Tensión en Cambiemos

La lapicera de Vidal vuelve a disparar la guerra interna en Mar del Plata

Con la venia oficial, Guillermo Montenegro está lanzado. El intendente cargó con munición gruesa y en su entorno avisan: “Arroyo, por afuera, se lleva 15 puntos”. La carta peronista que preocupa.

"Quiero ser intendente de San Isidro porque amo San Isidro, básicamente porque es mi lugar en el mundo", subrayaba Guillermo Montenegro en 2015, en días de candidato a jefe comunal de ese distrito del conurbano norte. Pero la coyuntura política del universo bonaerense de Cambiemos, regido por María Eugenia Vidal, hizo que este sanisidrense por adopción desempolve por estos tiempos su olvidada chapa de NyC (Nacido y Criado) en otro mojón de la provincia, Mar del Plata, donde decidió volver a residir. El ex embajador en Uruguay y actual diputado es el nombre anotado por la lapicera de la gobernadora para probarlo en la carrera al municipio en 2019. El impulso de esta figura fue confirmada por fuentes de la Gobernación a Letra P. Así dadas las cosas, la conflictiva interna de Cambiemos en la ciudad balnearia volvió al estado de ebullición.
 

 


El intendente propio que más dolores de cabeza despierta en el vidalismo, Carlos Fernando Arroyo, declaró la guerra este lunes: "A mí nadie me va a mandar ningún virrey, absolutamente nadie". Mientras, en su entorno, aseveran que el jefe comunal irá por la reelección como sea y advierten sobre las posibles consecuencias de una ruptura: “Arroyo, por afuera, se lleva 15 puntos”, señalan a Letra P.
 

 


VOLVER. Montenegro, quien cursó sus estudios primarios en el Instituto Peralta Ramos, regresó a su ciudad natal como candidato a diputado nacional en el marco de los numerosos actos proselitistas del vidalismo. Ya como legislador, hacia fines de 2017, escoltó a la gobernadora en el lanzamiento del Operativo Sol, relegando al escondido Arroyo.  

 

En 2018, ya asentado en “La Feliz”, el ex ministro de Seguridad porteño camina las arenas marplatenses en compañía de funcionarios bonaerenses y nacionales, además de ya contar con estructura local propia, entre los que figura Lucas Fiorini, actual senador provincial de Cambiemos, ex concejal massista y otrora candidato a diputado bonaerense en 2003 de la lista que llevaba al represor Luís Abelardo Patti como postulante a la Gobernación. “A Fiorini, Montenegro lo tiene pegado”, deslizó una voz del variopinto esquema de Cambiemos en el principal bastión de la Quinta sección electoral.

 

También, ya cuenta con el impulso de intendentes de la región, como el joven PRO Martín Yeza, quien, tras compartir una actividad con el diputado nacional, sostuvo que Montenegro “puede ser un gran intendente”.
 

 


“El ruido es por Montenegro, hay malestar, mucho malestar”, remarcaron a este medio voces con llegada a distintos sectores del frente de Gobierno. Allí, lo que ven como una “imposición” desde las esferas superiores es tomado como un “Déjà vu” de lo sucedido el año pasado, cuando la lapicera de Vidal anuló toda posibilidad de interna en las PASO, confeccionando una lista que disparó varias discordias, entre ellas la del propio intendente, que vio relegado a su candidato al sexto lugar de la nómina.

 

“Todos los que se meten en política tienen aspiraciones de ser alguien, pero lo que se visualiza es que tenés que trabajar en Buenos Aires o ser amigo de los de Buenos Aires. Está la meritocracia de poner el cuerpo y el discurso de jugársela, pero cuando quiero participar no me dejas y me mandas un CEO de Capital”, arremetió duro una fuente con llegada al jefe comunal marplatense.

 

ARROYO TURBULENTO. Al ser consultado este jueves sobre el tema, Arroyo no se ahorró ningún dardo y ya puso sobre la mesa la disputa por el sillón municipal en 2019: “¿Quién es Montenegro?”, disparó de inmediato, para luego descargar: “Prefiero no opinar porque sería una opinión demasiado negativa. No veo que tenga para ser un intendente en nuestra jurisdicción. Es como que yo me fuera a Bahía Blanca a hacer publicidad para ser intendente allá”,

 

Sin dudar sobre su intención de ir por la reelección, el alcalde subrayó: "Voy a volver a ser intendente". Y aclaró: “A mí nadie me va a mandar ningún virrey, absolutamente nadie, no tengan ninguna duda. ¿Saben por qué? porque yo tengo dignidad. A mí me votaron 180 mil marplatenses, mi única obligación es con los marplatenses que me votaron, con nadie más. Ni siquiera con un partido político, ¿queda claro?”.
 

 


En la escena marplatense de Cambiemos existen, previo al arribo de Montenegro, varios nombres en danza por la sucesión de Arroyo. Además de las intenciones manifiestas del propio intendente, Franco Bagnato –que obtuvo el triunfo en la Quinta sección- ya viene siendo medido en encuestas desde comienzos del año pasado; el jefe de bloque de diputados bonaerenses de Cambiemos, Maximiliano Abad, ya manifestó desde 2016 a Letra P su deseo de ser intendente; y Vilma Baragiola, que encabezó la boleta local el año pasado, también pide pista.

 

“Bagnato era más razonable, hace 30 años que está en la ciudad, desarrolló una radio, tiene un posicionamiento. Hasta si lo traen a (Hernán) Lombardi, tiene su lógica, porque tiene los hoteles –Torres de Manantiales-, y es una familia tradicional en la ciudad, pero esto es una paparruchada, no es muy serio”, disparó una voz de la interna de Cambiemos con marcado fastidio.
 

 


UNA CARTA QUE PREOCUPA. “Si se trata de fortalecer Cambiemos, se hace difícil contener a la gente en esta situación”, consideró una fuente que alertó también sobre una posible carta a utilizar por el peronismo marplatense: “Se habla de (Carlos) ‘Chapa’ Retegui –ex DT de los seccionados argentinos de hockey femenino y masculino- en el peronismo. En Mar del Plata te puede hacer un desastre porque su perfil le entra a nuestro electorado”, analizaron con preocupación. Por lo que se concluyó: “Cambiemos va a necesitar a todos adentro ninguna afuera”.

 

En tanto, cerca del intendente, avisan: “No creo que les sirva Arroyo por afuera. Le guste a quien le guste, Arroyo es una marca en Mar del Plata y, si se va, se lleva como mínimo 15 puntos. Puede ser tremendo”.

 

Asimismo, machacaron contra lo que representaría para la campaña el hecho de que el candidato haya jugado recientemente en otra jurisdicción: “Imaginate en el escenario electoral. Hay que pensar en los que estén en la vereda de enfrente cuando pongan los spots de San Isidro”, alertan.

 

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