Las protestas y cacerolazos no hicieron mella en la voluntad de los diputados que llegaron dispuestos a aprobar el proyecto, tras la reunión que mantuvieron en el despacho del presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, un grupo de gobernadores y los jefes de bloque del oficialismo y del interbloque Argentina Federal con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio y el jefe de Gabinete, Marcos Peña. Con la foto que selló la reunión, los gobernadores se comprometieron a dar su apoyo en el recinto por medio de los legisladores de sus provincias. El oficialismo salió del encuentro con la discusión cerrada, la rebelión de los diputados terminada y el número cerrado.
La ley fue finalmente sancionada con 127 votos a favor, número al que Cambiemos llegó con el respaldo que el Gobierno había obtenido en la cumbre del mediodía: para consagrar un nuevo ajuste histórico sobre los jubilados, los votos de de sectores que no militan en la alianza de gobierno los aportaron los gobernadores Juan Schiaretti (Córdoba), Juan Manuel Urtubey (Salta), Juan Manzur (Tucumán), Lucía Corpacci (Catamarca), Hugo Passalacqua (Misiones), Gustavo Bordet (Entre Ríos) y Omar Gutiérrez (Neuquén).
Con la calle convertida en una batalla campal, la oposición apeló durante todo el día y la noche del lunes a la sensibilidad y a la conciencia de los diputados para que levantaran la sesión en vistas de la represión que sucedía puertas afuera. “Estamos haciendo funcionar el Congreso a fuerza de balas”, decía la diputada del Movimiento Evita Lucila de Ponti. “Hay una situación en la calle muy difícil. Asumamos esa responsabilidad”, rogaba Daniel Filmus. Entre el kirchnerismo, el massismo y la izquierda presentaron cinco propuestas para interrumpir la sesión. Solo una – la primera, planteada por Horacio Pietragalla (FPV) – fue exitosa. Pasadas las 15, cuando la sesión llevaba poco más de una hora, el oficialismo y la oposición acordaron pasar a un cuarto intermedio. Los jefes de bloque se reunieron con Monzó, quien pidió tiempo para consultar la situación con la Rosada. La orden fue contundente: se debía votar como fuera, más allá de lo que sucediera afuera.
El último intento opositor lo encabezó Graciela Camaño, sobre la noche, cuando en el Congreso retumbaban las cacerolas que rodeaban el Palacio. “Ya no podemos decir que son los violentos. Lo que está pasando en las calles de todo el país es un enorme descontento. No podemos seguir como si nada pasara”, pidió la presidenta del bloque Federal Unidos por una Nueva Argentina. Tampoco tuvo éxito.
En ese contexto, el debate de la ley pasó casi a un segundo plano aunque la oposición dejó claras las razones de su rechazo. “Esto se trata de sacarle la plata del bolsillo a los jubilados, es un saqueo, no tiene otro nombre. Pero además forma parte de una estafa que se viene preparando desde 2015, cuando ganaron las elecciones porque fueron a buscar votos diciendo que las jubilaciones eran bajas. Después en julio Marcos Peña dijo que no tenían preparada ninguna reforma previsional Y ahora bajan las jubilaciones”, disparó Axel Kicillof, desde el Frente para la Victoria.
“Todos acá sabemos que esta ley no es buena. No viene a resolver nada. Acá hay un objetivo claro: modificar el índice de ajuste de la fórmula previsional”, afirmó Diego Bossio, que ya había anunciado su voto en contra de la ley. Hasta el kirchnerismo dejó de lado su enfrentamiento para aplaudirlo.
La defensa del proyecto estuvo encabezada por el diputado Eduardo Amadeo (PRO), presidente de la Comisión de Previsión Social. “Llegamos al recinto en medio de una enorme campaña de falsedades, pero a fin de año los jubilados no sólo van a estar mejor, sino que van a tener una fórmula que los va a proteger por décadas”, aseguró. Sin necesidad de desgastarse en el debate, el oficialismo se mantuvo casi inalterable durante toda la jornada, a sabiendas de que la batalla estaba ganada.
Con la presencia en la Cámara del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y del secretario de Interior, Sebastián García de Luca, las espadas parlamentarias del oficialismo mantuvieron durante todo el día el contacto con los referentes del interbloque Argentina Federal, que ya habían aportado 25 diputados para el quórum. Hasta tarde también estuvieron en el Palacio el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y la gobernadora María Eugenia Vidal, una de las mayores interesadas en la sanción de la ley, ya que logrará hacerse finalmente del Fondo del Conurbano.
Poco antes de las 4 de la mañana, Cambiemos hizo bajar a toda su tropa al recinto con el objetivo de adelantar la votación. Pero el trámite se demoró más de lo previsto por las dudas que transmitía el Bloque Justicialista, que tenía varios diputados que se negaban a acompañar la ley. El jefe del bloque del PRO, Nicolás Massot, le pidió certezas a su par del justicialismo, Pablo Kosiner, que repasó la lista de sus diputados e identificó a los más díscolos, que para esa hora eran los riojanos Luis Beder Herrera y Danilo Flores, y el catamarqueño Gustavo Saadi, que sorprendió al comienzo de la sesión votando junto al kirchnerismo en la propuesta que hizo Abel Furlan para que el proyecto fuera sometido a consulta popular.
Otra gran incógnita eran los diputados por Santiago del Estero, que responden a Gerardo Zamora, con cuyos votos contaba el oficialismo hasta la semana pasada. Los santiagueños ya habían sorprendido en la fallida sesión del jueves 14, cuando sólo tres de los seis legisladores que forman el bloque bajaron el recinto a dar quórum. Para el lunes 18, el aporte provincial bajó: ni siquiera dieron quórum y la diputada Graciela Navarro acompañó la propuesta de Furlan, mientras sus compañeros de bancada se ausentaron de la votación. La confirmación del cambio santiagueño llegó sobre el final de la sesión, de boca de la ex gobernadora Claudia Ledesma Abdala, esposa de Zamora, quien anunció su voto negativo y lo justificó con un pedido de la Iglesia de Santiago a sus representantes. Para ese entonces, Monzó había decidido no apurar el cierre del debate ni precipitar la votación, tras una ronda de consultas con todos los jefes de bloque.
"Está cometiendo una gran injusticia. Nuestros jubilados no se merecen esto, los sectores más vulnerables de la sociedad no merecen que los castiguen. No digan que son bien machos por meterse con los débiles", le reprochó José Luis Gioja a Massot. Después se dirigió hacia el interbloque de los gobernadores peronistas. “No vayan contra las banderas del justicialismo. Vayan por otro lado y dejen de victimizarse porque el pueblo argentino ya les prendió la luz", gritó el ex gobernador de San Juan.
Desde el Bloque Justicialista respondió el salteño Andrés Zottos. “Si esta ley no se aprueba cae el pacto fiscal que firmarn 23 gobernadores de 24. Tenemos responsabilidad de gobierno. Necesitamos pagar sueldos”. Antes, ya había defendido la postura de su bloque Kosiner, cuando le respondió a María Emilia Soria (FPV), que llamó a los gobernadores peronistas “prostitutas de Macri”. “Obviamente es fácil hablar cuando no hay responsabilidad de gobierno. Nos preocupa la situación económica del estado de cada una de nuestras provincias. Hay 23 de 24 gobernadores que han firmado este pacto. De nosotros depende la vida de miles y miles de coprovincianos”, dijo el salteño.
Tras los cierres de la oposición, el jefe del interbloque de Cambiemos, Mario Negri, sorprendió al pedirle a Monzó que llamara a votar sin dar un discurso, a sabiendas de la fragilidad del consenso logrado con parte de la oposición. La votación marcó la ventaja de Cambiemos y también arrojó sorpresas y fisuras en la oposición.
Zamora dividió finalmente a su tropa: cuatro diputados votaron en contra, una a favor (Navarro) y una diputada se abstuvo (Mirta Pastoriza). En tanto, los salteños Zottos y Kosiner, que ni siquiera habían dado quórum en la sesión del jueves 14, votaron a favor después de recibir instrucciones del gobernador de la provincia, Urtubey, mientras que su compañero Javier David y los riojanos del Bloque Justicialista, Luis Beder Herrera y Danilo Flores, votaron en contra. De la misma bancada, también se pronunciaron en contra los pampeanos Sergio Zilotto, Melina Delú y Ariel Rauschenberger, Diego Bossio y Eduardo Bucca – que tampoco dieron quórum -, los jujeños José Luis Martiarena y Carolina Moisés, el mendocino Rubén Miranda y el correntino Oscar Macias. A favor votaron los entrerrianos Mayda Cresto y Juan José Bahillo y el chaqueño Juan Mosqueda. En tanto, su coprovinciana Elda Pértile, se abstuvo.
Por el interbloque Argentina Federal también votaron a favor los cuatro representantes de Córdoba – Martín Llaryora, Alejandra Vigo, Juan Brugge y Paulo Cassinerio - , dos por Tucumán – Pablo Yedlin y Gladys Medina – y cinco diputados de Misiones – Jorge Franco, Flavia Morales, Verónica Derna, Daniel Di Stefano y Ricardo Wallbach-, mientras que se pronuciaron en contra los diputados por San Juan que responden al gobernadro Sergio Uñac y el tucumano José Orellana estuvo ausente, al igual que Alberto Roberti, quien dio quórum. El catamarqueño Saadi y su compañera de bloque, Silvana Ginocchio, que responden a la gobernadora Corpacci, también votaron a favor. Instruida por Gutiérrez, la neuquina Alma Sapag puso también su voto. Cambiemos aportó 108 votos propios.
En tanto, los cuatro diputados del interbloque de Martín Lousteau votaron en contra de la reforma, al igual que los de Compromiso Federal, que responden al gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, y el socialista Luis Contigiani. También se pronunciaron en contra los diputados del Movimiento Evita, el Frente de Izquierda, Victoria Donda, el bloque Federal Unidos por Una Nueva Argentina y todo el bloque del Frente para la Victoria, que sufrió algunas bajas. Entre las ausencias más llamativas estuvo la de Daniel Scioli, quien llegó al comienzo del debate pero faltó a la hora de la votación. También faltaron la bonaerense Laura Russo y el formoseño Luis Basterra, ambos por la internación repentina de familiares muy cercanos.
Entre los ausentes también estuvieron la santiagueña Mariana Morales (Federal UNA), el jujeño Alejandro Snopek (Federal UNA) y los chubutenses Jorge Taboada y Rosa Muñoz.
“Los cacerolazos que hubo hoy a lo largo y a lo ancho de todo el país fueron legítimos. Ustedes se negaron a verlo, se encerraron. Lo que pasó hoy es un punto de inicio”, cerró su discurso el jefe del bloque del Frente para la Victoria, Agustín Rossi. Sitiado por cacerolazos y protestas masivas que terminaron en una feroz represión, una mayoría formada por el oficialismo y un sector del peronismo sancionó la reforma jubilatoria en un debate que terminó con un tibio aplauso de diputados de Cambiemos, censurado por la oposición.