Uno de esos casos opera dentro mismo de Casa Rosada, en la Secretaría de Asuntos Estratégicos que conduce Fulvio Pompeo, cuya oficina está ubicada a pocos metros del despacho presidencial, bajo la órbita del jefe de Gabinete, Marcos Peña. Debajo de esa secretaría, una de las cuatro que responden al ministro coordinador, hay 20 cargos jerárquicos, que van desde subsecretarios, directores nacionales y coordinadores que responden directamente a Pompeo, dentro de una estructura de empleos públicos, cuyas funciones, en la mayoría de los casos, parecen pertenecer a la Cancillería.
Ante las consultas de Letra P, una alta fuente de la Casa Rosada contestó que sí existen diferencias. Según la propia definición institucional del área, su misión está concentrada en “el diseño de la agenda estratégica internacional e institucional” de Macri y Peña, con un plantel de funcionarios que participan “en la coordinación del análisis, planeamiento, seguimiento y evaluación permanente de los asuntos estratégicos”. Dos temas que, en rigor, son tarea del Palacio San Martín.
"No estamos sólo enfocados en las relaciones exteriores. La Secretaría tiene que ver con una función más amplia, como las áreas de asuntos estratégicos que tienen Brasil o España, o como el asesor de Seguridad Nacional que tiene el presidente de los Estados Unidos. En nuestro caso tenemos mucho vinculo con los ministerios de Defensa, Justicia, Seguridad y Derechos Humanos; con la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y también en temas como la coordinación del G-20 y del ingreso a la OCDE y hasta en el tema Malvinas”, aclaró la fuente consultado para justificar la dotación de funcionarios y negar la duplicación de funciones, aunque en el caso del G-20, el sherpa de la convención es el vicecanciller Pedro Villagra Delgado y el “sherpa adjunto” es Pompeo.
En la Casa Rosada lo niegan, pero los movimientos de Pompeo ya afianzaron el viejo sobrenombre que le dicen sus viejos conocidos de Bolívar 1, especialmente desde que logró desplazar a la ex canciller Susana Malcorra y promover a un experto en ceremonial como el ministro Jorge Faurie. Ambos cruzaron la carrera diplomática durante el menemismo, cuando Pompeo construyó su carrera en relaciones exteriores, pero bajo el polémico interinato de Carlos Ruckauf como jefe del Palacio San Martín luego de la crisis de 2001. Un repaso por las giras al exterior de Macri confirman que Pompeo funciona como un virtual canciller, pero sin detentar el cargo. Siempre al lado del Presidente y bien lejos de la Cancillerìa: una virtual diplomacia paralela.
LOS ESTRATEGAS. De acuerdo a la información pública disponible y a los nombramientos firmados por Macri y Peña que fueron publicados en el Boletín Oficial, cada cargo tiene una remuneración mensual superior a los 60.000 pesos, con distintas funciones específicas. Ante las consultas de este medio, en la Jefatura de Gabinete confirmaron las cargas salariales. Todos están afectados a una frondosa estructura que, en algunos casos, cuenta con más funcionarios que los dos vicejefes de Gabinete, Gustavo Lopetegui y Mario Quintana, y que los secretarios de Comunicación Pública, Jorge Grecco, y de Relaciones Parlamentarias, Paula Bertol. Al igual que Pompeo, todos responden directamente a Peña.
Debajo de Pompeo operan dos subsecretarías. La primera, de Asuntos Globales, está en manos de Paola Iris Di Chiario, ex directora y luego ex jefa de Gabinete de la Secretaría de Relaciones Internacionales que condujo Pompeo en la ciudad durante ocho años, bajo los dos mandatos que tuvo Macri como jefe de Gobierno porteño. La segunda subsecretaría, de Asuntos Institucionales, corre bajo el mando de Matías García Oliver, ex director de Legales y Asuntos Públicos de DirecTV.
A la vez, cada subsecretario tiene un jefe de asesores propio y dos direcciones nacionales. Es decir, dos jefaturas de asesores, con un número desconocido de funcionarios a su cargo, y cuatro direcciones.
En asuntos Globales, Di Chiaro tiene a María Jimena Muñoz Wright como jefa de asesores. Fue colaboradora de Julián Obiglio, ex diputado nacional del PRO en dos oportunidades y miembro del Consejo Directivo de la Fundación Pensar. La funcionaria es graduada en relaciones Internacioanles de la UCA. Debajo de Di Chiario y de Muñoz Wright funcionan las direcciones nacionales de Análisis Estratégico Internacional, en manos de Christian Bonfili (docente de la Universidad Di Tella y de la Escuela Nacional de Defensa), y de Asuntos Políticos Globales, a cargo de Nerio Pace, ex gerente operativo de la Coordinación de la Dirección de Relaciones Internacionales porteña, entre 2008 y 2015, siempre bajo el mando general de Pompeo.
En la “subse” de Asuntos Institucionales, García Oliver tiene como jefe de Gabinete de Asesores al abogado Eduardo Boccardo. Los dos funcionarios tienen bajo su órbita a las direcciones Nacionales de Coordinación Institucional, bajo la firma de María del Pilar Kusel, y la de Relación con la Sociedad Civil, por cuenta de Jeannine María Cancilini. Kusel, además de esa coordinación, fue nombrada, en mayo del año pasado como directora de Ordenamiento y Planificación de la Dirección Nacional de Asistencia para el Ordenamiento Territorial, de la subsecretaría de Hábitat y Desarrollo Humano, de la secretaría de Hábitat del ministerio del Interior, que conduce Rogelio Frigerio. La designación fue transitoria, pero se desconoce qué cargo ocupa actualmente.
Marcos Peña toma juramento a Fulvio Pompeo.
EL OTRO CANCILLER. Desde que Macri asumió la Presidencia ya suma dos cancilleres: la ingeniera Malcorra y Faurie, embajador de carrera. Ambos funcionarios, dentro del organigrama del Poder Ejecutivo, son los dos nombres que pasaron como jefes del Palacio San Martín. Pero no son los únicos dos funcionarios que tuvieron en sus manos las relaciones exteriores del país bajo en tiempos de Cambiemos. El tercer protagonista, que se mantiene incólume al lado de Macri es Fulvio Pompeo, quien nunca dejó el cargo desde que juró el 10 de diciembre de 2015. “El Canciller”, como le dicen con cariño desde su función porteña, es un hombre de confianza de Macri desde sus primeros pasos en el club Boca Juniors. Entre 2007 y 2015 fue secretario de Relaciones Internacionales del Gobierno porteño durante los dos mandatos de Macri como alcalde. Hace diez años que está bajo el mando de Peña, desde que el joven desembarcó en la función pública como secretario General. En ese lapso, Pompeo fue director de Relaciones Internacionales porteño y luego secretario de la misma materia. Desde fines de 2015 conduce la secretaría de Asuntos Estratégicos, un área que fue creada por primera vez en la estructura de la Presidencia de la Nación durante la gestión Macri. El diseño, cuentan en el Gobierno, está inspirado en el diseño brasileño, que tiene al Palacio de Itamaraty (la cancillería) y una secretaría de asuntos estratégicos, poblada por especialistas que provienen, en muchos casos, de gestiones anteriores.
COORDINADORES MUNDIALES. A esa estructura remunerada dentro del esquema de escalafones de la administración pública, la secretaría de Pompeo también tiene bajo su férula a ocho coordinadores y un subcoordinador, que son "extraescalafonarios". La coordinadora de Agenda Institucional es Laura Noelia Ojeda, la de Agenda Internacional es Lola Gimenes y la de Enlace de la Comisión Cascos Blancos es María Emilia Lugani. Los coordinadores son Norberto Pontiroli (al frente de Asuntos Estretégicos), que fue asesor de Pompeo en la gestión porteña y trabajó también en la Fundación Pensar.
Diego Hernán Capelli es coordinador de Planeamiento Económico Estratégico, designado luego de trabajar en 2005 como agregado dedicado a temas financieros para la embajada argentina en Japón, durante el canje de deuda externa que lanzó la administración del entonces presidente Néstor Kirchner. La nómina sigue con Leonardo Fabián Castaldo que tiene el cargo de coordinador Ejecutivo. Junto a ellos está el coordinador Operativo Raúl Nemmi, ex jefe de Despacho de Pompeo en la etapa municipal y le sigue el “coordinador técnico”, Matías Nicolás Campoamor, un abogado de la UBA que exhibe entre sus antecedentes una beca IVLP del Departamento de Estado de los Estados Unidos y dos tareas públicas previas en el gobierno porteño, bajo el mando de Pompeo: asesor de la Dirección de Cultos de la Ciudad entre 2007 y 2013 y el mismo cargo en la subsecretaría de Relaciones Internacionales hasta diciembre de 2015. El listado de coordinadores extraescalafonarios incluye al subcoordinador de Cascos Blancos Daniel María Maffei. Entre las aparentes duplicaciones, el caso de la coordinación y subcoordinación de Cascos Blancos resuena llamativo, porque la cancillería cuenta con el embajador Alejandro Daneri al frente de una comisión con la misma finalidad y nombre.
“La mayoría de los funcionarios mencionados trabajan con Pompeo desde hace muchos años”, confirmó otra fuente oficial consultada sobre el organigrama que le responde actualmente, aunque aclaró que “el área de Cascos Blancos la heredamos de la gestión anterior, pero nunca existió. Y la otra persona al frente de la subcoordinación no trabaja más hace un año y está vacante. Vamos a modificar su nombre”, anticipó el funcionario. Sobre las dos jefaturas de asesores, la fuente aclaró que “no son cargos jerárquicos, sino un contrato”, pero con un salario similar a los demás puestos. “No tenemos mucho presupuesto, pero es verdad que tenemos mucho que ver con las relaciones exteriores”, concluyó.
Entre el elenco de funcionarios que acompañan a Pompeo y Peña desde la Ciudad, también está Tomás Kroyer, que ahora es subsecretario de Relaciones Institucionales y Diplomacia Pública de la Cancillería, desde que Faurie reemplazó a Malcorra en el ministerio. Kroyer fue el encargado de la campaña del PRO para los "argentinos en el exterior" en las últimas presidenciales, luego de sumarse a la primera versión de la iniciativa, lanzada por Pompeo hace tres años, cuando el entonces alcalde impulsó un plan de "repatriación" de talentos "exiliados" en el exterior. Los primeros en volver al sur fueron Kroyer; el actual secretario de Integración Federal y Cooperación Internacional del Ministerio de Cultura, Ivan Petrella y el periodista Hernán Iglesias Illa, coordinador de Comunicación Estratégica de la jefatura de Gabinete y uno de los ghost writers presidenciales (ver "El Presidente tiene quién le escriba"). El subsecretario Kroyer mantiene una relación de “estrecha confianza” con Peña y Pompeo, que le abrió su desembarco en el Palacio San Martìn luego de la partida de Malcorra.
De todo el elenco de funcionarios, el primer “peñista” que logró desembarcar en el Palacio San Martín desde diciembre de 2015 y que no tuvo que pasar por la secretaría de Asuntos Estratégicos, es Alfredo Albriani, actual subsecretario de Cultos, que tuvo el mismo cargo con rango de Director en la ciudad. El joven católico, añejo conocido del Papa Francisco, lleva las riendas de la secretaría de Cultos, en manos del octogenario Santiago de Estrada, ex legislador y auditor porteño.
La red de funcionarios del riñon de Pompeo también llegó al Congreso, con la diputada nacional Cornelia Schmidt – Liermann, que desde este año preside la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Baja. La abogada fue asesora del difunto legislador del PRO, Gerardo Ingaramo, que falleció en ejercicio de su mandato durante 2011. La diputada nacional, con un paso durante el menemismo por la embajada argentina en Berlín, integra la escudería de figuras que rodean a la Cancillería, pero responden a Pompeo.