento, porque la Argentina creció al cien por ciento. Macri se benefició con el Gobierno de Cristina.
¿Cuáles serían sus tres primeras medidas como jefe de Gobierno?
Serían para las áreas de vivienda, educación y salud.
En vivienda, por ejemplo, construye la Ciudad al costo o se construye a través de un fideicomiso que se licita privadamente, también al costo más la ganancia del constructor, esa propiedad vale un 40 por ciento menos que la propiedad del mercado, porque el terreno es gratuito porque lo pone la Ciudad y lo financiamos a 20 años por el Banco Ciudad. Es el Estado el que le paga al privado que construye. No es tan difícil, pasa que Macri subastó todos los terrenos de la Ciudad al valor de mercado.
Para nosotros, en educación, es imprescindible la infraestructura escolar, tender a que la mayoría de los colegios de la Ciudad sean de doble escolaridad y, además, trabajar de manera permanente y en paralelo la currícula en primaria y en secundaria. Pero sobre todo en secundaria, que tiene que ver con la retención del alumno, los problemas que hay para dejarlo o sostenerlo adentro del colegio y eso que se discute con la comunidad educativa: los docentes, los padres y el poder político.
En Salud es necesario dotar al hospital público de los instrumentos humanos, técnicos y edilicios para que pueda satisfacer toda la demandan en condiciones igualitarias. Mientras se arregla el hospital, que tiene décadas de abandono, nuestra propuesta es, teniendo en cuenta que la salud es un derecho y no un negocio privado, todo aquel que no tenga otra cobertura que el hospital público, como le estamos cobrando impuestos, hago convenio con las obras sociales que quieran hacer convenio y se atienden a nomenclador que va a pagar la Ciudad en cualquier sanatorio de obra social, no privado.