La chicana ya circula: al macrismo no lo toquen las vacaciones. Para el gobierno de Cambiemos, las vacaciones son sagradas. El presidente Mauricio Macri se permitió el primer descanso a 15 días de asumir. Y ha desistido de interrumpirlas aunque en su transcurso ocurrieran desastres naturales (inundaciones en el Litoral en las primeras) o crisis de gabinete (la salida de Alfonso Prat Gay en los primeros días de este año). La gobernadora María Eugenia Vidal sigue descansando en México a pesar de las graves consecuencias de las inundaciones en el norte bonaerense. Ahora, el ministro de Justicia, Germán Garavano, relativizó la necesidad de que el titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Gustavo Arribas, adelante el regreso de sus vacaciones en el exterior y la presentación de la documentación que explicaría las transacciones financieras –de más de medio millón de dólares- con un cambista brasileño y la constructora Odebrecht, involucrada en la obra de soterramiento del ferrocarril Sarmiento. “Son decisiones personales”, dijo y dio a entender que el jefe de Estado, que defendió públicamente al jefe de los espías, no lo apura porque “cuida a sus funcionarios” para que estén “bien de ánimo, de salud”.
En una entrevista con el diario La Nación, el funcionario desestimó que Arribas deba dejar su puesto mientras esté siendo investigado porque el escribano de Macri no era funcionario del Gobierno en el momento en el que habría cometido las maniobras que se le imputan como ilegales. “Si eventualmente hubiera un delito, no tendría que ver con el ejercicio del cargo de una persona que en ese momento vivía y tributaba con el extranjero”, señaló Garavano, que, de todos modos, admitió que “nunca es bueno que un funcionario del Gobierno esté sospechado, menos denunciado” y que “en las próximas horas, en los próximos días, aporte a la justicia la documentación que incluso habría sido avalada por terceros, por un banco”.
Según publicó La Nación y denunció la diputada nacional Elisa Carrió, el operador Leonardo Meirelles, que fue condenado por la justicia de su país por su rol en la mega investigación por corrupción Lava Jato, transfirió 600 mil dólares a una cuenta de Arribas. Lo hizo, según la denuncia, en cinco pagos que “comenzaron un día después de que, en septiembre de 2013, se reactivara el contrato para el soterramiento del Sarmiento para Odebrecht.
A continuación, el fragmento de la entrevista en la que Garavano habla del caso Arribas:
LN: -¿Cuán cómodo se siente cuando le preguntan por la situación del jefe de la AFI, Gustavo Arribas?
Garavano: -Nunca es bueno que un funcionario del gobierno este sospechado, menos denunciado, y lamentablemente en nuestro país venimos de una época de mucha confrontación donde esto se convirtió en algo muy natural. Arribas brindó sus explicaciones iniciales, el presidente las ratificó el otro día y nosotros lo que esperamos es que en las próximas horas, en los próximos días, aporte a la justicia la documentación que incluso habría sido avalada por terceros, por un banco.
LN: - Muchos reclaman que hasta que se aclare la situación, Arribas deje el cargo, como Gómez Centurión en la Aduana.
G: -En el caso de Gómez Centurión fue distinto porque se trató de una denuncia que partió desde el mismo gobierno. Y el otro punto es que fue por algo que supuestamente se habría hecho durante su función en el gobierno y que tenía relación con lo que se estaba investigando. Eso tiene muchas profundas diferencias con el caso Arribas, donde si eventualmente hubiera un delito, no tendría que ver con el ejercicio del cargo de una persona que en ese momento vivía y tributaba con el extranjero. Desconozco si en aquel momento siquiera existía una relación con Argentina.
LN: -¿Por qué Arribas no muestra rápido la escritura de compra de ese departamento, que explicaría el giro de 70 mil dólares?
G: -Esto es lo que él se comprometió a presentar en estos días. Creo que estaba en el extranjero, así que supongo que lo presentará cuando regrese, nadie se lleva las escrituras a sus vacaciones.
LN: -Es cierto, pero podría adelantar la vuelta. Es un caso comprometedor.
G: -Sí, pero son decisiones que cada uno puede tomar y dependen de decisiones personales. Me parece que para todos los funcionarios fue un año muy duro, como para todos los argentinos, y hay que evaluar cada caso en particular.
LN: -Siendo un funcionario tan cercano al presidente, ¿no sería mejor que se apure?
G: -Son decisiones personales. Además el presidente cuida a sus funcionarios. Considera que tienen que estar bien de ánimo, de salud, para llevar adelante el desafío que él nos plantea.