Más allá del llamado a un mayor federalismo al que hizo hincapié en el encuentro con los gobernadores de todas las provincias del país el último sábado en la residencia de Olivos, el presidente Mauricio Macri ha focalizado, durante la primera semana de su Gobierno, en la provincia de Buenos Aires. Así lo marcan sus actos iniciales de gestión.
Comenzando por Exaltación de la Cruz, donde prometió finalizar obras en la ruta 8, continuando este lunes en Pergamino, distrito en el que anunció la quita y baja de retenciones a la producción agropecuaria, y desembarcando este miércoles en Luján para relanzar los trabajos sobre la autovía 7, el jefe de Estado ha centrado su agenda en territorio bonaerense y en compañía de la mandataria provincial María Eugenia Vidal.
De esta manera, su presencia en la Legislatura bonaerense para el acto de asunción de su otrora vicejefa de Gobierno porteño no resulta un dato aislado.
Sea por pretender demostrar un marcado respaldo a Vidal en la administración de una provincia que etiquetaron como “quebrada” o bien para nutrirse de la imagen positiva de la flamante gobernadora, lo cierto es que Macri sigue apostando al tándem que supo tener las riendas de la Ciudad de Buenos Aires hasta el pasado 10 de diciembre y que, por estos días, parece hacer su apuesta fuerte en la vidriera bonaerense.
Durante su paso por Luján este miércoles, el presidente recalcó junto a la gobernadora que “tenemos un compromiso con llevar a cabo un plan de infraestructura realmente importante en Argentina, que incluya que la gente pueda viajar segura. Sabemos que si no tenemos vías de comunicación, no vamos a poder crecer, asegurar los trabajos que tenemos y menos crear nuevos trabajos”, bregando así por “poner en marcha obras a mitad de hacer”.