MOVIMIENTO OBRERO REORGANIZDO

Moyanismo CFK friendly versus Gordos anti K

El acercamiento confirmado de Moyano y la ex presidenta abrió una grieta entre los dirigentes que apoyarían y los históricos más el triunvirato, que rechazan al kirchnerismo. Los diálogos con el PRO.

Como en años anteriores, cuando aún era gobierno, la relación entre Cristina Fernández de Kirchner y Hugo Moyano volvió a generar un quiebre en el ordenamiento interno del frente sindical. En este caso, entre los que apoyarían una candidatura de la ex presidenta y aquellos que mantienen un fuerte rechazo por el kirchnerismo. Fue Pablo Moyano, el jefe de Camioneros, quien adelantó a Letra P que “se está trabajando en una reunión de CFK y Moyano”. Luego, voceros de la senadora nacional confirmaron que hay gestiones para organizar la cumbre, aunque aún sin fecha tentativa.

 

Este escenario de acercamiento entre ambos, que atraviesa un estado embrionario y que no está cerca de definir el encauzamiento de una relación que fue conflictiva, generó de todos modos alertas varias en la CGT, en independientes y en diferentes sectores de la política. A primera vista, detrás de Moyano aparecen los bancarios de Sergio Palazzo, los aeronáuticos de Juan Pablo Brey y un pelotón de dirigentes que ideológicamente comulgan con algunas ideas madre del kirchnerismo. “Esto, más que algo de las personas, es juntarnos los que pensamos parecido”, confesó ante Letra P otro de los que están dispuestos a sentarse con la ex presidenta.

 

La negociación del acercamiento, cuentan, está en manos de Palazzo, el curtidor y diputado nacional del Frente para la Victoria (FPV), Walter Correa, y el docente de CTA, Hugo Yasky. Pero no son los únicos: uno de los que empezó a jugar fuerte en las sombras es el jefe de los encargados de edificios del Suterh, Víctor Santa María. Y Sergio Romero, de los docentes de UDA, aunque no se descarta el apoyo del Suteba.

 

También cuela ideas el líder de los Canillitas y siempre cercano a Moyano, Omar Plaini. Todos ellos coinciden en que “es temprano para hablar de una alianza con un candidato, pero las charlas se están dando”.

 

Otros tiempos. En abril del 2016, cuando el moyanismo aún interactuaba con CGT. 

 

 

Si bien hay sectores que están indefinidos, existe una franja gruesa de dirigentes de peso que están más cerca del no a Cristina. Dos son bien identificables: el triunvirato de la CGT y los gremios denominados Gordos. Fuentes de los triunviros confiaron que, “en general, hoy no apoyan”. Este no a Cristina es, en parte, un no a Moyano en medio del tironeo por el futuro de la central obrera. En esta línea se anota uno de los integrantes del tridente, el jefe de Sanidad, Héctor Daer, el blanco elegido por los Moyano para correr al triunvirato por considerarlo funcional al gobierno de Mauricio Macri.

 

El otro hombre fuerte de la conducción, que completa el estacionero Carlos Acuña, es Juan Carlos Schmid. El titular de Dragado y Balizamiento, que supo tener buen vínculo con los Moyano, fue históricamente crítico del kirchnerismo, sobre todo en su última etapa. En su entorno aseguran que “fue particularmente crítico con Cristina”, aunque, “si hubiese un candidato de unidad, podría sentarse a charlar”. Su sindicato padeció a la ex presidenta, que le negó la ley de marina mercante y se puso en conflicto cuando, a través de la ANSES, el kirchnerismo intentó lotear los terrenos de la Isla Demarchi. Al igual que Schmid, Daer estaría en condiciones de considerar un candidato de unidad. Habla casi a diario con quien fue su compañero en el Frente Renovador, Felipe Solá. Hoy, el ex gobernador es que quien suena más fuerte como figura de consenso. 

 

Fuentes de la conducción de la CGT admiten, de todos modos, dos cuestiones: “La de Moyano y Cristina es una reunión de dos poderosos, casi los únicos”, admiten. Y, a la vez, deslizan que en diálogos con el Gobierno surge que Cambiemos tiene preocupación “moderada” por la inminente cumbre. “Son dos feos, sucios y malos”, describen con humor gráfico y cita cinematográfica. El triunvirato tiene diálogo fluido con la Nación, parte de lo que se le cuestiona desde el rincón de los Moyano.

 

 

 

Dentro de la CGT hay, además, un núcleo duro de dirigentes que hoy están enfrentados a Cristina. Los Gordos no quieren saber nada sobre alineamientos con la ex presidenta, aunque el frente tiene goteras, dado que la mayoría son dirigentes con vuelo propio. De hecho, el próximo viernes CFK reaparecerá en público en un acto en Cañuelas, organizado por Ricardo Pignanelli, el titular de SMATA, el gremio de los mecánicos. “Pignanelli se maneja solo”, contaron diferentes fuentes y aclararon que, mientras se esté dando su encuentro con la ex mandataria, la CGT “estará el mismo viernes reunida con movimientos sociales”.

 

Otro de los indefinidos de ese bloque es el titular de UOM, Antonio Caló. Para el Gobierno, el metalúrgico está en línea con Cambiemos. Sin ir más lejos, cada vez se lo ve más seguido salir de dependencias oficiales. Su última destino fue el Ministerio de la Producción, que conduce Dante Sica.

 

El resto de los Gordos está en contra. El más cercano a Macri es Armando Cavalieri, que se disputa el gremio de los empleados de comercio con Ramón Muerza. Los dos son cercanos al Gobierno: uno con Macri y el otro con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Algo similar ocurre con el secretario general de la UOCRA, Gerardo Martínez, y el líder de UPCN, el “Centauro” Andrés Rodríguez.

 

En paralelo, hay algunos díscolos que entraron en confusión. El ejemplo más claro es el de Julio Piumato, de Judiciales. Se “bajó del caballo” y quiere interactuar, cuentan. “Se enteró tarde de la crisis, pero enhorabuena que se despertó”, bromearon sus colegas en relación a quien fue oficialista de Néstor Kirchner y siguió a Moyano en aquella ruptura histórica con Cristina.

 

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Y después nos preguntamos por qué nos putean.

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