Acuerdo con Estados Unidos: beneficios sectoriales sin libre comercio y una apuesta por inversiones
En medio de los aumentos arancelarios de Donald Trump al acero y al aluminio, el pacto bilateral abriría una ventana para exportar alimentos y atraer capitales.
Javier Milei y Donald Trump hablan de un acuerdo comercial entre Estados Unidos y Argentina
Aunque el gobierno de Javier Milei mantiene la confidencialidad sobre los términos del entendimiento de la Argentina con Estados Unidos, los analistas coinciden en que el acuerdo contempla reducciones arancelarias para una canasta limitada de productos -entre ellos, acero, aluminio y alimentos procesados-, además de compromisos regulatorios para favorecer la llegada de inversiones.
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Según el especialista en comercio internacional Marcelo Elizondo, el convenio representa “una oportunidad que puede cambiar el mapa bilateral”.
El embajador argentino en Washington, Alejandro Oxenford, confirmó este jueves que la firma del “acuerdo comercial muy importante” será anunciada “en breve”, aunque explicó que una cláusula de confidencialidad impide difundir los detalles hasta que ambos gobiernos lo hagan público.
Toto Caputo Javier Milei
Javier Milei y Toto Caputo apuran el acuerdo comercial con Estados Unidos.
En declaraciones a Radio Mitre, Oxenford negó que se trate de un Tratado de Libre Comercio (TLC). “No incluye condicionamientos políticos ni electorales. Esa frase fue sacada de contexto y ya fue aclarada”, sostuvo, en alusión a las declaraciones de Donald Trump, quien había vinculado el apoyo financiero a la continuidad de Milei.
Mientras tanto, el Ejecutivo aguarda la activación del swap con el Tesoro estadounidense, clave para reforzar reservas en un contexto de iliquidez.
Aranceles, esa es la cuestión
Alejandro Díaz, ceo de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (Amcham), coincidió con el diplomático con que el acuerdo comercial “está próximo a salir” y estimó que “comparativamente, va a ser beneficioso”.
"Argentina podrá ser más competitivo", aventuró en diálogo con la prensa durante el 61° Coloquio de Idea que se realiza en Mar del Plata, y lo atribuyó a que el país podría conseguir una amplia desgravación recíproca en hasta 150 posiciones, que quedarían con aranceles de entre cero y 10%.
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El 2 de abril, “Día de la Liberación”, Trump anunció un nuevo esquema de aranceles que estableció un gravamen del 25% sobre productos estratégicos como acero, aluminio, autos y alimentos procesados. La Argentina quedó en el grupo favorecido que tuvo el menor de los niveles.
Los aranceles recíprocos entre ambos países eran hasta entonces del 6,4% a las importaciones desde Estados Unidos; mientras que la contraparte estadounidense aplica una tarifa promedio del 1,2%.
Ventajas del acuerdo
Aunque se mantiene el hermetismo, Elizondo explicó a Letra P que el convenio se centra en reducciones arancelarias parciales, especialmente en productos con valor agregado. “No son todos los bienes, sino algunos seleccionados. Podría incluir compromisos de la Argentina en materia regulatoria”, señaló.
El especialista recordó que, por la pertenencia al Mercosur, el país no puede firmar un TLC sin consenso regional, por lo que este tipo de pactos se limitan a rubros específicos autorizados.
“Será un acuerdo parcial, como los que EE.UU. tiene con otros países, con rebajas arancelarias por sectores, sin llegar a un arancel cero”, indicó.
“Argentina tendría una carga arancelaria inferior a la que enfrentan la mayoría de los países para ingresar al mercado estadounidense. Es una oportunidad enorme para atraer inversiones y potenciar exportaciones”, subrayó.
Estados Unidos, un socio clave
Elizondo recordó que Estados Unidos es el segundo socio comercial de la Argentina, después de Brasil, y superó a China como destino de exportaciones en los últimos dos años. “Es el primer destino de los servicios argentinos y el segundo para las exportaciones de bienes. Además, es el principal inversor extranjero directo y el mayor emisor de financiamiento internacional”, apuntó.
En los últimos años, las ventas argentinas al mercado estadounidense se concentraron en combustibles, aluminio, litio, vinos, alimentos procesados, software y servicios empresariales.
caputo con bessent
Toto Caputo y Scott Bessent vuelven a ilusionar al mercado, hasta el martes.
Aunque los sectores incluidos no fueron revelados, fuentes empresariales estiman que el pacto podría centrarse en alimentos, energía, minería y economía del conocimiento, en los que Argentina posee ventajas competitivas y EE.UU. busca diversificar proveedores.
La expectativa también alcanza a Vaca Muerta, donde operan varias empresas estadounidenses, y al sector minero, en especial en litio y cobre, claves para la transición energética.
Sin libre comercio, pero con beneficios
El carácter reservado del acuerdo alimenta especulaciones, aunque todas las fuentes coinciden en que no se trata de un TLC clásico. “Nunca se dijo que fuera un tratado de libre comercio. Es un acuerdo comercial en algunos rubros particulares”, insistió Elizondo.
El analista añadió que Argentina habría aceptado avanzar en reformas regulatorias como contraprestación. “No es un tratado amplio, sino un pacto acotado, autorizado por el Mercosur. Se asemeja a los acuerdos sectoriales que Estados Unidos mantiene con Colombia, Vietnam o Marruecos”, explicó.
En esos casos, las rebajas arancelarias se concentran en sectores de interés mutuo, sin comprometer el esquema general de comercio, y se establecen condiciones previsibles para inversores.
Un nuevo eje de alineamiento internacional
El entendimiento se da mientras el gobierno de Milei refuerza su alineamiento con la Casa Blanca y busca consolidar el respaldo político y financiero de la administración Trump. Sectores del empresariado nacional acompañan esa estrategia.
El titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Martín Rappallini, celebró el acercamiento y afirmó que “es preferible fortalecer el vínculo con Estados Unidos antes que con China”, en sintonía con la orientación prooccidental del actual gobierno.